Una parte de la verdad

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POV HINATA

Dolor, eso es lo primero que llega a mi mente cuando recuerdo mi niñez. Un día mi madre salió por esa puerta y nunca mas volvió, aun me pregunto por que lo hizo. ¿Hice algo malo? ¿Me odiaba y no quería verme más? Era probable, porque si me hubiese amado un poco, tal vez me  hubiese llevado con ella.

Me dejó a cargo de mi padrastro, ahora que lo pienso, tal vez ella se fue porque no soportaba los golpes que le daba él todos los días, por cada mínimo error. Que llevara una mujer diferente cada día a la casa y se la follaba en la cama de mi madre... Yo tampoco hubiese aguantado tanto, pero... Si tenía una hija, la hubiera llevado conmigo, no permitiría que sufriera. 

Mi padre murió cuando tenía solo nueve años... Lo extraño, si él estuviera aquí, nunca hubiera pasado por todo lo que pasé, tal vez tendría menos traumas... Tal vez hubiese conocido la felicidad. 

Recuerdo que mi padrastro me obligaba a atender todas sus necedades o caprichos, perdí la cuenta de todas las veces que ese maldito hijo de perra me tocaba, me violaba sin preocuparse de que sangrara, ya que dejó de alimentarme correctamente. Él solo me veía cuando quería abusar de mi o cuando tenía algún problema que quería desahogarse, él me llevaba hasta el sótano y me tiraba en ese asqueroso colchón lleno de porquería. 

Y ahí me golpeaba hasta dejarme sangrando, algunas veces me dejaba inconsciente y cuando despertaba me dolían varias partes del cuerpo, entre ellos, la entrepierna. 

¿Como salí de ese infierno? 

Sakura y Naruto me salvaron.  

Nunca olvidaré ese día. El día que logré escapar, estaba lloviendo mucho, yo corría en medio de un bosque. Había logrado escapar por del sótano de la casa, él venia detrás de mi, corrí y corrí, no me di cuenta por donde corría y terminé tropezando y cayendo por un pequeño acantilado, no muy alto. Traté de agarrarme de las piedras y la tierra, pero lo único que conseguí fue arrancarme las uñas y rasparme todo el cuerpo. 

El dolor era enorme, pero no se compara con otros tipos de dolor que he experimentado antes. Caí al suelo, fue un buen golpe. Sentí lo frio del pavimento, era una carretera. Al otro lado de esta, había mas bosque, pensé que iba a morir, que él me encontraría, y no tendría piedad conmigo. 

Pero... Si muero seré libre. 

No más dolor. 

No más llanto. 

No más hambre. 

Cerré los ojos y me quedé en el suelo, esperando... Ya nadie podía salvarme, nadie me haría sentir calor... Estoy sola. 

—¡Oye!— El gritó de una voz llamó mi atención. Abrí los ojos con lentitud y pude distinguir una rubia cabellera que se veía oscura por que estaba mojada debido a la lluvia, unos ojos azules y su rostro reflejaba preocupación. 

—¡Dios mío, no te mueras, por favor, trata de mantenerte despierta!

—¿Quien... 

—Shhh! No hables, tonta!— Me calló 

Me senté sin despegarle los ojos de encima. Era un niño que se veía de mi edad. 

—Ven conmigo— Él extendió su mano para que yo la tomara. Dudé, pero algo me dijo que fuera con él, si lo hacia estaría mejor, no iba a morir... Antes de que pudiera pensarlo más, tomé su mano. 

Era cálida, a pesar del frio que hacía por la lluvia, su mano era cálida. 

Encontramos una alcantarilla y nos resguardamos de la lluvia debajo de esta. Él estaba sentado en frente de mi. Yo no decía nada, pero él no era tan callado. 

|𝘔𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳é 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘦𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘢| [Finalizada] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora