Tú te fuiste.

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— Entonces estas son sus rutas frecuentes

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— Entonces estas son sus rutas frecuentes. 

Los vampiros estaban alrededor de la mesa de centro, en la casa de los Cullen, viendo con atención el mapa que estaba frente a ellos, dibujarlo les había costado a los rastreadores poco más de una semana y en el habían al menos 15 rutas diferentes, todas a lugares que Elizabeth frecuentaba, rodeando el territorio de los lobos y obviando el pueblo excepto por una cantina donde suponían se alimentaba ya que tenían algunos panfletos de desaparecidos. 

— ¿Por qué estas dos están en azul?

Ivanna vio las líneas por algunos segundos antes de responder a Erick. 

— Son las rutas más fuertes, desde las montañas hasta la cabaña y desde la cabaña a Forks High pasando por la casa de los Cullen. 

Elizabeth quiso vomitar al simplemente pensar en lo cerca que estuvo todo el tiempo y que ella no pudo encontrarlo antes para asesinarlo con sus propias manos, a pesar de haberle dicho a Emmett que ella no quería participar en esas charlas no podía no escucharlas, nadie quería dejarlos solos en ningún momento, temían que Theodore volviera a hacer enojar a Elizabeth en un mal momento o que Emmett la perdiera de vista como ya había pasado en una ocasión cuando fueron a comprar materiales, Elizabeth había corrido por el comercial cuando le pareció haber visto al hombre de sus pesadillas caminando por el estacionamiento y Emmett apenas la había logrado alcanzar. 

— Estoy harta de escuchar como me vigilaba. 

Emmett peinaba a su novia en la habitación, había descubierto que era algo que la relajaba por momentos. 

— Lo sé mi reina, pero pronto acabará. 

En el fondo la chica estaba asustada de lo que pasaría, no necesitaba de leer la mente como Edward para saber que la usarían de carnada tan pronto como el plan estuviera concretado, siguió pensando mientras que Emmett le hacía una coleta hasta que algo en la ventana la regresó a la realidad de un golpe asustandola. 

— Lo siento chiqui, venía a despedirme, lamento que no podamos quedarnos para ayudarte. 

Elizabeth se acercó a abrazar a su amiga con fuerza. 

— Fuiste de más ayuda de lo que crees, nosotros nos encargaremos del resto. 

Ivanna asintió antes de sentir el aroma de su esposo en la ventana. 

— Recuerda que siempre tendrás un refugio en nuestra casa, no importa en dónde estemos o qué año sea. 

Elizabeth no pudo evitar sonreír, a pesar de que ellos conocían más a Nadia nunca habían dejado de ser amigos de ella también. 

— Y ustedes también en mi casa, esperemos que volvamos a vernos pronto. 

Klaus se acercó a a abrazar a Elizabeth antes de tomar la mano de su esposa para saltar de la ventana y correr hacia al bosque perdiéndose en el ocaso, se quedó viendo el cielo unos momentos hasta que Renesmee entró en la habitación. 

Para Siempre [Emmett Cullen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora