XXXI

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El mayordomo contestó el teléfono con cierto grado de duda.
-Buenos días, mucho gusto, soy Sebastian Michaels, al servicio de la familia phantomhive.
-Buenos días… ¿Usted prepara la comida de la señorita?
-Si, en efecto.
-Bien, la señorita necesita medicina en su comida, pero no le puede mencionar nada a la señorita, ella no lo sabe.
-Entendido.
-Es una botella azul que está en su maleta, la escondí para que ella no la viera, está cerca de las ruedas, las instrucciones de uso están especificados en la botella.
-Entendido.
-Por favor… cuide mucho de la señorita.
-Lo hago.
El mayordomo sonrió.
-Hasta luego. –dijo Clara por fin después de un rato y cortó la llamada.
- ¿Todo está bien? –Preguntó la chica algo disgustada.
-Si, todo está como debe estar. –respondió el mayordomo con una sonrisa en el rostro.
-Sebastian, quiero algo dulce. – dijo el chico indiferente.
-Enseguida.- El mayordomo hiso una pequeña reverencia y salió de la habitación .

-oye, Ciel, ¿sabes jugar ajedrez? –preguntó la chica mirando el paisaje atreves de la ventana. 
-Si.
-Vamos a jugar, ¿si?
-Está bien.
-¡Yo voy a ganarte! –exclamó la chica mientras saltaba.
-lo dudo. 
-Eso lo veremos. –dijo la chica cruzando los brazos esta vez.
-… 
- ¿ehhh? ¿Te comió la lengua él gato?
-¡Cállate!, vamos de una vez –el chico se acercó a un librero y intentó bajar el tablero de ajedrez que estaba en un estante alto, estiró su brazo y luego comenzó a saltar.
-¿Necesitas ayuda? 
-¡No! Ya casi… lo alcanzo… un poco más…
-ahh… -la chica caminó a una silla y liego la arrastro hasta donde estaba el librero.- Intenta con esto
- No.- dijo el chico y siguió saltando.
-Hey, hey, ¡no puedes hacer eso!- La chica lo detuvo de inmediato.
-Déjame, yo puedo.
-De verdad… -la chica, entonces empujó a Ciel.

- ¿Por qué…? –preguntó el chico jadeando.
-porque… tu sabes… tienes asma… y… no puedes… hacer cosas como esas. –explicó la chica.
-¿Tenias que tirarme al suelo?
-Si, lo siento, ¿Te rompiste una uña?
-Que graciosa –dijo el chico intentando ponerse de pie.
-ven, te ayudo.- dijo la chica extendiendo su mano hacia él.
El chico tomó su mano y se puso en pie.

Ya pensaré en algo      [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora