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Hace menos de veinticuatro horas, sucedió algo que nunca imaginé: perdí a mis padres, y en un giro del destino, me convertí en la única heredera de su legado

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Hace menos de veinticuatro horas, sucedió algo que nunca imaginé: perdí a mis padres, y en un giro del destino, me convertí en la única heredera de su legado. La noticia de su partida dejó un vacío abismal en mi corazón, y ahora me enfrento al reto de tomar las riendas de la manada que ellos lideraban. La atmosfera en la manada está cargada de incertidumbre y ansiedad, ya que todos esperan que alguien surja como su nuevo líder.

En medio de este torbellino de emociones mi mejor amigo, que siempre me habla con la realidad, el beta, un lobo de apariencia imponente y una mirada profunda que recuerda a mi padre, se acercó a mí con preocupación en su rostro.

—Samantha, entiendo tu dolor y tu valentía, pero asumir el liderazgo de una manada de esta magnitud no es tarea sencilla —dijo con voz serena.

Mis ojos se encontraron con los suyos mientras me enfrentaba a esta figura de autoridad.

—¿Por qué no debería hacerlo? ¿Acaso el hecho de ser mujer me impide ser una Alfa? —respondí, tratando de mantener mi voz firme a pesar de la conmoción.

—No es por eso, Samantha, pero debemos ser realistas. Además, la fortaleza física es un aspecto importante en este cargo, y en comparación a los lobos más experimentados, podrías ser considerada débil.

Mientras mis pensamientos se agitaban, el ambiente se llenó de tensión cuando los guardias de la manada irrumpieron en la conversación, interrumpiendo nuestro diálogo en el peor momento posible. Fue entonces cuando Dominic, un lobo de actitud desafiante y una sonrisa burlona que siempre conseguía sacarme de quicio, se unió al grupo.

—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? La futura líder intentando demostrar su valía —se burló Dominic, con su tono sarcástico habitual.

Mis puños se cerraron con fuerza, pero me recordé a mí misma que necesitaba mantener la compostura. Respiré hondo antes de responder.

—No necesito demostrar nada a alguien como tú, Dominic.

El beta intervino con calma, tratando de evitar un conflicto innecesario.

El viento sopló suavemente, llevando consigo los ecos de nuestras palabras y las emociones intensas que giraban en torno a nosotros. En medio de la tormenta emocional, me enfrentaba a desafíos que nunca anticipé, y cada palabra, cada gesto, pesaba como una carga sobre mis hombros.

— Mmm... .
Observo sus rostros confundidos, parece que ni siquiera saben cómo dirigirse a mí en esta nueva situación.

—Seré la nueva líder de esta manada.

El impacto se refleja en sus ojos mientras procesan mis palabras.

—Hemos capturado al vagabundo que estaba robando nuestras cosechas.

Decido mostrarles que no subestimen mi fortaleza.

—Llevadme hasta él.

Los guardias asienten, transmitiendo una mezcla de respeto y curiosidad. Estoy harta de la repetitiva lucha con los despreciables Roguers.

WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora