Huyendo de los demonios.

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Como suele suceder, al caer la noche los gritos resonaban en la habitación del líder Jiang. una vez más, su esposa entro en la habitación buscando una pelea usando palabras hirientes y ofensivas las cuales empeoran con él día a día. Jiang FengMian experimenta una profunda tristeza cuando el lugar que debería ser un cálido hogar lleno de amor se convierte en un tormento que lo aprisiona. Siente un gran pesar, puesto que le queda toda una vida por vivir junto a su esposa que ama, pero no sabe cómo tratarla. Desafortunadamente, la habitación de los niños se ubica cerca de la del líder y se escucha todo el escándalo, desde que empieza hasta que termina. Ese pequeño corazón llora en secreto para no ser visto ni escuchado. Por la cabecita de ese pequeño ser, sus pensamientos lo abruman y se pregunta por qué sus padres se odian tanto, ¿será él el responsable de esas peleas? Es normal que un niño de esa edad tenga esa clase de ideas cuando se está rompiendo y cayendo a pedazos.

El pequeño se sobresalta con cada estruendo de algo estrellándose contra la pared o el suelo, rompiéndose en pedazos. Ya no puede soportarlo más, anhela desvanecerse y poner fin a todo, sólo para tener la oportunidad de vivir en paz y felicidad. Temerosamente el niño asoma sus ojos fuera de la manta para mirar a su alrededor, deteniéndose en la otra cama en dónde Wei Wu Xian duerme plácida y profundamente, como si hace poco no hubiera ocurrido nada terrible.
¡quién cómo él! ¿No? Mientras nada perturba sus sueños nuestro pobre y pequeño Jiang sufre de insomnio producido por su inestabilidad emocional y otros problemas que lo aquejan. La vida diaria del joven maestro Jiang se ve alterada por las travesuras del recogido de Wei Wu Xian. Otra rutina que ya es parte de su vida, son los gritos y reclamos de su madre. En los entrenamientos, siempre bajo la mirada vigilante y crítica de su madre, quien no pierde el tiempo en gritarle y decirle lo deficiente que es, que, si sigue por ese mismo camino y no se supera jamás podrá ser el lider de la secta, que no sueñe que se la entregaran a alguien tan debilucho y para variar no pierde el tiempo para restregarle a la cara que el bastardo de Wei Wu Xian es mejor en todo lo que hace y que posiblemente siempre él será el segundo, una gran vergüenza.

Esa mujer no tiene corazón, ¿acaso no comprende la importancia de la figura materna en la vida de un niño? Jiang Cheng necesita el cariño de una madre, sentir sus abrazos, amor y ternura. El pequeño necesita oír de ella dulces palabras. Ante los ojos de una pequeña criatura de nueve años su propia madre se ha convertido en un monstruo que le dice frías palabras y es distante. No es capaz de brindarle una estabilidad emocional. Para su hijo, Yu ZiYuan es alguien por el cual en vez de sentir amor, siente temor y dolor. ¿Cuándo fue que se dio por vencido en su búsqueda de recibir, aunque fuese un poco de amor de parte de su madre, de sentir los cálidos brazos de quién se supone debía protegerlo en vez de lastimarlo?

Desde su tierna infancia, Jiang Cheng teme de las noches tormentosas. Por ello, solía refugiarse en la cama de su padre, quien lo cobijaba y protegía de los truenos y relámpagos. En una temporada de invierno el líder Jiang fue a la conferencia anual que se realiza por el cultivador jefe a la cual todos los lideres del mundo de sectas deben asistir. El día se tornó frío, mientras densas y sombrías nubes cubrieron el cielo ocultando la luz del sol. La tormenta no tardó en llegar y, con el primer estruendo del trueno un pequeño de siete años salió corriendo buscando protección en los brazos de su madre ya que su padre no estaba, pero la miserable lo recibió con una cachetada que lo mando de bruces al suelo y mostró su rechazo, expresando notoriamente el asco que estaba sintiendo al ver al menor comportándose como alguien normal, un simple niño asustado.

- no seas patético - le dijo con la voz alzada, llena de desprecio y una aterradora mirada que lo congelo aún más hasta los huesos - ¿y tú vas a ser el futuro líder de Yunmeng Jiang? - se burla con una carcajada - no das más que vergüenza- le agarra del rostro y lo aprieta ocasionándole un fuerte dolor- ¡mira que patético eres! - exclama con desdén. Inevitablemente ese pequeño loto no puede ocultar sus lágrimas y gimoteos - miren al futuro líder, un llorón con el rostro lleno de mocos- lo suelta con un movimiento brusco - ¡LARGATE, DESAPARECE! - grita la mujer colérica. El niño sale apresurado y muerto de miedo de regreso a su habitación, pero en el camino se encuentra con su hermana quien sin hacer preguntas, suavemente limpio las lágrimas de su hermanito, lo tomo de la mano para llevarlo con ella y meterlo a la cama. Después de hacer dormir al menor, Yan Li lo acurruca entre sus brazos para luego ella dormir también.

Esa vez fue el momento en que se dio por vencido... poco a poco, el dulce niño comenzó a sentir que no era lo suficientemente bueno, que nunca sería amado por su madre. Los intentos desesperados por llamar su atención, los abrazos y palabras cariñosas que no recibió, hicieron que su corazón, sus ojos llenos de inocencia y esperanzas, ¡se volvieran vacíos!.

Pero el lider Jiang no queda atrás, desde que trajo a ese bastardo de las calles lo primero que A'cheng perdió fue a sus preciados perros, sus amigos más leales. Después su padre dejo de prestarle atención. Cada vez que nuestro pequeño loto alcanzaba algún logro buscaba orgulloso la aprobación de su padre, pero este solo suspiraba, negaba con un movimiento de cabeza y miraba a otro lado posando sus ojos en Wei Wu Xian a quien le sonreía con amor y gentileza, estas acciones destrozaban el corazón de Jiang Cheng y cada vez más su confianza de poder hacer algo correctamente que enorgullezcan tanto a papá como a mamá y de lograrlo eso sería una gran hazaña que duda lograr algún día, para estas alturas el menor había empezado a perder su autoconfianza llegando a pensar que solo era alguien inútil y que jamás lograría hacer nada en su vida que merezca un reconocimiento de sus padres hacia su persona.

La única que le daba paz a su pequeño corazón y le brindaba calor, era su dulce hermana. Sin embargo, debe compartir todos sus afectos con ese intruso que la acapara para él quitándole todo su tiempo cada vez que tenían libre. Lo que más odia es encontrarse con ellos y sin querer justo en el momento en que la hermosa Jiang Yan Li le está sirviendo sopa de loto al bastardo ya que lo preparaba especialmente para Wei Ying, pero cuando lo notan lo invitan a comer, pero si él no apareciera jamás lo irían a buscar para compartir esa olla de comida.

¿Qué hizo, a qué antepasado ofendió como para tener una vida miserable como la que le toco? no quiere seguir aguantando más ¿por qué tendría...? no hay nadie que lo ate a ese lugar que, hace mucho dejo de ver como su hogar, un lugar donde ya no hay amor para él. Desea ser feliz, vivir en paz y está convencido de que ese lugar especial se encuentra lejos de Yunmeng Jiang. El niño se convence que lejos de ese lugar puede encontrar una familia que lo pueda a mar, lleva cargando con ese pensamiento por mucho tiempo, pero aún es muy pequeño y teme de estar solito por mucho tiempo antes de encontrar un nuevo hogar, no le importa si es chiquita, el solo quiere irse lejos en donde no lo puedan encontrar.

Es otra noche más y la historia se repite, gritos, insultos, ira.... ¡Pena!. Jiang Cheng llegó a su límite, en ese momento está sufriendo de una crisis de pánico, le falta el aire y debido a que no es la primera vez, ya sabe que hacer para calmarse así que, se apegó de espalda contra la pared y empezó a contar con cada respiración para poder calmarse, está técnica la aprendió de un sirviente que lo encontró en medio de una de sus crisis que anteriormente había tenido.

 
Mientras sus padres se gritan e insultan en la otra habitación y ya no resistiendo más, Jiang Cheng saca de entre sus prendas un hanfu rojo, muy distinto al que se usa en su secta, no dudo ni un minuto y se lo coloco. Dejando atrás cualquier accesorio que lo pudiera rastrear incluyendo el cascabel, salió y para su buena suerte el oscuro manto del invierno lo protegió,  por lo tanto nadie noto cuando se fue. Jiang WanYin comprobó en ese momento que no solo era invisible para su propia familia si no que para todo el mundo y más se convenció de que nadie lo ha de extrañar y que pronto lo olvidaran, ya lo hacen estando él bajo sus narices ¿Cuál es la diferencia si se va o se queda...? 

El loto de los WenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora