Capitulo IV

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Después de un extenuante pero productivo día de trabajo, el cielo detrás de la barrera de camuflaje que nos permitió escondernos de la atención no deseada de las distintas naciones con sus problemas políticos y militares, comenzaba a atardecer cuando todos guardaron las herramientas con las que trabajaron para construir una plaza pública con algunos espacios para construir postes de luz, a pesar de que muchos se estaban retirando de la ciudad... aún se encontraba gente competente de cálculos y conocimientos para que todo funcionara... aunque solo se dieron más trabajo a la espalda.

Shirou no sabía mucho de eso... por lo que fue mejor para él y para todos que se lo dejaran a un experto en este momento. Demonios, el hizo el maldito diseño para que cuando sea penetrado... fuera predecible y callera en unas muy amables y para nada letales trampas.

En estos momentos no son más que una pequeña ciudad aislada del mundo. Sin señal, sin internet... sin una red comercial, privada de entretenimiento el cual se limitaba a tratar heridos, buscar sobrevivientes, estudiar en el caso de los niños, el trabajo de reconstrucción y de gobierno. Kokabiel había reducido a la población con su ataque... luego los que se fueron.

Había mucho que hacer, pero poca mano de obra, que la idea de secuestrar personal comenzaba a ser tentadora... pero no arrebataría la libertad de otros. Pero no por ser pocos harían las cosas inestables... después de todo este pedazo de tierra inestable se convertiría en una utopía, la gloria que busco más allá del horizonte.

Shirou comenzó a notar, que, aunque el horario de trabajo había terminado... los Yakuzas cubiertos de hollín y polvo, comenzaron a reunirse en el centro de la plaza que trabajaron mientras encendían unas antorchas que iluminaron los alrededores.

Parecía que se quedarían un tiempo... bueno. Tienen derecho a disfrutar sus logros.

Shirou decidió seguir con su camino e irse, pero fue detenido por todos los demás siendo invitado a una barbacoa, justo al decir eso. Las esposas de algunos Yakuzas tenían consigo algunas congeladores y cestas de verduras.

Con algunas tiras de acero se preparó un asador improvisado, Shirou se limitaría a platicar con todos civiles que no dejaban de hablar sobre tener experiencia en panadería o fabrica... Shirou entendió lo que trataban de hacer, querían ayudar a desarrollar la ciudad. Pero... debido al aislamiento, deberían depender del tratado con Gremory para conseguir materias primas hasta lograr cosechar las propias.

Conforme paso el tiempo, los tonos rojizos del atardecer comenzaron a ser remplazados por un azul intenso del anochecer. La luz de las antorchas les proporcionaba calor suficiente para no sentir frio.... Aunque Shirou no lo sentiría, aunque quisiera.

"Entonces Jefe. ¿Cuál será el nombre de la ciudad?" Pregunto un Yakuza que paseaba en sus brazos a un bebe haciéndole creer que estaba volando.

¿Nombre? ¿Necesitaban uno si quiera? Shirou se preguntó... si fuera por el mantendría el nombre de la ciudad de la misma manera.

"...Sinceramente no lo he pensado, así que perdona si no satisfago tu curiosidad.... En cuanto a los nombres de algunas cosas, creo que nunca los pienso porque siempre las pensó mi hermana... jej llamando mis ideas sosas, simples y aburridas" Shirou contesto con honestidad, lo único que venía de él fue Unlimited Blade Works, y eso fue más porque tuvo un vistazo de ese idiota.

"¿Hermana? No sabía que tuviera una jefa" contesto otro Yakuza con una mujer sobre su rodilla como asiento. Shirou dio otro sorbo a su cerveza... deseando estar ebrio en momentos como estos.

"...Si. Lamentablemente ella ya no está...aquí." Con mundos de distancia... Shirou no podría velar su tumba, tal vez... debió haberle llevado flores más seguido en lugar de ser un idiota. Pero... ese idiota es el hermano de esa hada de las nieves. Bajando su cabera mientras miraba como el sudor de la botella se deslizaba.

Fate DxD: El Regreso De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora