26. Mi sueño comienza aquí.

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Estoy hablando por WhatsApp con mi productor. El lanzamiento de mi disco sería el sábado... Dios... Mi sueño se iba a hacer realidad, después de tantos años y tanto esfuerzo. Me salgo a la terraza y marco el número de Max.

-¿Aún despierto estrella?- me dice él entre risas.

- ¿El disco se podría sacar el jueves?

- Supongo que si, prácticamente ya está.- empiezo a reírme y saco un pitillo de mis vaqueros.- ¿Y donde será la gira?

- Empezaremos por París, Berlín, Ámsterdam, Moscú, Sicilia...- noto como se ríe a través de la línea y me río con él.- ¿Una pasada verdad?

- Bua...- inhalo el humo de mi cigarrillo y miro al cielo. Está cubierto, y caen gotas finas y pequeñas de lluvia...- Estoy deseando...

Un grito procedente del interior de la casa hace que cuelgue y entre corriendo. Vuelve a escucharse y corro hasta el cuarto de Marlena. La encuentro enredada en las sábanas moviéndose inquieta y sudando. Me pongo junto a ella y la zarandeo.

-Marlena...Marlena despierta...- sus dos ojos azules de abren de repente, de ellos brotan dos pequeñas lágrimas. Al encontrarse con mi mirada, se abalanza a mi cuello y se esconde en el hueco de mi cuello. Empieza a llorar mientras su respiración es agitada y entrecortada.- Ya está...Tranquila pequeña, estoy aquí...

- No te vayas por favor...- susurra entre sollozos. Me tumbo con ella aún pegada a mi, y la cubro con mis brazos. Voy a preguntarle que le pasa, pero noto como su respiración se ralentiza y apoya la cabeza en mi pecho. Me quito los pantalones y chaqueta, y vuelvo a meterme con ella. Me fijo en cara y sonrío. Era de tez blanca sin imperfecciones, pelo castaño claro con mechones rubios, ondulado y bastante largo. Sus labios son rosados, sus pestañas son de un castaño oscuro largas y sus cejas son perfectamente simétricas. Me pasaría horas y horas observándola. Me pasaría horas desvistiéndola. Me pasaría el resto de la vida con ella.

A las 7.00 am suena el despertador. Me levanto yo primero, y preparo el desayuno. Marlena aparece bostezando mientras se estiraza por la puerta.

-Buenos días pequeña...- la estrecho en un abrazo y le doy un beso en su cabeza.

- Buenos días...- se pone de puntillas para intentar darme un beso en los labios, pero me tengo que agachar para dárselo.

- Cuando te digo pequeña, es por algo...- le sonrío y me suelta un manotazo en el hombro. Se sienta en la encimera y agarra su taza de café. – Hoy voy a ver como son los discos.

- Oh...- dice ella mientras da pequeños sorbos.- Yo hoy voy de reuniones.

- Jum...Que aburrimiento...- me acerco a ella y hundo mi nariz en la piel de detrás de su oreja. Le planto un pequeño beso, y toda su piel se eriza. Dejo otro en su mandíbula, y termino en sus labios. Cuando se entreabren, su lengua acaricia la mía, y el sabor a café, inunda ambas bocas.

- Tenemos que irnos Dan...- se separa y baja de la encimera. Se mete en su cuarto y sale al rato vestida con unos pantalones negros que se le ajustan a la cintura, y se van ensanchando a la vez que caen al suelo, unas Converse negras, una camiseta de manga larga blanca y encima un chaleco de punto negro y blanco a rayas. Sus curvas quedan perfectamente dibujadas, y su pelo cae por sus hombros recogido en un pequeño moñito. Tiene los ojos delineados elegantemente y los labios pintados en su rojo adicional. Pasa por mi lado y le doy una cachetada. Se gira y con sus ojazos azules muy abiertos, me mira como si hubiera cometido un crimen.

-Perdón pero es que dios mío...Eres preciosa...- tiro de su mano hasta tenerla en frente. Ella mira hacía arriba y se topa con mis dos ojos que brillan de emoción.

- Tú también eres hermoso mi vida...- se sonroja al decir lo último.

- ¿Mi vida?- sonrío de lado y veo como aparta la mirada. Le cojo de la barbilla y la obligo a mirarme.- Ey...Me encanta...

Sonríe y se separa de mi para coger su maletín. Me pongo unos pantalones negros de vestir y mi camisa blanca, y bajamos hasta mi moto. Ella se va en su coche porque dice que quiere salir bastante tarde ya que ayer no hizo nada, así que me despido de ella con un beso por la ventanilla, y la veo ir. Cojo mi moto y voy hasta los almacenes donde mi disco esta fabricándose. Max me espera con una gran sonrisa fuera.

-Aquí esta el artista.- me abraza y me indica dentro del edificio. Coge un disco y me lo enseña. Las letras blancas destacan entre el fondo negro. 'Black rain'. Miro dentro y hay una foto mía en un taburete con un cigarrillo entre mis labios, y en la otra parte está el CD. Atrás, están los títulos en orden de las 7 canciones.- ¿Qué te parecen?

- Lo mejor.- sonrío y miro como miles ejemplares como este, empiezan a amontonarse.

Me tiro horas y horas allí, organizando la gira con Max, averiguando hoteles, empezando la carrera de mis sueños...

Lo que se llevó el mar (1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora