Un final...

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Ninguno había logrado descansar apropiadamente, Elizabeth ni siquiera podía lograr meditar su próximo paso por el mar que se libraba en su propia mente, Theodore escapó al bosque por la noche en un intento fallido de calmar su propia alma pero no ...

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Ninguno había logrado descansar apropiadamente, Elizabeth ni siquiera podía lograr meditar su próximo paso por el mar que se libraba en su propia mente, Theodore escapó al bosque por la noche en un intento fallido de calmar su propia alma pero no pudo llegar tan lejos sin que alguno de la guardia lo comenzara a seguir, Rosalie había pasado la noche consolando a su esposo por lo que innegablemente pasaría con su hermano en cuanto la mañana arribará, por la madrugada habían ido a avisar a todos los implicados que el juicio sería llevado a cabo en cuanto un invitado de los reyes llegara al palacio y todos intentaban adivinar quién podría ser de ayuda con la reciente noticia en el palacio. 

Por supuesto que Elizabeth había estado informando de todo a Emmett por mensaje quien había estado intentando darle ánimos a través de sus mensajes de texto, a los cuales la vampira apenas había estado respondiendo por su propio nerviosismo pues apenas podía escribir coherentemente con el temblor en sus manos, pero desde la salida del sol había sido incapaz de responder un mensaje de manera adecuada y había preferido dejar de hablarle hasta que salieran del juicio, incluso se había recluido en su habitación y en su mente.

Erick estaba a su lado ayudándola a relajarse mientras peinaba su cabello y le hacía algunas trenzas que adornaba con pequeñas flores y algunas piezas de plata que había comprado hace poco en el pueblo, Elizabeth había cerrado sus ojos para poder meditar un poco y pensar claramente lo que tendría que hacer durante el juicio, quería meditar cada palabra que usaría,  incluso comenzaba a planear cada una de sus respiraciones durante el juicio. 

—Ángel por amor de Dios, relajate un poco quieres, estaremos bien, hemos demostrado lo suficiente para este punto. 

Elizabeth suspiró sin ser capaz de abrir sus ojos, intentando adivinar las decisiones de los reyes, aunque supiera el desenlace le temía a que algo arruinara el plan y tuviera que quedarse más tiempo, realmente ya añoraba del toque de Emmett, de su risa y voz, aquella que ya no provenía de una bocina. 

—Sólo quiero que todo esto acabe para al fin disfrutar de mi vida al lado de ustedes.

Y Erick podía comprender su miedo y el porqué sus manos temblaban como si hubiera sido sometida a estar dentro de un frigorífico a menos 15 grados sin nada de ropa por demasiado tiempo, aunque su tacto siempre fuera frío en ese momento podía sentir el frío salir  de sus poros, preocupándose porque en algún momento, aunque fuese casi imposible, se desmayara o tuviera algún problema cardiaco de último momento. 

—Y lo harás, pasaremos todo esto los dos juntos. 

Erick decidió abrazar a la vampira con toda la fuerza que podía imprimir en ella sin lastimarla, sonriendo cuando ella se quejó y soltó el aire que había en sus pulmones con lentitud, ambos escucharon como tocaban la puerta siendo el vampiro quién corrió a abrir. 

Llevándose la sorpresa de ver a Rosalie de pie en la habitación, realmente eran a la última vampira que esperaban ver en ese momento por todo el asunto de Dominic en realidad.

Para Siempre [Emmett Cullen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora