Capítulo 25

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Jade:

¿En qué pensaba Orion al forzar excesivamente su aura de esa forma?

Era consciente de que el universo le había dado una gran responsabilidad, y no me quería imaginar cómo su mente lo torturaba con la presión que sabía que sentía, pero no justificaba que se hiciera daño de esa manera tan estúpida. Reconozco que teníamos poco tiempo para ayudarlo a dominar el fuego sagrado, pero eso no valdría nada si se ponía en riesgo de esa forma.

¿Por qué los hombres siempre son tan impulsivos?

Al final lo único que consiguió fue caer inconsciente en el piso. La única manera para que se quedara quieto el muy bestia. Los Alfas lo cargaron y lo llevaron a su habitación. Los médicos lo examinaron y dijeron que estaría en ese estado mucho tiempo. Su aura había sido demasiado sobreexplotada y necesitaba recuperarse. Es por eso que su cuerpo entró en una especie de modo de reposo. Él despertaría cuando su aura estuviera totalmente recuperada.

La Delta Oriana, al enterarse de lo que pasó, fue rápidamente a ver a Orion y nos pidió que los dejáramos solos, que ella se quedaría con él a cuidarlo.

Por cómo iban las cosas, los Alfas Horus y Nerus dudaban mucho que el de ojos verdes tuviera el tiempo suficiente para poder patearle el trasero al traidor de su hermano, necesitábamos otro plan, no sabíamos cuánto tiempo Orion estaría dormido y mucho menos sabíamos en qué momento la hermandad atacaría de nuevo. Aunque dentro del Tiranosaurio moreno habitaba el poder para vencer a un Umbramancer, no era justo poner toda esa carga en él.

No sé qué pensaban los Alfas, pero todos teníamos que poner de nuestra parte para poder ganar la batalla.

Después de conversar un rato, los Alfas lograron escucharme, menos mal que lo hicieron por las buenas porque si no lo hubieran hecho, entonces se me habría olvidado que eran de la realeza y les hubiera dado todas las cachetadas posibles hasta hacerlos reaccionar. De todas formas hubiera funcionado, mi hermano dice que tengo un gran instinto asesino. En realidad dice que soy aterradoramente mandona; pero yo lo interpreto de otra forma.

En fin, todos decidimos que entrenaríamos hasta llevar nuestros poderes a niveles que nunca llegamos a imaginar, así cuando Orion despertara viera que no estaba solo, que juntos pelearíamos para derrotar al desquiciado Tiranosaurio albino. No importaba si Trex tenía un poder equivalente al de un ejército completo, lucharíamos hasta el final.

Los Alfas se fueron para informarles a los soldados que en la mañana serían sometidos a un riguroso entrenamiento. Mi hermano, Ben y yo nos fuimos a descansar en nuestras habitaciones.

Cuando finalmente caí en mi cama como una muerta, no pude conciliar el sueño, me quedé sumergida en mis pensamientos. No podía dejar de pensar en muchas cosas, sobretodo en el de ojos verdes.

No cambiaría de opinión al decir que era un idiota por forzarse de esa manera. Sin embargo, entendía el porqué de sus acciones.

No tenía que sacar la raíz cuadrada, para darme cuenta que cuando el Alfa Horus le contó sobre el alcance de su poder él se sintió más presionado que nunca. Seguramente en su cabeza sobre pensaba tanto las cosas que no supo qué hacer y se sintió inútil.

No importaba a cuantos asesinos y anarquistas se enfrentara, su mente siempre seria su mayor enemiga. Como un arma de doble filo, podía ser su aliada; pero también aquella que le apuñalaría la espalda.

Conocía a Orion desde que éramos niños, por eso sé perfectamente bien cómo funciona su cerebro. Sonará loco; pero me alegraba que se hubiera desmayado, al menos así descansaría de todo lo que había pasado. El de ojos verdes merecía un respiro después de tanta locura. Era increíble como un simple cumpleaños se convirtió en el inicio de toda una odisea caótica. Antes solo me tenía que preocupar de lo que comería al día siguiente, qué ropa me pondría, a dónde saldría a pasear y también cuidar lo que diría para que Orion no cuestionara mis creencias.

Planeta Mesozoico: Período Triásico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora