47. Bienvenido a LA (DAN)

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La vi alejarse de allí en su coche. Vi como se me resbala de las manos. Y ese mensaje...Me dejó con el corazón estrellado. El destino. ¿Qué era el destino? Salir de beber de un bar y casi atropellar a una chica. Que esa chica te la encuentres de nuevo en un garito de noche. Que esos dos ojos mezcla del océano y un humo denso, te esclavicen. Que volváis a quedar. Que sintáis esa química y folléis prometiéndoos todo. Verla a tu lado a principios de la mañana, con esa sonrisa tan bonita. Que se contonee al ritmo de la música que tú le cantas. Ver tus sueños cumplidos junto a ella. Pero se rompe. Te alejas. La pierdes. Y ahora rezas para que el destino vuelva a hacer que te topes con ella.

Max recogió la maleta de su puerta, y después a mi de la playa. Esa misma noche embarqué a LA. Llegué y me alojé en lo que sería mi casa a partir de ahora. Una mansión de fachada blanca y de enorme dimensiones. Un recibidor amplio y con mucha luz. Una escaleras en medio, llevan a la planta de arriba con 4 dormitorios y 3 baños. A la izquierda de la escalera, un salón enorme, y al lado contrario, una cocina de iguales dimensiones. Una valla muestra una piscina, un jacuzzi y mesas con silloncitos.

-Wow.- digo al quitarme las gafas.

- Aquí vivirás a partir de ahora. El vecindario es tranquilo, y todos son multimillonarios famosos, con lo que la privacidad la tienes asegurada.- me dice Ken a mi lado.

Es un señor de unos 43 años, alto, de tez blanca, pelo negro y canoso, y trajeado. A partir de ahora él iba a ser mi manager, y acompañante junto a Max, en la producción y reuniones. Me instalé rápido en mi habitación. Apenas tenía ropa como para llenar aquel enorme vestidor. La cama era enorme, con sábanas negras y en las paredes habían colgado mis premios, que había ganado recientemente.

-¡Danilo baja!- me vocifera Ken desde la cocina. Cuando bajo, unas personas en traje me esperan derechos.- Estos son el personal.

- Hola señor Ricci, yo soy Flor, la cocinera.- una señora me tiende la mano y yo se la estrecho.

- Yo soy Willy, su nuevo chófer.- un hombre mayor me saluda con la cabeza.

- Y nosotras somos Malva y Theresa, las limpiadoras.- dicen dos muchachas que parecen ser gemelas.

- La familia West le servirá.- me aclara Ken. Asiento y salgo al jardín a fumarme un cigarro. Ken aparece a mi lado.

- Yo no estoy acostumbrado a estos lujos, Ken.- exhalo el humo y cierro los ojos.

- Pues acostúmbrate a tu nueva vida.- dice él cogiendo un cigarro de su bolsillo y encendiéndoselo.

Marlena tenía razón. A lo mejor era hora de volar. De rehacer mi vida. Arrancar la página y escribir una nueva. Marlena. Cerraba los ojos y la veía. Encendía el móvil y la veía (sigo con el fondo, pero es que no puedo quitarlo). ¿Qué estaría haciendo? ¿Estaría llorando? Porque yo aunque no lo hiciese, por dentro estaba como si me hubieran vaciado sin dejar absolutamente nada. ¿Cómo puede llenarte alguien en tan poco tiempo? Porque es ella. ELLA. Marlena era una chica distinta a las demás. Brillaba por si sola, y le gustaba jugar. Pero escondía muchas cosas que le hacían ser reservada y asustada. Miro mi mano y deslizo la yema de mi dedo por el grabado de mi anillo. Su regalo de Navidad. Precioso detalle. Y el tatuaje. Nos íbamos a hacer uno los dos. Pero como ella dijo, nuestra historia de amor, se la llevó el mar. Busqué en Google la tienda de tatuajes más cercana y con mejor valoración. Y allá que fui. Joshua y Nate también me acompañaron y aprovecharon para hacerse otro. Pedí a Nate que me echara las fotos mientras el hombre me tatuaba. Decidí tatuarme en la zona de la V, una de las favoritas de Marlena. Según ella era la más sexy, y cuando me la lamía lentamente con pequeños besos...Joder...

-Tío...- me dice Joshua riéndose. Veo donde señala y veo que estoy empalmado. Jodida Marlena.

- Tienes que empezar a olvidarla Dan.- me dice Nate cuando me levanto de la camilla.

- Hay personas que se quedan grabadas en la piel para siempre. Y ella es una de ellas.- digo mirando en el espejo el resultado. En cursiva, la tinta negra con un poco de rojez alrededor, se lee : 'Little Girl'.

Mi canción preferida. Mi canción más verdadera. Su canción. Su descripción. Ella.

Lo subí a Instagram, y en el pie de foto, su frase. Lo que se llevó el mar. Con esto, abría una puerta a mi nueva vida. A la fama. A mi sueño. Y a lo mío con Marlena le ponía cualquier punto, menos el final.

Lo que se llevó el mar (1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora