Su cuerpo se manifestó en luces después de dejar a los varones contra sus respectivos compañeros de batalla... Gabriel quería tener unas palabras con ella.
Se encontraba en la azotea de algunos edificios, desde esta vista podía ver al pequeño Vali esforzándose contra ese médico. También podía ver a Shirou saltando de azotea en azotea mientras lanzaba sus espadas en dirección a los wyverns.
Pero sintió la penetrante mirada sobre su cuello que le hizo girar en su dirección para prestarle atención.
Sus ojos de un frio dorado apagado.
Unos orbes que perdieron sus sueños sin pista de alguna esperanza o anhelo.
Unos ojos que fueron consumidos en sombras, cansadas con el vivido reflejo de lo que ha vivido.
...Se apagó la mirada que en vida encandilaba.
Una mirada de una mujer dura y cuestionable. Solo tenía el mas mínimo indicio de una sonrisa divertida cuando veía como sucedían las cosas.
"El castigo para las brujas...las siervas del diablo... es la hoguera no? Incluso después de que seguí las palabras de los tuyos con dignidad y virtud.... Me traicionaron ¡Abandonándome!" Jeanne sorpresivamente inicio la conversación entre las féminas, estaba posicionada estáticamente frente al Serafín.
Las palabras anticuadas para iniciar una conversación contenían una clara carga de frustración guardada en ellas.
El frio aire soplado por la presión de las ventiscas de la batalla en los alrededores se meció moviéndose sobre su piel ceniza acribillada.
La piel quemo el aire antes de siquiera tocar la sensibilidad de sus poros.
Gabriel observo dolorosamente mientras suspiraba con arrepentimiento.
"...En estos momentos eres muchas cosas, pero jamás una sierva de mi hermano" Gabriel respondió con calma y trato de sonar con tacto mientras se acercaba unos pocos pasos.
Jeanne no lo permitió y libero sobre la azotea un mar de llamas para retenerla en su lugar.
"... Soy Gabriel de los serafines en los cielos...he venido a hablar" las palabras de Gabriel fueron tranquilas y pacientes, mientras permanecía inmuta lente firme como las raíces de los cedros.
"Me importa poco" Jeanne despecho sus palabras mientras levantaba el dedo medio de su mano a la santa rubia, un gesto que había aprendido recientemente y que ciertamente le gustaba.
"¿Jeanne cierto? Por favor, escúchame" Gabriel no se rindió al tratar con la chica ceniza.
"Qué tal si escuchas esto" Jeanne libero su espada francesa de su vaina, emancipando una gran cantidad de llamas de la infernal cuchilla obsidiana.
El humo y las llamas se mesclaron con el aire.
Como un furioso lanzallamas, la onda expansiva que empujaba desde su espada debido a la proximidad, el estallido fue estremecedor. Le había tomado por sorpresa al serafín.
Gabriel se quedó momentáneamente inmóvil y luego sacudió la cabeza confundida.
Lentamente se preparó para detener las brasas del fuego.
Deslizándose sobre la azotea como si olas sobre las orillas de la playa se tratara, las llamas se ondularon furiosamente en dirección al Serafín.
Decepcionada...no esperaba que ella cortara esto solamente así.
Suspirando.
Levanto sus manos apenas llenas de poder.
Llenándose de luz, Gabriel decidió apagar sus llamas de la misma manera que la humana lo hizo...sin mucho esfuerzo.
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Fate DxD: El Regreso De Un Héroe
HumorLa vida continua tras fin de la Guerra del Santo Grial. Emiya Shirou ha perdido su fe en la humanidad, dejando sus armas y un sueño que solo le trajo dolor y sufrimiento atrás. Intentará vivir una vida normal, si es que alguna vez fue normal, pero...