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-Recordaría la muerte de mis padres

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-Recordaría la muerte de mis padres.

Nadia se peinó la cabellera por octava vez en 15 minutos, los patriarcas habían decidido llevarla con el resto de la familia en un desesperado intento porque Elizabeth recordará, pero no habían logrado nada, pero entonces aquel perro amante de su dueña apareció por la entrada, corriendo hacía la vampira quién se arrodilló al instante.

La mujer había enterrado la nariz en el cuello del perro, asustando a los presentes, no sabían que harían si ella recuperase la memoria y se enterara de que se había comido al canino, pero los ronroneos y las risas que comenzaron a salir de la mujer mientras el animal lamía lo que encontraba de su rostro los desconcertó por completo.

-¡Mi amor! Cerbero, te extrañé mi amado pulgoso, ¿donde te metiste?

Jared decidió interrumpir la pequeña reunión tocando el hombro de la mujer, llamando su atención y la del animal.

-¿Podrías decirme como obtuviste a Cerbero?

Elizabeth pareció pensarlo, viendo al perro frente a ella estar sentado con la lengua por un lado, estaba segura de que tenía una historia muy buena pero apenas podía recordar fragmentos, que le dañaba la vista y la memoria.

-Lo encontré en un callejón de Polonia, abandonado, era apenas un cachorro, pero yo jamás eh ido a Polonia ¿o sí? Había comenzado la primavera, estaba desnutrido y adolorido, yo... yo lo llevé a casa con alguien...

Entonces un golpe vino a su mente, rojo, dolor, remordimiento, un grito, Edward tomó su cabeza mientras que Jasper se aferro a Alice por la corriente de emociones.

-¿Qué ves?

Elizabeth tomó su cabeza negando, ella jamás había ido a Polonia, siempre había vivido en Tennesse, porque veía lugares que nunca había visitado, todo revuelto en aquella gran laguna, Emmett se acercó a su esposa en un intento de tranquilizarla pero la mujer sólo se alejó arrastrándose por la alfombra logrando que Cerbero le gruñera a Emmett por lo que le hubiera provocado a su madre, el perro caminó de espaldas hasta tocar nuevamente a su dueña sin dejar de ver a Emmett.

-Alguien, me ayudó pero sólo lo veo arrepentirse y sentir dolor, no entiendo que está pasándome, porque tengo recuerdos sobre cosas que es imposible que hiciera.

Elizabeth tomaba su cabeza con fuerza, como si eso fuera a exprimir el dolor fuera de ella y pudiera ayudarla a comprender las imágenes que veía pasar, rápido e incompletas que apenas le daban una idea de lo que estaba pasando con ella.

-Alguien puso ilusiones en mi cabeza, necesito aire.

La mujer tambaleó en cuanto se puso de pie haciendo que Emmett intentara volverse a acercar a ella, recibiendo un nuevo rechazo de parte de la mujer antes de que saliera caminando descalza por la puerta para correr hacia el bosque seguida de su perro.

Para Siempre [Emmett Cullen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora