24. La gran noticia, ¿verdad?

4 0 0
                                    

Voy de la mano de Dan vestida con unos pantalones estrechos y un jersey de rayas blancas y negras, y el pelo en una trenza floja. Él a mi lado va con una de sus sudaderas negras y sus vaqueros desgastados. Mi vida había cambiado bastante. Han pasado 10 días después de la última vez que vi a mis padres, hermanos y amigos. Estábamos muy enfadados, no me hablaban, solo mis amigos que si toleraban mi relación con Dan. Yo seguía con mi rutina de trabajo allí en la empresa, y Dan trabajaba solo en el club, porque lo despidieron del restaurante. Por las tardes solíamos salir juntos, y algunas noches, cuando él no trabajaba, también. Conocí a Vera, su compañera de habitación, que resulta ser ahora una de mis mejores amigas.

-¡Chicos!- dice Vera saltando de alegría al vernos. Va con una camiseta ancha que le llega a las rodillas y una coleta despeinada. Ella es más alta que yo, y muchísimo más delgada. Tiene la cara muy pequeña, con dos ojos azules grisáceos y su pelo dorado resaltan en ella.

- Hola.- le abrazo y veo como se aupa para darle un beso en la mejilla a Dan. Este entra y va hasta su cuarto sin mediar palabra.- No sé como puede gustarte, a veces es un poco...

- Pues si, la verdad.- me río mientras ella me guía a la cocina. Me tiende una cerveza y se la cojo. Nos dirigimos al pequeño salón y nos sentamos en el sofá.

- Hoy no curro.- me sonríe y saca un cigarro de su bolsillo.

- Vera, ¿tú estudiaste?- ella me mira y sonríe.

- No mi amor, me entregué a la música.- expulsa el humo lentamente.- Me arrepiento porque mírame ahora. Trabajo cantando en un garito nocturno, con el que apenas logro ganar lo suficiente.

La miro y hago una mueca. Yo era lo contrario a ella, yo era prácticamente rica, vestía de marca, tenía un piso pagado completo... Dan aparece vestido con una de sus camisetas y vaqueros desgastados, con una chaqueta de cuero en la mano.

-¿A dónde vas?- digo levantándome del sofá.

- Bella y Elías quieren hablar conmigo.- dice con semblante serio. Me da un beso rápido y sale por la puerta dejándome allí con Vera sentada.

- No sé porque, pero creo que es algo malo.- digo mientras me siento rodeándome las rodillas.- ¿Tú crees que Dan me quiere?

- Escúchame, nunca he visto a un Danilo tan centrado. Él salía todas las noches de fiesta, follándose a cualquier chica, emborrachándose, drogándose...- abro los ojos por la última palabra y Vera me mira con ojos tristes.- Danilo ha pasado mucho Marlena, por eso hundía sus miserias ahí.

- ¿Ya no?- ella niega con la cabeza.

- Se apoya en ti, Marlena.- sonríe y se levanta de un salto.- Bueno tía, yo me tengo que ir a una entrevista en una pizzería como camarera.

- Adiós Vera, nos vemos.- salgo por la puerta y voy para mi empresa. Subo a mi despacho y enciendo el ordenador. Cuando vuelvo a mirar la hora veo que son las 20.00pm y todos se están yendo. Me levanto justo cuando alguien abre mi puerta gritando.

- ¡Marlena, Marlena!- Dan viene y me abraza con todas sus fuerzas.

- ¿Qué pasa?- digo buscando su mirada.

- Un productor Marlena, ¡quiere que grabe un disco y haga mini-gira!- me levanta del suelo mientras lo abrazo aferrada a su cuello.

- ¡Que bien!- me suelta y veo como su pecho sube y baja de la emoción. Sus ojos café chocan con los míos y hacen que le plante un beso. – Me alegro mucho Dan.

- ¿Vendrás conmigo al estudio mañana por la noche?- asiento mientras me río. Él vuelve a abrazarme.- Te quiero Marlena.

Dan iba a saltar a la fama. Lo sabía. Sé que va a triunfar. Recojo mi despacho y salgo con él. Nos montamos en mi coche y empieza a cantar 'Beggin' de Madcon. Yo me muevo divertida mientras lo miro de reojo. Cuando cantaba y se movía, el pelo se le despeinaba aún más, y sus pendientes se movían con un retintineo. Sus labios se mueven suaves, y constantemente húmedos. Miro a la carretera y sonrío. Dan era el polo opuesto a mi, pero dicen que esto produce que se atraigan, ¿no?

En mi apartamento, Dan hace continuas llamadas y no para quieto. Mientras yo, me pongo una de sus sudaderas y me dirijo a la cocina para preparar algo de comer. Hacía un frío terrible en Roma, con lo que provoca que mis mejillas y nariz se tornen a un rojo contrastando con mi piel blanca. Llevo los dos cuencos de fideos instantáneos a la mesa y aviso a Dan que esta en la terraza.

-Perdón, estaba averiguando un guitarrista y un batería, que obviamente son los del club.- se ríe al final mientras se sienta y remueve la sopa.

- Me alegro que estes feliz...- lo miro y sonrío. Él sorbe la sopa y sonríe al ver como bufo.

- Perdona princesa.- pongo los ojos en blanco y llevo mi cuenco a la cocina. Al regreso, me tiro en el sofá con la manta y enciendo la tele. Dan lleva el plato y lo lava. Vuelve al salón y se sienta a mi lado. En silencio, me levanta y se tumba entero en el sofá. Voy a hablar, pero tira de mi, y me recuesta sobre él rodeándome con sus brazos y apoyando su mejilla en mi cabeza.

- Eres de lo más importante que tengo en la vida pequeña.- me aprieta contra su pecho y suspira. Cierro los ojos y sonrío.

Lo que se llevó el mar (1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora