El loto de los Wen

Cerca de ti.

Cerca de ti.

Ir hasta los recesos de las nubes montaña arriba, solo se puede a pies ya que está prohibido llegar volando, ¿y cuál es la razón? Sólo los Lan lo saben. Wen Cheng y su grupo a primera hora de la mañana sale de la posada para dirigirse a Gusu Lan. En el camino se fueron jugando y hablando de trivialidades, estando cerca de la entrada a Wen Zhuo Cheng le llamo la atención el joven que está recibiendo a los estudiantes, su estúpida sonrisa, la expresión de su rostro, sus ojos tan transparentes, lo cautivo por completo y en el acto. Sin exagerar jamás nunca, ni siquiera una mujer le movió el piso como ese ser maravilloso lo acaba de hacer ¿de dónde salió una bella deidad que opaca al mundo de tal manera?

- se te está cayendo la baba - dice Xue Yang pasándole un pañuelo y rompiendo la ensoñación de su hermano.

- ¡infeliz...! - dice Wen Cheng, calmando en silencio su acelerado corazón.

- hay que reconocer que es una lindura - dice Xue Yang.

- el corazón de nuestro hermano quedo cautivado – se ríe Meng Yao.

- A'yao, no empieces, mira que contigo no puedo ser rudo - advierte Wen Zhuo Cheng.

Al estar de frente a los Lan, saludan con una reverencia presentandose con sus respectivos nombres - es un honor poder venir a Gusu, gracias por su invitación - dice el Wen volviendo a erguirse para poder ver los ojos de aquella divinidad.

- el honor es nuestro - responde el Lan sorprendido ya que, no esperaba que los Wen asistieran y menos que fueran los primeros en llegar - un discípulo los llevara hasta la residencia que les corresponde.

- ¿usted será nuestro maestro? - pregunta Wen Cheng acortando la distancia.

- sí, también impartiré clases, así que nos estaremos viendo - responde con una sonrisa fingiendo el hecho de que no se da cuenta de que el menor está invadiendo su espacio personal, creyendo que el Wen no se da cuenta de lo que está haciendo.

- me gusta...- sonríe el Wen ladinamente.

- ¿qué dijo? - pregunta sorprendido el Lan debido al atrevimiento del menor.

- su aroma es dulce y cítrico... me gusta, me hace querer morder para descubrir como sabe su sabor...- dice en lo que se va mostrando una sonrisa ladina y dejando a un Lan desconcertado, ya que nadie se había atrevido hablarle de esa manera y menos decirle esas palabras que implican muchas cosas, al no ser que sea solo eso y él está pensando demás.

Estando en la privacidad de la residencia en la que se van a quedar mientras estén estudiando en Gusu, los chicos se sienten libre de hablar de lo que sea entre ellos.

- hermano, si quieres yo puedo dejar inconsciente al Lan, lo meto dentro de una bolsa mágica y así lo puedes llevar contigo - dice el pequeño Wen, recordando a los mayores su habilidad para dejar inconsciente a las personas con sus drogas que no se pueden percibir y de acarrear con un cuerpo más grande que él.

- cuando se trata de drogar o de tus experimentos, tu entusiasmo es tanto que hablas de recorrido - dice Xue Yang acariciándole la cabeza.

- hablando de bolsas - dice Wen Cheng sacando la suya para liberar a Luna y a Niebla - ustedes dos, no pueden salir de aquí y menos ladrar - los perros mueve sus orejas en señal de que entendieron.

Durante la primera semana, Wen Zhuo Cheng no hacía otra cosa más que observar al jade descaradamente y cuando este le miraba internamente se sentía incomodo puesto que cuando cruzaban miradas el Wen le sonreía varonil y seductoramente. El Lan no podía evitar ponerse nervioso ante el descaro del Wen, por eso la mayor parte del tiempo lo ignoraba desviando la mirada a otro lado y eso al Wen le encantaba, y más ganas le daban de molestarlo. En esa semana el Zhuo Cheng lo estudio minuciosamente y fue así como aprendió todos sus horarios y los momentos exactos en los que se queda en completa soledad.