The room Paradise.

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Esto no me gusta nada... Había sangre, ¿por qué Naruto me trajo aquí?

—Room Paradise es un lugar donde personas con dinero (en su mayoría) y que tengan algún trastorno mental, vienen a saciar su sed de sangre.— Dijo kiba.

Empezó a caminar a donde había varias personas sentadas al rededor de aquella caja de cristal.

Dentro de esta, había una camilla de tortura entre otras cosas.

—Esta es la favorita de muchos. Esta a punto de comenzar el siguiente espectáculo. ¿Por qué no tomamos haciendo y disfrutamos?— preguntó kiba mientras señalaba unos lugares vacíos.

—Hmm, yo... No, no quiero, tu sabes que esta no me gusta. Iré por algo de beber y estare en las peleas.— Dijo Naruto.

—¿Tu vas a ver, Sasuke?— me pregunto el rubio. Yo necesitaba saber que era lo que hacían ahí... Así que que si, si lo veré.

—Si, adelante, te veo luego.

—Como quieras— Dijo, para luego darse la vuelta e irse.

Kiba y yo nos sentamos las luces se apagaron, la única luz que había era la que estaba en la caja de cristal.

Empeze a escuchar gritos de una mujer, rogaba por ayuda.

Vi como dos tipos con mascaras entraban a la caja junto con una chica, la chica estaba desnuda totalmente. Ella gritaba y lloraba para que la soltaran.

La amarraron a esa camilla de pies y manos.

Luego ambos salieron.

—¡YO NO HE HECHO NADA, POR FAVOR DÉJENME IR! POR FAVOR, POR FAVOR!!— gritaba ella con lágrimas en los ojos.

Ella no tenía más de 20 años, tal vez unos 18, 17 años... Tenía el cabello castaño, ojos color miel y su piel era blanca.

Quería hacer algo, me sentía impotente, quería ayudarla pero no podía, al menos no ahora... Pero sabía que lo más probable era que no la volviera a ver.

—AYUDENME POR FAVOR!! POR FAVOR NO QUIERO ESTAR AQUÍ, AYUDAAA!!— gritaba ella mientras forcejeaba las ataduras.

Luego, un tipo con un micrófono entró donde estaba la chica.

—Sean bienvenidos damas y caballeros. Antes de comenzar, quisiera que le demos la bienvenida a Mía...— Dijo mientras señalaba a la chica.

—Gracias a ella tendremos un poco de diversión esta noche. ¡Comenzamos la subasta con por 800 dólares!— dijo aquel tipo.

¿Están subastando a la chica? Lo peor no es que que la traten como propiedad... Si no que no es una subasta para tener una cita con ella.

—¡Ofresco 900 dólares!— grito uno de los que estaba ahí. Un anciano, de esos adinerados.

—¿Alguien da más?

—1.000 dolares!

—¿MAS?

—5.000!

—10.000 dolares!

–Alguien da más?!— grababa aquel tipo..

—OFRESCO 20.000 DOLARES!— grito una mujer mientras se ponía de pie.

—20.000 dólares a la una a las dos...

—Ofresco 40.000 dolares!— Dijo un tipo mientras se levantaba.

—¡VENDIDA! SUBE A RECLAMAR TU PREMIO!— Dijo el tipo, para luego salir de donde estaba la chica.

—NO, NO, NO POR FAVOR NOO!!— gritaba y lloraba la chica.

El tipo que ganó, camino hacia la caja de cristal, pero antes le entregó un maletín a él "presentador", si es que se le puede llamar así.

Luego entro. Era un tipo de unos 30 años tal vez... Era alto, esbelto, ojos azules y cabello negro.

Tomó un delantal que estaba sobre la mesa que tenía los aparatos de tortura, unos guantes y una máscara blanca.

Tomó unas pinzas y camino hacia la chica.

—Hola Mía, encantado de conocerte...¿Sabes? Tienes unos lindos ojos, a mi no me gustan los míos...¿Te Importaría darme... Los tuyos?

Yo me quedé elado, no podía moverme, no podía pensar con claridad...

—NO! POR FAVOR NO LO HAGA!

—Shhhh— dijo el tipo para luego intruducir las pinzas en uno de los ojos de la chica. Los gritos eran insoportables... La sangre manchaba todo.

Hizo lo mismo con el otro ojo de ella.

Los gritos no sesaban, yo sentía que iba a vomitar.

Tomó un cuchillo y empezó a cortar sus piernas desde el muslo a los tobillos.

Hacía cortes verticales, lentos y profundos. Podía ver sus músculos y tendones.

Los gritos se hacía cada ves más fuertes. Ella quería llorar, pero ya no tenía ojos para hacerlo.

—JAJAJAJAJA— rieron a carcajadas todos los precentes, menos Kiba y yo.

—Shhh, gritas mucho... Voy a arreglar eso!— Dijo aquel tipo mientras tomaba unas tijeras de podar y las itruducia en la boca de la chica, quien casi no tenía fuerzas para forcejear.

Corto la legua de la chica y la como entre sus manos para jugar con ella como si se tratara de plasticina.

La chica dejó de moverse, dejó de gritar... Ya había muerto.

—El juego de hoy estuvo divertido ¿verdad? Jajaja. Los que hayan quedado insatisfechos, pueden ir a las habitaciones privadas... Ahí se les asignará a una persona por un bajo precio! Aprovechen están en oferta. —Dijo el presentador.

—Ya estoy harto de esta mierda... —Dijo Kiba de repente.

Yo mire sin decir nada.

—Si no fuera por el bien de mi familia yo no estaría en este maldito lugar de porquería. Finjo estar tan loco como estos tipos por un bien mayor... Pero ya no lo soporto.— Dijo Kiba con la voz quebrada.

Note como sus ojos se cristalizaban, mordía su labio hasta que un poco de sangre salió de este.

—Voy a buscar a Naruto...— Dijo, para luego irse.

|𝘔𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳é 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘦𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘢| [Finalizada] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora