Capítulo 12

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Max:

Solo faltaba una semana para la próxima luna llena, todos estábamos muy estresados y asustados. Don ego fue quien terminó con todo el peso en su espalda, sentía que todo fue su culpa. Para él perder la llave fue algo demasiado humillante, se le notaba a cualquier distancia.

Las horas que pasamos dentro de la nave con el Alfa Horus y el resto de sus soldados volando alrededor de ella fueron completamente agobiantes. En el rostro de cada saurio se podía ver la vergüenza de la derrota —me incluyo, porque yo estaba peor—, también estaba el detalle de que algunos olían a cuerpos en descomposición, ya que, se les ocurrió la magnífica idea de no bañarse. Esas horas fueron suficientes para joderme el olfato.

Estuve al lado del albino durante todo el camino de vuelta a casa, pero durante el viaje no dijo ni una palabra. Estaba demasiado decepcionado de sí mismo y yo no era el mejor saurio para consolarlo, sentía que si le decía una sola palabra terminaría con la lengua degollada.

Yo estoy loco; pero él es peor.

Cuando finalmente llegamos al palacio y vi los rostros de mis amigos, lo primero que hice fue abrazarlos con la fuerza del universo.

—¡Chicos! —grité con todas mis fuerzas y las lágrimas brotando de mis ojos como una catarata.

Los cuatro terminamos en un abrazo grupal, para al final terminar llorando como unos bebes.

—¿Estas bien? ¿No te pasó nada? ¡Respóndeme, aborto fallido! —gritó mi hermana, agitándome por los hombros como la desquiciada que era.

—Te extrañé mucho, lunática —admití, ella solo terminó abrazándome de nuevo con todas sus fuerzas—. Me estás asfixiando —dije, con el poco aire que me quedaba.

En mis últimos momentos de vida, ella me soltó y al fin pude respirar.

—Tengo muchas cosas que contarles, pero creo que ahora no es el momento.

Ellos asintieron con la cabeza entendiendo mi punto, teníamos que reunirnos en el gran salón con los Alfas.

Todo el lugar estaba repleto de miles de soldados de los tres reinos —no sé qué brujería hicieron, pero se bañaron en un pestañeo. Milagro cósmico—, nunca antes en miles de años había ocurrido algo así. Solo situaciones como esa hicieron que las diferencias entre los tres reinos quedaran en el olvido, creo que eso era lo único positivo.

Jade, Ben y yo estábamos entre la multitud esperando que los Alfas hablaran, estuvimos por unos minutos así, hasta que finalmente los Alfas, Tyrus, Horus y el nuevo Alfa Nerus —quien al igual que los otros Aqua-saurios había creado piernas de agua alrededor de sus aletas inferiores para caminar en la superficie—, aparecieron con la Delta Oriana, junto con Orion y Trex.

Unos minutos después el Alfa Tyrus abrió su bocota.

—Estamos todos aquí para proteger nuestro preciado planeta Mesozoia, aquel que fue escogido por nuestros creadores para otorgarnos la divina bendición elemental. Tenemos que dejar de lado nuestras diferencias y trabajar juntos. A pesar de que algunos se hayan perdido y terminaron alabando a espíritus falsos, todos somos hijos del sol y de la luna —Pura mierda salía de su boca. Ese hombre no tenía respeto por nada, ni nadie. Los soldados extranjeros estaban furiosos y ofendidos en todo el sentido de la palabra, ¿cómo no hacerlo cuando prácticamente insultó sus creencias?—. Tenemos el deber de proteger su magnífica obra, porque así como todos y cada uno le pertenecemos a Lunalia y Solarius, toda Mesozoia les pertenece también y les estaríamos fallando si no protegemos el hermoso hogar que nos han dado —Solo los soldados del Reino Tierra escuchaban atentos las palabras del Alfa, el resto solo querían que él cerrara su estúpida boca. Hasta yo me sentía incómodo—. Por eso, hoy le hago un llamado a nuestros amados creadores, aquellos que depositaron esa energía divina que fluye por nuestras venas y por cada cosa que nos rodea. Oh gran Lunalia, madre del cosmos, hoy estamos ante tu cósmica presencia para pedirte que cuides a todos y cada uno de nosotros y nos des la fuerza necesaria para derrotar al mal y que las tinieblas nunca superen la luz, sabemos que moverás montañas, océanos y planetas para evitar que la oscuridad de Eclipsion jamás reine en el cosmos.

Planeta Mesozoico: Período Triásico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora