Capitulo VI

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Supera tu pasado.

Realmente la gente dice eso con demasiada facilidad.

Si a esas personas repentinamente tan optimistas, yo fuese a darles una respuesta en manera de un consejo, entonces sería que, en este mundo... en esta vida. Existen demasiadas experiencias que no se pueden superar, aunque lo intentara.

Eso es debido a que simplemente.

...Hay cosas que jamás se olvidan.

¿Qué pasa si tu madre es una persona de mierda?

Todo estaba bien, eso se podría manejar con el tiempo.

Ahora, ¿Y si tu padre era un hombre de mierda? podrías ser solo un poco paciente a eso, pero todo estará bien también.

Pero, si pelearas y defendieras a una nación con gran devoción mientras que, en algún momento, se encontraba temblando de miedo mientras eres abofeteada y siendo tocada en distintas zonas del cuerpo, sintiendo como la piel calluda de tus opresores se deslizaba desde sus piernas subiendo hasta su pecho para finalmente caminar en dirección por todo el camino siendo humillada y finalmente morir quemada.

Entonces, en ese punto...Honestamente solo podrías aceptar la verdad.

Toda la vida había sido nada más que mierda de perro.

Vagamente, asumí que mi vida había llegado a ese punto cuando fui asesinada a la edad de solamente 19 años de edad.

Mis ataduras se aferraron mis manos una a la otra lastimando mis muñecas, para muchos mi apariencia en ese momento fue el de alguien que había aceptado su destino y lo aceptaba como tal... mientras que por dentro... contenía mis lágrimas y mi miedo. La razón era simple... todos me estaban maldiciendo, aun lo recordaba cuando estaba a punto de dormir... hombres y mujeres gritando ¡asquerosa hija de puta!, ¡bruja!, ¡Vete al infierno!... claro, en ese momento no sabía lo que significaba la palabra puta... pero ahora... eso es algo apropiado como alguien como ella que esta manchada por las manos de quienes salvo.

Porque hubo un momento donde fui verdaderamente pura.

La Santa Doncella de Orleans.

Habia dejado de brillar.

Pero a nadie le importa eso...a nadie. Y mucho menos a ella en este momento.

De vuelta a la historia.

Esta nueva ella... estaba ocupada con sus asuntos.

"¡Maldición, Maldita sea! ¡Qué tipo de mierda!" La mujer que exhibía su cuerpo sin vergüenza alguna pensó ferozmente, cuando recordó al tipo que puso su mano sobre ella, tuvo que tragarse la vergüenza cuando ese tipo no solo opaco la ira de sus llamas con las suyas, sino que le reconoció... a ella... su verdadero nombre.

De alguna manera que desconocía ese tipejo de ojos vendados sabia su verdadero nombre después de mantenerlo en el anonimato demasiado tiempo, algo que ni sus propios hombres conocían desde que llego aquí... con vida.

No le importaba el motivo, la razón o la circunstancia por la que su corazón latía con pulso, su sangre fluía por sus venas. Se supone que la muerte es el final de toda la vida... sin importar de qué manera sucedía. Todo es igual, ya sea con el frio acero de una espada o una daga, incluso sentir arder los intestinos a causa de veneno... ... Pero fue golpeada, mancillada, humillada, manchada para finalmente dejarle morir en la hoguera como una jodida bruja.

La muerte fue el final para toda la vida.

Incluso ahora, los recuerdos fantasmas del fuego permanecían en su memoria grabados en esa blanca piel enfermiza. Pero eso no importaba, ni siquiera el cómo llego a estas tierras extrañas después de su tonta muerte sin significado.

Fate DxD: El Regreso De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora