¿Regreso?

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Habíamos estado varios días sin ver a ninguno del resto de la familia desde el día que Nadia vino por Cerbero, estaba segura que ya estaban enterados y habían evitado que Erick viniera a molestar, habíamos tenido un pequeño intermedio para aliment...

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Habíamos estado varios días sin ver a ninguno del resto de la familia desde el día que Nadia vino por Cerbero, estaba segura que ya estaban enterados y habían evitado que Erick viniera a molestar, habíamos tenido un pequeño intermedio para alimentarnos hace un par de días pero luego de eso no habíamos salido de casa e incluso corrimos el riesgo de que los lobos nos vieran en esa ocasión, aunque a Emmett le había hecho gracia a mí no así que no volvió a intentarlo.

— Aún no entiendo como es que la cama resistió.

Me reí junto a Emmett mientras veía la chimenea,  en un intento por ver una película terminamos en la sala realmente tirados en la alfombra porque en algún momento rodamos al suelo y ya no salimos de ahí.

— Fue porque la construí yo y es de abedul así que resiste bien, hubo muchas pruebas antes de llegar a ella...

Me reí antes de volver al silencio, Emmett dejaba besos por mi coronilla mientras que yo dejaba pequeñas caricias en su pecho, era el mejor momento de mi vida y realmente lo estaba disfrutando pero algo en mi interior no me dejaba estar completamente tranquila.

— Creo que es momento de presentarnos en casa... ¿Tomamos una ducha?

Asentí a mi ahora novio antes de dejar un corto beso en sus labios, nuestro momento pudo seguir pero un golpe en la puerta nos hizo separarnos, no percibíamos el aroma de nuestra familia y tampoco es como que los que nos visitaban fueran de tocar la puerta, normalmente ellos abrían como si nada y nos hablaban sin importar la situación en la que estuviéramos, Alice me había encontrado saliendo de la ducha en más de una ocasión.

Emmett se separó de mí  y se puso un pantalón de chándal para abrir la puerta y yo fui detrás de él cubierta con la manta que había en el sofá a no menos de un metro por si algo pasaba, en la puerta no había nada grande, únicamente una caja negra de unos 30 centímetros con un lazo dorado asegurando su contenido, me acerqué a ella con desconfianza al mismo tiempo que Emmett la levantaba y entraba en casa.

— Rosas y Sándalo.

Esas dos palabras hicieron que mi muerto corazón diera un vuelco pero no de la buena manera, si no de una manera aterradora que me decía que mi felicidad no podía durar nunca, me acerqué para abrir la caja con cuidado por si algo saltaba de dentro de ella, pero no, únicamente había una rosa blanca con pequeñas motas rojas como si tuviera sangre esparcida en ella, tragué saliva para sacarla con cuidado, comencé a inspeccionarla y únicamente le habían dejado una espina un poco grande, se la di a Emmett cuando vi la nota al fondo, estaba escrito con tinta en un viejo papel que parecía una especie de papiro antiguo de textura suave.

— Pronto lo entenderás. T...

Leí la nota en voz alta, Emmett veía la rosa con odio, como si supiera de quién estoy hablando, me acerqué para quitársela de las manos por si se le ocurría destruirla en algún momento, no es que quisiera conservarla pero si algo pasaba, esa rosa sería evidencia contra él para que Caius lo viera.

Para Siempre [Emmett Cullen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora