Capitulo V

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Tal ves algún día... Este jinete sea Asia.
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Después de la reunión entre el pilar de desarrollo y tecnología (magia) de la ciudad de Avalan, la Señorita Medea Di Colchis que en estos momentos es la única líder disponible debido a la repentina enfermedad de su principal cara.

Para perder un poco el tiempo y representar y no avergonzar a la ciudad, Asia llevo a Rias, Sona, sus reinas y sus dos peones dragón junto con Gorgora y el grupo humano conformado por Irina, Arthur y Le Fay a un paseo mostrándoles la ciudad humana de Avalón, antes Kuoh y cuanto había cambiado en un lapso de tiempo considerablemente corto.

De igual manera, era una ocasión perfecta para que la hermana menor Le Fay el otro chico conocieran su nuevo hogar, ya que Shirou no consideraría dejarlos ir provocando problemas por el mundo manchando el apellido de su amada.

Arthur y todos los demás demonios miraron que había gente ocupada en todas partes; nunca había pensado alguna vez se volvería a establecer un mundo secular tan rápido, pero con magia y la voluntad de trabajo de los demás... -todo era posible.

Después de ser literalmente arrastrado por la tierra y obligado a quedarse en esta ciudad, los edificios de ladrillo de una historia que fueron cubiertos por polvo y sangre de inocentes aparecieron uno tras otro delante de él... no era metáfora. Habia murales de pintura que narraron lo que se podría considerar el nacimiento de esta ciudad.

Se mostraba murales de manos humanas suplicando por vivir, madres protegiendo a sus hijos y padres cubriendo a sus familias completas. Se mostraba a una mujer con una capucha extendida brillando como si fueran alas de una mariposa y destellos de luz... se mostraba a una mujer con extensos cabellos lavanda y una mirada seductoramente peligrosa... se mostraba a dos hombres con armaduras similares pero ligeras diferencias encarándose uno contra el otro orgullosamente... un lobo y un león, cada uno con sus respectivas armas.

El león sosteniendo un simple pero poderoso arco negro liberando cometas escarlatas a velocidades absurdas y al lobo desviando, golpeando y destruyendo estos cometas.

Y el ultimo mural... mostro la mano revestida de acero oscuro del león empuñando una espada dorada resplandeciendo con magnificencia en una intensa luz dorada en poder y gloria, era admirable y terrible por que inspiraba temor e imponía el mayor de los respetos con quien lo sostuviera.

Una mano cubierta con guantes oscuros y anillos de plata sobre su codo, su palma y dedos fueron manchados con haces de luz de tantos bellos colores, el icor de la magia más allá de los medios mortales que provocaban tormentas a lado izquierdo de la espada dorada.

Y a su derecha se encontraba una mano obviamente femenina sosteniendo un clavo con cadenas extendidas, un noble de los veloces corceles. Un arma preferible para quien monte poderosas monturas que arrastren los cielos y la tierra tiemble.

Y debajo de estas tres poderosas presencias que intercedieron por ellos se encontraba unas palabras que solamente ahora, tenían un peso mayor sobre ellos que se enteraron de la verdad del mundo de una manera no muy agradable.

"Nuestro destino, es nuestro para mandar"

"Vaya, es una hermosa pintura" Rias tuvo que admitir que la persona que hizo esto, era un experto en lo que hacía.

"...Ese trazo... juraría haberlo visto en algún lugar" En contraste con Rias, Sona parecía fruncir el ceño al reconocer levemente ese estilo de dibujo en el baño de mujeres de la antigua academia Kuoh.... Habia olvidado cuantas veces había mandado a una de sus chicas a cubrir eso.

"Vaya... eso es muy guay- ¿Quién lo hizo?" Issei no se molestó en tocar el mural mientras imaginaba algún día tener el suyo propio.

"Eh...Y-ya sabes---"Asia miro en dirección contraria mientras recordaba al artista de estos murales... un talento verdaderamente sorprendente. Uno que nunca imaginaria que viniera de ella.

Fate DxD: El Regreso De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora