5🐺

252 30 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Sentí el cuerpo musculoso y cálido de Matteo a mi lado, su presencia era como un imán que me atraía. Observé sus rasgos, delineados por la luz tenue de la habitación, sus ojos cerrados y su respiración tranquila. Era increíble cómo su simple cercanía podía provocar una tormenta de emociones y sensaciones en mí.

Sin embargo, antes de que pudiera continuar con mis asuntos, la puerta se abrió de golpe y Dean entró a la habitación en un torbellino de emoción. Su voz resonó en la habitación mientras gritaba como si estuviera en medio de una crisis.

-¡Sammy, hay un problema!

El repentino alboroto hizo que Matteo se despertara, sus ojos se abrieron de golpe y su mirada se enfocó en Dean. Aunque su expresión era somnolienta y confusa, no pude evitar notar la manera en que sus músculos se tensaron al instante, listo para actuar si era necesario.

 Aunque su expresión era somnolienta y confusa, no pude evitar notar la manera en que sus músculos se tensaron al instante, listo para actuar si era necesario

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dean bajó la cabeza avergonzado, su expresión reflejando la gravedad de la noticia que tenía que comunicarme.

-¿Qué pasó, cariño mío? -pregunté, preocupada por la forma en que sus palabras habían afectado a mi amigo.

Las miradas en la habitación se posaron en Matteo, quien parecía atrapado en un dilema interno. Su mirada se clavó en mí, y en sus ojos pude percibir una mezcla de emociones: preocupación, posiblemente celos y una pizca de ira contenida.

-Emmm, un vampiro mató a uno de los nuestros -finalmente reveló Dean, su voz cargada de tensión.

La revelación me dejó boquiabierta. No podía creer lo que estaba escuchando. Mis ojos se abrieron como platos ante la gravedad de la situación.

-¿Qué cojones? -exclamé, mi voz cargada de indignación. Sin perder tiempo, tomé mi bata y bajé las escaleras con decisión, llegando a la entrada de la casa.

La sangre del joven lobo de nuestra manada manchaba el suelo, un recordatorio cruel de la violencia que había ocurrido. Observé el cuello del lobo caído y ahí estaba, la marca característica de los vampiros, una señal siniestra que indicaba la intervención de esos seres oscuros.

WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora