Me tiro todo el concierto con Vera a mi lado, en la parte derecha del escenario. Bailamos en las canciones más movidas, y con linternas nos vemos lento en las canciones con menos ritmo. Cuando Dan termina, el público le aplaude y chiflan eufóricos. Dan se adentra en la sábana negra seguido de los músicos para el camerino. Corro hasta él y lo abrazo. Me levanta del suelo y empieza a dar vueltas conmigo en brazos. Su sonrisa es enorme, y sus dos ojos café brillan con mucha intesidad.
-¡Pequeña ha sido maravilloso!- se separa de mi y corre hasta Vera. Los dos se abrazan y veo como lloran. Vera sujeta su cara y le dice algo que no puedo escuchar. Joshua y Nate entran con una botella de cava y empiezan a agitarla y a mojar a Dan, mientras cantan.
- ¡Habéis estado increíbles chavales!- salta Max entrando.- Ahora vamos a celebrarlo, pero tened en cuenta que mañana es gira en otro país eh.
Los chicos salen corriendo hacía el exterior para ir en la pequeña furgoneta negra que han alquilado. Un montón de flashes, y personas nos esperan fuera para fotografiar a Dan y los demás. Me meto con ayuda de Dan y me siento sobre sus piernas. Él me rodea por la cintura y yo meto los dedos en su pelo desordenado. Me inclino y le doy un beso en los labios. Su lengua se cuela entre mis labios ligeramente abiertos y acaricia la mía ansiosa. Su beso es húmedo y deseoso, lleno de éxtasis y adrenalina. Me separo y lo miro a sus dos ojos café.
-Te voy a echar de menos Dan...- cierro los ojos y pongo mi frente con la suya.
- Yo también pequeña...- me acerca hasta su pecho y me abraza.- Pero solo será un mes...
Bajamos de la furgo, y vamos hasta el establecimiento de música. Nos tomamos unas copas y volvemos a nuestras casas. Entramos por la puerta, y Dan me coge por la cintura y me estampa contra la pared. Su boca colisiona con la mía, que se entreabre deseosa de sentir su lengua acariciar la mía. Su mano va a mi espalda, que baja la cremallera deshaciéndose del vestido que cae al suelo dejándome en un conjunto de encaje rojo. Yo le desabotono la camisa, y nos dirigimos a la habitación. Mis manos recorren su torso duro, acariciando cada parte de su piel que queda dibujada. Dan cae en la cama conmigo a cuestas y empieza a dejar besos por mi cuello, vientre, hasta llegar a la costura de mi tanga. Su dedo aparta el tanga, y se desliza por mi humedad hasta colarlo dentro. Empieza a moverlo, y gimo contra su oreja, mientras él devora mi cuello. Cuela otro dedo, y le clavo las uñas en la espalda por el placer. Cuando me llega el orgasmo, me calla dándome un beso. Se levanta y veo como se quita los pantalones. Su bóxer negro deja claro por la pirámide que forma, que está empalmado. Tiro de él, y bajo hasta sus bóxer, cuál arrebato y lo tiro al suelo. Cojo de la mesilla un preservativo y se lo pongo. Dan me quita el tanga con el sujetador y lo tira junto a sus prendas. Me coloco en la entrada, y me subo a horcajadas de él. Suelto un gemido y Dan un gruñido ronco. Empiezo a moverme en círculos y a botar lentamente sobre él, quien echa la cabeza hacía atrás muriendo de placer. Antes de que ambos lleguemos al extremo, Dan me da la vuelta hasta quedar debajo suya. Me penetra de un tirón, y acelera y ralentiza el ritmo según se dé. Cuando ambos explotamos gritando nuestros nombres, nos acurrucamos y nos quedamos dormidos.
La alarma suena muy temprano. Dan se levanta y empieza a hacer su maleta, mientras yo sigo en la cama. Me pongo mi ropa interior y cojo mi bata de seda blanca. Voy al salón y preparo café para los dos. Nos sentamos en el sofá, en silencio. Dan me mira con su café intacto. Lo miro y veo que sus ojos están apagados al igual que los míos.
-¿De verdad que no puedes venir conmigo?- dice rompiendo el silencio.
- Tengo que trabajar, no puedo salir.- digo con una mueca de tristeza. Castigo de mi padre.
- Prométeme que no me vas a olvidar.- dice cogiendo mi cara entre sus manos.
- ¿Cómo me voy a olvidar de ti?- digo llorando. Mis lágrimas se depositan en las palmas de su mano.
- No llores pequeña, por favor...No me lo hagas más difícil...- me atrae hasta su pecho y me abraza. Su móvil suena.- Es Max, esta abajo.
- No por favor...No me dejes sola...- digo llorando contra su pecho aferrándome fuerte.- Él volverá, y me hará daño como siempre...
Dan se separa de mi y me mira con sus dos ojazos café.
-Ese hombre no volverá a hacerte nada Marlena, te lo juro.- se inclina y me besa suavemente en los labios. Suena de nuevo su móvil.- Me tengo que ir ya...
Se levanta y camina hasta la puerta. Coge la maleta y mira hasta donde estoy yo. En el sofá abrazando mis rodillas, llorando. Suelta las cosas y corre hasta mi. Salto a sus brazos y lloro en el hueco de su cuello.
- Te amo Dan, te amo tanto...- consigo decir entre los sollozos.
- Yo también te amo pequeña...mucho...- se despega de mi, y me besa en los labios mezclado con mis lágrimas.- Volveré a verte pronto, te lo juro. No me olvides.
Sale por la puerta dejando un vacío. Corro hasta el balcón y veo como antes de entrar en la furgo me echa una última mirada.
-Adiós pequeña...- dice con una sonrisa de lado, intentando ocultar su tristeza.
- Adiós mi vida...- digo abrazándome a mi misma.
Veo como se aleja, sintiendo un fuerte dolor en el pecho. ¿Lo perdía? Lo que perdía, era una parte de mi, que se había ido con él.
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Lo que se llevó el mar (1).
Teen FictionMarlena es una chica que vive en el centro de Madrid. A sus 25 años trabaja en la empresa familiar. Sus rutinas son básicas y aburridas, pero todo cambia gracias a un ascenso del trabajo que hace que se desplace hasta Roma. Casi que muere atropellad...