Orion:
La muerte.
Algunos le tienen miedo, otros no; pero si me preguntan a mí, le tengo pavor. El solo imaginarme que un día no volviera a abrir los ojos y nunca más volver a ver a los saurios que amaba, me aterraba.
Pues precisamente eso es lo que estaba pensando la noche de la luna llena, todos peleando contra los de la hermandad de las sombras, la sangre tiñendo de rojo la nieve. Todo el lugar parecía un escenario carmesí, no habían transcurrido ni diez minutos y ya había varios cuerpos por el campo de batalla, tanto de nuestros soldados, como los de la hermandad.
«Es una masacre».
Los rugidos de cada uno de los dinosaurios en el combate resonaron en todo el bosque, el sonido de las armas, las bombas, y el despliegue de los poderes elementales de todos los que estábamos ahí era digno de ver. Los tres reinos peleando lado a lado era imposible de creer, aunque el encapuchado nos había sorprendido, él no esperaba que viniéramos bien equipados.
Habíamos entrenado hasta que se nos rompieran los huesos, vinimos ahí a ganar, y perder no era una opción. Si nos iríamos del bosque seria con toda la hermandad de las sombras derrotada y a punto de ir a un calabozo a pagar por sus crímenes.
Jade, Trex y yo estábamos peleando como uno solo contra los miembros de la hermandad, eran fuertes; pero nosotros más, sentía la adrenalina recorrer cada vena de mi cuerpo como una corriente eléctrica.
Hablando de corrientes eléctricas, a lo lejos pude ver a Max haciendo uso de los nuevos hechizos Fulgur que aprendió durante el entrenamiento, mientras Ben lo protegía haciendo uso de su geoquinesis de manera defensiva, como si fuera un escudo.
Estaba dando todo mi potencial por mantener la formación que los chicos y yo habíamos creado, Trex y yo éramos las espadas gemelas que cortaban todo a su paso, Jade era el escudo que estaba protegiéndonos, gracias a que ella es una hechicera Herba la luna llena potenciaba sus habilidades con el mismo efecto que lo hacía con el encapuchado.
El poder de los hechiceros Aqua, Air y Herba se potenciaba durante la noche con la luz de la luna; pero el efecto era aún mayor cuando había luna llena, debido a que es en ese preciso momento que el poder del espíritu de la luna está en su máximo esplendor.
Mientras que los hechiceros Terra, Lux e Ignis, crecíamos con el poder del sol. Por esa razón Jade, al estar drogada con la fuerza de la luna, tenía el poder suficiente para protegernos mientras Trex y yo nos encargábamos de derrotar a los miembros de la hermandad.
-¡Tenemos que llegar a él! -exclamó Trex, refiriéndose al encapuchado.
-Ustedes encárguense quitar a los estorbos del camino, yo los protegeré y así avanzaremos -ordenó Jade-. No podemos permitir que abra el mapa.
Dicho eso, Trex y yo actuamos rápido, Jade nos envolvió en un domo de plantas, mientras mi hermano y yo unimos nuestras manos, canalizando nuestra magia en un solo punto, comprimiendo todo el fuego que podíamos generar en una bola de fuego, parecía insignificante pero...
Era una bomba.
Al hacerle la señal a Jade, la de ojos azules abrió un agujero en el que Trex y yo disparamos rápidamente la bola por la abertura directo a nuestros enemigos, la dirigíamos con nuestras manos, cuando finalmente llegó a la horda de soldados que protegían al encapuchado. Mi hermano y yo cerramos nuestras manos en un puño haciendo que la bola de fuego explotara como bomba atómica.
Al tener el camino finalmente libre, corrimos directo hacia el de ojos amarillos.
Estábamos cara a cara, éramos los tres contra él.
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Planeta Mesozoico: Período Triásico ©
Fantasia¿Nunca te has imaginado cómo sería un mundo gobernado por dinosaurios? Uno en el que el asteroide no los hubiera extinguido, sino que los hubiera hecho evolucionar, otorgándoles poderes elementales. Un mundo cuya sociedad estuviera dividida en tres...