Capítulo 17

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Orion:

Las ruinas de Saurepcia.

El solo escuchar su nombre salir de mi boca me generó un terror indescriptible. Ese lugar era el más temido por cada saurio en Mesozoia, como si se hablase del mismísimo Eclipsion.

El simple hecho de descubrir que el ojo de Hades estaba oculto en esas ruinas fue lo peor que pudo haber ocurrido.

Saurepcia fue una civilización antigua que existió a finales del Período Triásico, se decía que era una de las ciudades más hermosas en Mesozoia, la paz reinaba en ese lugar; pero el espíritu del eclipse, queriendo que el caos y la destrucción aniquilaran todo lo hermoso de la creación de los espíritus del sol y la luna, envió los demonios que había creado cuando contaminó el lazo espiritual a aniquilar a todo dinosaurio en la ciudad.

Los saurios pelearon como auténticos guerreros, dispuestos a defender su hogar; pero desgraciadamente el bien no siempre termina ganando y esto se reflejó en los habitantes de Saurepcia.

Los demonios asesinaron a cada saurio posible, los masacraron de la forma más despiadada. Hicieron que sus últimos momentos de vida fueran los más dolorosos e inimaginables. Una completa masacre.

Eclipsion al ver lo que había provocado, no sintió remordimiento alguno, la muerte de los ciudadanos fue el momento más satisfactorio de su existencia. Los gritos de sufrimiento de cada saurio fueron como una hermosa sinfonía para sus oídos.

Se deleitó con el sufrimiento de los inocentes.

Como toque final, capturó las almas de los caídos antes de que pudieran alcanzar el descanso eterno y las enclaustró en la ciudad para que vivieran como almas atormentadas, atrapadas en la ciudad durante toda la eternidad. Lo que antes fue su amado hogar, se había convertido en su mayor castigo.

La ciudad de Saurepcia había sido maldita.

Desde entonces nadie se ha atrevido a entrar a Saurepcia, ya que, el que lo haga puede que nunca salga.

He ahí mi temor, el de Jade, Trex e incluso hasta el mismo encapuchado.

No sabíamos qué cosas horribles podíamos encontrarnos en esas ruinas.

Estuvimos en silencio por un buen rato asimilando lo que acababa de pasar, alejados del baño de sangre que estaba ocurriendo entre los de la hermandad y los soldados de los tres reinos.

Estábamos totalmente absortos en nuestros pensamientos sin ser conscientes de lo que ocurría a nuestro alrededor.

Se podían escuchar los gritos de los soldados, las explosiones y el viento azotar con fuerza nuestro alrededor.

—¡Maldita sea! —espetó el encapuchado—. De todos los lugares del mundo, tenía que ser Saurepcia.

Incluso para él eso era una completa desgracia. Ni siquiera los que tenían un alma tan retorcida querían ir a Saurepcia, y sinceramente no lo llamaría cobardía; sino inteligencia.

—Creo que ya no podrás cambiar el hielo por las sombras —dijo Jade con una sonrisa cínica en su cara—. Te recomiendo que tengas un poco de amor propio y te aceptes como eres.

Al parecer a esa loca se le olvidó que aún nos tenía atrapados. 

El encapuchado la miró con burla.

—¿De verdad crees que una ciudad maldita puede conmigo? Lo siento por ti, querida, pero unos fantasmas no evitaran que consiga el ojo de Hades —respondió con mucha firmeza, pero se notaba que en el fondo él tampoco quería ir allá—. Sinceramente quisiera divertirme más con ustedes, pero ahora que también saben la ubicación no puedo dejarlos vivir —Cuando dijo eso, automáticamente tragué saliva—. Y empezaré con la de ojos azules.

Planeta Mesozoico: Período Triásico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora