Capítulo 13

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Orion:

Cuando Jade gritó que miráramos hacia arriba, no podía creer lo que estaba viendo.

«No puede ser cierto», pensé.

Era la mismísima constelación de Orión grabada en el techo del palacio.

El solo verla me generó una extraña sensación en el cuerpo, poco a poco sentía cómo me debilitaba hasta caer al suelo inconsciente y lo último que escuché fueron los gritos de Jade y mi madre.

Desperté nada más y nada menos que en el mismísimo espacio exterior.

Perdido en la grandeza del cosmos, pude ver al planeta Mesozoia con sus hermosos anillos planetarios.

Fue algo completamente indescriptible.

Recordé que cuando era niño me imaginaba estar en el espacio conociendo otros mundos. Si le dijera a ese niño que conocería el espacio, no se lo creería.

Estaba fascinado e hipnotizado, admirando las estrellas y el resto de los planetas del sistema solar.

«¿Habrá vida en esos planetas?», me pregunté.

Siempre me generaba curiosidad saber si no éramos las únicas creaciones de Lunalia y Solarius, si tal vez no éramos los únicos con dones elementales. Eso siempre fue algo que recorrió mi mente.

Estaba tan perdido en la belleza del cosmos que me asusté cuando de repente me transporté a una especie de jardín, repleto de unas extrañas edificaciones hechas de oro y plata.

Miré al cielo y se podía observar una gran cantidad de estrellas brillando en el cosmos.

Volví a centrar mi vista en el vasto y extraño jardín en el que inexplicablemente me encontraba.

Delante de mí había una enorme torre con forma de espiral. Pude sentir que en su interior se escondía una inmensa energía de proporciones colosales e inimaginables.

Increíble; pero a la vez aterrador de presenciar.

Me fui acercando poco a poco a la torre, sentía que con su inmensa energía me atraía, como si de una droga se tratase. Estaba tan hipnotizado, que me estremecí tanto que mi cola se tensó debido a una fuerte e inmensa energía detrás de mí. Asustado, me volteé rápidamente, dispuesto a atacar; pero cuando vi a quién tenía en frente, algo en mi interior me dijo: "no ataques". Confundido y asustado pregunté:

—¿Qué eres?

En lugar de responderme, la criatura de proporciones colosales hizo la demostración de unimancia más increíble y perfecta que ningún dinosaurio en el universo pudo haber hecho.

Sus ojos brillaron con el color característico del aura de los Pyromancers. Flamas de fuego ardiente brotaron de su hocico quedando suspendidas en el aire y haciéndose más y más grandes a una velocidad fuera de mi comprensión.

En un simple parpadeo las flamas se unificaron en una esfera, que luego fue directo a mí con toda la fuerza del universo; pero justo antes de que impactara sobre mí. La esfera de fuego se convirtió instantáneamente en arena, la cual se dividió en dos partes al pasar delante de mí, y terminar unificándose nuevamente.

El brillo de sus ojos pasó del rojo al marrón. La arena giró alrededor de mí, hasta que unos destellos de luz comenzaron a salir de ella. La arena volvió a él girando a su alrededor, hasta convertirse en rocas.

Era como ver los anillos de Mesozoia.

Las rocas giraron más rápido hasta explotar repentinamente y un halo de luz rodeara por completo a la criatura. Luego, esta desplegó la luz por todos lados hasta iluminar todo el jardín por un breve momento.

Planeta Mesozoico: Período Triásico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora