Camelia

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Aro había estado pensando en la propuesta de los vampiros frente a él, que el clan de los Cullen se separara lo beneficiaba tanto como lo podría perjudicar porque tendría otro clan en contra si decidía volver a atacarlos, aunque no importase con c...

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Aro había estado pensando en la propuesta de los vampiros frente a él, que el clan de los Cullen se separara lo beneficiaba tanto como lo podría perjudicar porque tendría otro clan en contra si decidía volver a atacarlos, aunque no importase con cual clan decidieran quedarse la adquisición del otro sería una gran ventaja y por otro lado tenerlos alejados por un tiempo no les vendría mal en realidad, notando que ya llevaba un considerable tiempo en silencio.

Elizabeth apenas estaba enterada que harían aquello, pues hasta donde su conocimiento llegaba lo harían hasta un par de décadas más cuando su edad dejase de concordar con su apariencia en Forks y simplemente se separarían de sus clanes sin comentarle a los reyes.

—Supongo que pueden hacerlo, la privacidad en pareja es muy importante, aunque por lo que nos han mostrado ya tienen suficiente privacidad.

En la sala se escucharon risas, muchas de ellas nerviosas, pero entonces, decidieron callar para poder dar su última advertencia ante lo sucedido hacía algunos momentos.

—Elizabeth esta será la última vez que te demos el beneficio de la duda durante tanto tiempo, espero que no se metan en más problemas, pueden dejar el castillo.

Las puertas se abrieron haciendo que los vampiros de dentro comenzaran a caminar para irse, pero Marcus los hizo regresar la vista cuando aclaró su garganta.

— Por curiosidad, ¿cómo piensan nombrar a su clan?

Pero Emmett ni siquiera había pensando en aquello, ni siquiera tenía seguro de que siguiera vivo para ese momento, pero Elizabeth recordó aquel primer libro que Caius le obsequió, aquel del lenguaje de las flores que guardaba con tanto recelo.

—Camelia, como la flor del primer amor; creo que es adecuado para nuestra situación.

Marcus sonrió comprendiendo la pequeña insinuación de la vampira, Elizabeth notó a Caius mover la cabeza insinuando que debían de irse, orden que acató sin pensarlo, comenzó a caminar hacía las puertas con tanta rapidez que incluso Emmett tuvo que apurar el paso.

Al salir la vampira sintió como su corazón dejó de sentir aquella opresión que le impedía respirar, se permitió que los últimos rayos del sol la tocaran sintiendo el calor que estos le proveían pero Emmett la quitó rápidamente cuando vio a dos humanos acercarse.

Especialmente cuando escucharon la voz de la vampira que Emmett no quería ver, pero a la que Elizabeth le estaba tan agradecida, se soltó de los brazos de su esposo para ir a abrazar a Rose con tanta fuerza que la rubia se quejó, su felicidad le estaba haciendo difícil el controlar su propia fuerza, Erick se acercó a Emmett para susurrarle mientras que las otras dos vampiras sonreían intercambiando varios diálogos parando justo en el momento en el que los otros dos se acercaban.

— Te agradezco que cuidarás de mi esposa, fue un buen detalle.

Se podía notar cuando le había costado el vampiro el pronunciar aquellas palabras, incluso podías sentir el escozor en su garganta por el veneno que se había tenido que tragar en ese momento. 

Para Siempre [Emmett Cullen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora