Capitulo VII

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....¿Acaso usted lo sabía su majestad?

Tuvo que suponer Shirou con cierta inquietud mientras se hincaba por completo en la sana y reluciente hierba verde del jardín trasero de su hogar, en la réplica exterior casi exacta de la Mansion Einzbern de Fuyuki durante la quinta guerra del santo grial en el interior del bosque de Avalon, vaya juego de palabras...

Aunque ciertamente hablando la totalidad de estas arboleadas le pertenecían dado su proximidad con la fuerte Vena de Gaia o Línea de Ley que conectaba con el Sacred Gear que mantenía la barrera 24/7 como una ventana de plasma para el exterior, dándole un razonamiento de que los Sacro Aparatos eran artefactos trampa que reducían años de investigación en simples interruptores de voluntad... ahora que tenía un conocimiento más amplio de la variabilidad de usos.

El dios cristiano no había sido muy conformista en cada usa de sus creaciones. Cada uno de ellos le había introducido en el interior de esos mecanismos distintos milagros, algunos de ellos funcionando como administradores temporales de ciertas áreas del planeta. Otros entregándole un dominio completo como un Mármol de realidad, y muchos otros más simples como permitir el florecer de la vida en los campos u en este caso... El Poema del Interminable Mar Esmeralda: Nereid Kyrie.

Aunque... los efectos que estos Sacro Aparatos puedan producir ciertamente hablando, él no tenía derecho a opinar dado que usaba leyendas inscriptas en las armas de su Mármol mayormente como ojivas sin respeto a quienes construyeron sus historias.

¡Pero le importaba poco!

El fin muchas veces justifica los medios... Además, no es el original. Por lo que sus opiniones no importaban... además todos estaban muertos.

En fin.... Era consiente que el rey dorado estaba dotado con cierto nivel de clarividencia muy por arriba de la clarividencia rango C de su versión avellanan... todo esto en dirección al rio de los eventos futuros como un profeta o cualquier otro loco que por alguna razón acertaba con los hechos.

Pero volviendo al rey dorado, en aquel momento en el interior de su mundo interno.

No solo Gilgamesh le había entregado una oportunidad de cambiar su inédita ceguera con la que se había conformado por 20 años, le había entregado un motivo por el cual continuar viviendo que originalmente atribuía a sí mismo y con las cuales él, siendo una espada tuvo que apegarse a las nuevas órdenes para mostrar su valor; porque las palabras de su Majestad trataban específicamente de él, u eso creía en ese jubiloso momento donde sujeto Caliburn, pero los días pasaron, y nuevos miembros llegaron dándole razón que sería demasiado egocéntrico el siquiera imaginarlo, y ahora que buscaba la forma de encaminar a un grupo de adolescentes con una de sus dos hijas metiéndose en ello... si era posible de hacerse... a convertirlos en algo más... solo, quizás mente... en la mejor versión de ellos mismos... unos que NO tuvieran la desgracia de tropezar con sus piernas, contar con brazos pero no trabajar y tener ojos pero no ver.

Y eso lo atribuía nuevamente a las palabras del rey dorado en su discurso de despedida, la última vez que le miro aquella tarde con ese carisma rango A que indiscutiblemente en la guerra de Grial de Fuyuki no contaba por todo ese ego y orgullo sobre exagerado, pero que sin duda había dado sus frutos en su peor momento elevando puntos en su imagen hasta incluso llamarle Su Majestad.

¿Qué podía decir? Él se lo merecía.

"¡¿Qué mis palabras no estas escuchando?! Transmite lo que has aprendido en tu camino. Tu fuerza, tu dominio, tu ingenio, las circunstancias que elevaron tus oportunidades... Pero debilidad, caerse, tropezar... fallar. Si, sobre todo eso también Faker."

Cuando pensaba en eso no solo sus poros se abrían de la conmoción... sino que cada vez más aceptaba que el carisma, la valencia y sobre todo la confianza en sus palabras que no podían ser fingidas por ningún motivo. Por qué mentir no estaba en el diccionario de esa persona, un hombre que se fiaba sobre el contenido de cada una de sus palabras eran no solo una verdad, si no también una ley que debía grabarse en piedra hasta el ocaso del mundo y más allá.

Fate DxD: El Regreso De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora