29. Reencuentro

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Mientras nos tomamos las pizzas, Dan me enseña los vestuarios de los distintos conciertos.

-Con todos te verás igual de guapo.- me limpio la boca y le doy un beso corto.

- Tengo bastantes ganas la verdad...- me sonríe y se levanta de la mesa.

Recogemos las cosas y nos sentamos en el sofá. Él me acurruca entre sus piernas y me masajea la cabeza. Mientras yo veo Titanic por no se cuanta vez, él repasa sus letras, tarareando en voz baja.

-¿Estás nervioso?- le miro a los ojos. Sus dos ojos café están atentos a la libreta, pero bajan para toparse con los míos ansiosos por ver directamente los suyos.

- Pues... Es que, ¿te imaginas que nadie va?¿O me abuchean?- su cara se torna en preocupación.- Marlena creo que tengo miedo...

- Ehh...- me levanto y me pongo frente él.- Eres la persona que mejor canta en este mundo, así que van a acudir muchas personas a verte. Porque tan solo hay que ver el número de ventas, y visitas en todas las plataformas.- me atrae a él y caigo a horcajadas suya. Pego mi frente con la suya y cierro los ojos.- Te quiero tanto Dan...

- Eres increíble pequeña, no sé que haría sin ti.- sus labios se posan en los míos con delicadeza. Paso mis manos por su cuello, y me pego más a él.- Te voy a echar de menos...

Hicimos el amor como 4 de veces en la noche. Después nos quedamos durmiendo abrazados.


' Salgo corriendo del dormitorio y entierro mi cabeza en el inodoro. Vomito toda la comida que comí previamente, y la del día anterior. Samuel arrodillado a mi lado, me sujeta el pelo y me acaricia la espalda en círculos. Era la séptima vez que me pasaba en el día. Samuel me pasa una cajita y me mira con los ojos llenos de lágrimas.

-Por favor, prométeme que se lo dirás algún día a mamá...- dice saliendo del baño. Cojo la cajita y leo las instrucciones. Espero sentada en la taza del váter y cuando es la hora, lo compruebo.

- Embarazada...- digo llorando. Empiezo a hiperventilar y mi hermano entra corriendo. Me caigo al suelo y me agacho, abrazándome las rodillas. – No quiero Samuel...No...

- Tranquila, no estas sola...- me acaricia el pelo y llora conmigo.- Hay una solución...

Lo miro y asiento. Cogemos su coche y vamos hasta la clínica. Como tengo 17 años, Samuel firma ya que es mayor de edad. Me cambio a una bata azul, y esperamos en una sala. Él me coge de la mano y me la aprieta.

-Sé fuerte Marlena, sé fuerte...- las enfermeras me llaman y me voy con ellas. Me durmieron y cuando volví a despertar con Samuel a mi lado, ya había abortado.'

Me despierto hiperventilando, y me toco la barriga. Miro a mi lado, y veo que Dan ya se ha ido. Me levanto y me visto para ir a la oficina. Con una camisa verde menta claro, y una falda estrecha larga negra, me dirijo al mostrador.

-Buenos días Marlena, ¿qué tal cariño?- me dice Bella con una sonrisa.

- Bien, he venido para ver que tal vamos y eso. ¿Y tú?- sonrío.

- Genial, aquí currando a tope.- se ríe, y luego se toca la barriga.- Y aquí mi nuevo ser, también va bien.

- Me alegro.- cojo un caramelo del mostrador y subo hasta mi planta.

Me paro en seco cuando a través de la cristalera, lo veo. Veo aquel hombre que me quito el sueño para siempre. El hombre que me quito todo. El hombre al cual le tengo miedo. Él. Sus dos ojos se topan con los míos, y noto como empiezo a hiperventilar. Una sonrisa siniestra se torna en su cara con arrugas y una barba canosa. Está más delgado, y tiene el pelo canoso también. Sé que colabora con mi empresa, pero verlo aquí hace que me den escalofríos. Se levanta de su asiento y disculpa a los que tiene reunidos.

-¿Marlena Fernández? Que grande y guapa estás...- se acerca y doy un paso atrás.

- Que..Que...¿Qué haces aquí Matthew?- a penas salen las palabras de mi boca.

- Una reunión de contabilidad, me han dicho que tu ahora eres la jefa.- se me acerca más.

- No te acerques...- choco con una pila de libros y los tiro todos. Me agacho para recogerlos y noto como sus manos se posan en mi trasero.

- Eres guapísima, ¿lo sabes?- me levanto de repente y doy un paso atrás.- Ven, vamos a tu despacho y recordamos viejos tiempos. Pero está vez no vuelvas a decírselo a tu mamá.

- No...No por favor...- me agarra de la muñeca y empiezo a notar opresión en el pecho y falta de aire. Él tira de mi y me mete en el despacho cerrando tras él. Sus manos se posan en mis caderas y no puedo moverme, me he quedado en shock. Solo escucho mi corazón desbocado, y siento sus sucias manos sobre mi. Cuando noto que desabrocha mi camisa, mi cuerpo reacciona y vuelvo a respirar.- ¡Ayuda!

Grito y corro a la puerta a aporrearla, ya que no puedo abrirla porque se ha metido la llave en sus partes.

-Como vuelvas a hacer eso, te juro que lo vas a pasar mal...- dice arrimándose a mi mientras me coge del cuello por detrás.

- ¡Socorro!- aporreo la puerta. Me giro y antes de que pueda reaccionar, Matthew me da con un trofeo en la cabeza. Me llevo la mano a la cabeza y veo que tengo sangre.- ¿Qué...Qué has hecho...?

De repente noto como las piernas me tiemblan y caigo al suelo. Por el otro lado empiezan a llamarme y a aporrear la puerta. Los ojos de Matthew se mueven de mi a la puerta, de la puerta a mi.

-Vas a pagar por todo lo que me has hecho...- digo antes de que mis párpados se cierren.

Lo siguiente que escucho es los gritos de Bella a mi lado, y los enfermeros tranquilizándome. Dan. Intento hablar pero no puedo. Que llamen a Dan. Tengo miedo ayuda. ¿Dan estas ahí?

Lo que se llevó el mar (1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora