5 años después de la muerte de su esposa, Yoo Jimin, Jeon Jungkook y su pequeña Jeon Min Jeong conocerán a la hermosa y alegre bibliotecaria Lalisa Manoban.
Lizkook 🐰🐱⭐
Jeon Jungkook
Lalisa Manoban
Kim Min Jeong
Yoo Jimin
Lee Taemin
💜
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L
izkook Time|| 01 ||
La pequeña rubia se dirigía a la única habitación donde podía encontrar a alguien especial. Sus herbas doradas sacudiendose conforme avanzaba más rápido, la pijama de estrellas que llevaba puesta estaba algo desordenada, pese a estar aún algo somnolienta, sus ojitos brillaban como dos estrellas. Por desgracia la habitación de Jungkook estaba totalmente vacía, ladeo la cabeza recargandose en el marco de la puerta y formando un puchero de confusión.
Normalmente los fines de semana optaba por quedarse en casa junto a ella y de todas formas, aún y que hubiera salido temprano, se hubiese despedido de ella. Era ilógico que estuviera en la planta baja, puesto que el silencio que provenía desde abajo era simplemente abrumador, el único pequeño jugueton y ligeramente ruidoso en ese lugar era Ttang Kong, e incluso el estaba plácidamente dormido en su habitación.
Decidió regresar al pasillo de su habitación y continuar buscando allí. Mientras sus pequeñas y cortas piernitas se movían por el frío mármol, un sonido la detuvo en seco, para ser exactos, el sonido de una puerta abriéndose lentamente, la puerta de la habitación de invitados que no había sido usada desde hace ya un par de años, en la cual no debería haber nadie ahí dentro.
Min Dong entrecerro los ojos y sin estar convencida del todo, se adentró en la habitación. Una vez que cerró la puerta sin hacer una pizca de ruido lo primero que captó su atención fueron las sábanas extendidas a lo largo del colchón y dos figuras abrazadas en este. Jungkook sostenía a Lisa entre sus brazos y la hermosa castaña se aferraba a el, enterrando su rostro en el pecho del más alto.
Sus ojos y boca se abrieron completamente y sin poder evitarlo un chillido de emoción se le escapó de los labios. Sus piecitos brincando suavemente en su lugar y sus manitas aplaudiendo con entusiasmo. El primer deseo en su primera fiesta de cumpleaños tardo seis años, jamás hubiera imaginado que su nuevo deseo se fuese a cumplir en tan solo una noche.
Sin duda a Jiminnie le gustaba verla feliz.
— ¡Hora de Min Dong!. — Chillo con voz aguda mientras sus bracitos se extendían en el aire y su sonrisa se amplificaba cada vez más, hasta el punto de que sus ojitos fueran cerrado en dos pequeñas y delgadas líneas. No obstante, la sonrisa de la rubia se vio borrada cuando ninguno de los dos chicos prestó atención a sus chillidos. Bueno tampoco era como si le importara demasiado. Podía pasar el resto de su vida obervandolos dormir en esa posición, abrazados tiernamente.
Se encogió de hombros y de puntillas comenzó a acercarse sigilosamente hacia ambos adultos. Usó sus manitas como apoyo para darse impulso y subir junto a el pelinegro y la castaña en la cama. Una vez que estuvo a tan solo unos centímetros de Lisa, ahogó un chillido al tener la increíble y tierna imagen de cerca. Tapó su boca con ambas manitas, y se dejó caer junto a su padre y Unnie.
