(Estallido especial de risa a 1,238 palabras por Leonarsaurio)
Un día singularmente frio de otoño, los residentes de la mansión Phantomhive se vieron enfrentados a una misteriosa entidad.
Sebastian, sin perder tiempo, les explica que se trata de un troll de musgo. Estos se distinguen de los demás trolls por su musgo, que es diferente en color, textura y efecto, debido a la voluntad profunda del troll.
No hay forma de repeler a los trolls de musgo, mas que cumpliendo su deseo. Los trolls acostumbran atormentar a aquellos que viven de manera opuesta a los efectos de su musgo. Aunque actúan por puro egoísmo, suelen mejor la vida de aquellos que acosan.
Por el bien de todos los residentes, el conde decide que se quedaran fuera, salvo el y Sebastian, que se harán cargo de la situación, sin embargo ___ muestra su disgusto por las ordenes del enano heredero de la casa Phantomhive, así que se queda para ayudarlos.
Siguiendo los consejos de varios autores, esperan a la media noche, tiempo en que los trolls hacen de las suyas, para darle caza.
Al escuchar el certero aviso del reloj, se disponen a recorrer la mansión, cada uno por su cuenta, pues no hay tiempo que perder, y así, eventualmente, Sebastian fue el primero en encontrar a la bestia humanoide, que, a decir verdad, era bastante mas baja de lo que el mayordomo tenía pensado, tanto así que por un momento llego a confundirlo con su maestro.
Dando un ágil salto y un elegante movimiento, alzo a la bestia en el aire, pero esta no tuvo mas que poner su rugosa mano sobre la mejilla de su adversario para que su musgo cobrara efecto.
Michaels se quedo inmóvil momentáneamente, con una mirada perdida en el infinito, acto seguido dejo ir al troll, que corrió despavorido escurriéndose por cada recoveco posible. A continuación, Sebastian se recostó en una esquina. No hizo más nada. Nada más que pensar en su amor perdido hace mucho, su esposa muerta por su propia mano.
Siguiendo el engendro con su huida, se topo con el amargado huérfano, y antes de darle tiempo para reaccionar, toco su pierna, dejándolo en un trance similar, pero Ciel, en lugar de recostarse por ahí, se dirigió en busca de ___.
El asustado troll, así, encontró refugio en el cuarto de lavado.
___ seguía deambulando por ahí, cuando en un giro se sobresalto al encontrar a Ciel.
-Conde, ¿que hace aquí en un tiempo como este? Siga con el esfuerzo que nos ocupa, pues yo hare lo propio.- Dijo la joven, pero sin darle tiempo para irse, Ciel replico: -Oh, querida, el empeño que ahora ocupa prioridad en mi corazón, es usted.
La sonrojada chicuela se sintió asustada por el súbito y polarmente opuesto cambio por parte del conde, sin embargo, vio en su discreta sonrisa un toque de sarcasmo (ya sea porque estaba ahí o fue un confort que su mente le brindo por cortesía), por lo que un poco mas aliviada, le regreso la sonrisa, y se marcho, continuando con su búsqueda, sin embargo el ahora determinado muchachito no la dejaría marcharse, así que la siguió, completamente desconectado de toda realidad.
Sin darse cuenta de su nuevo acompañante, ___ siguió rondando, hasta que la torpeza de Ciel termino por delatar su presencia cuanto este tiro un florero. ___, resignándose al nuevo comportamiento de Ciel, decide simplemente continuar.
Y así lo hacen, hasta que por accidente se encuentran con Sebastian, que ni se inmuta por su encuentro con su amo y la joven, sin embargo Ciel si reacciona. Ver a su mayordomo en tal estado es suficiente para hacerlo despertar del trance, diciendo: -Déjalo, no nos es útil en su estado actual, reanudemos la búsqueda, no quiero mas criaturas de esta naturaleza en mi mansión, con el ya es bastante. –Entonces, una risa femenina escondida detrás de un par de anteojos se hizo presente, anunciándose diciendo: -Querido Ciel, si mi pequeño Sebas-chan es un inconveniente para ti, estare mas que feliz de mantenerlo ocupado mientras tu atiendes a tus asuntos.
La voz de Grell produjo que Ciel regresara a su trance, por lo que nuevamente siguió a ___ como si su vida dependiera de ello, y Grell sin perder tiempo se acurruco junto a Sebastian, causando en la joven una extraña sensación, como si fuese un amor diferente, no de mujer a hombre, sino, algo diferente. Sin desperdiciar mas tiempo en ello, siguió buscando hasta que Ciel fue obligado a cae por culpa de un repentino dolor de cabeza, pero se reincorporo nuevamente, esta vez siendo afectado en mayor medida por el musgo, a tal grado de abrazar e incuso besar a ___, a lo que ella respondió deslizándose como el alma de un muerto.
Se oculto en una habitación cercana, pero Ciel, estando bajo los efectos del musgo, la encuentra fácilmente. Frente a tal situación; ___ se vio obligada a encerrar a Ciel en un armario, cosa que fue bastante fácil debido a la enclenque condición del joven.
Mentalizándose para no escuchar los lamentos, se marcho de la habitación y se dirigió a la suya, había notado el musgo que estaba en la pierna de Ciel y, si quería atrapar al troll y salir ilesa, debía estar preparada. Se puso calcetines tan altos como le fue posible, botas, un vestido largo, guantes, suéter tras suéter, bufanda, y a falta de algo mejor, una mascara de gas.
Debajo de toda esa vestimenta, se estaba sofocando y sabia que no duraría mucho, asi que se apresuro. En un afortunado encuentro, se topo con el rastro que el descuidado esperpento había dejado, atrás, asi que lo siguió. En el trayecto, al ver por la ventana, vio a una figura que cortaba el césped, y, al notar la presencia de ___, la saludo moviendo su mano de izquierda a derecha, para posteriormente reanudar su tarea. Sin inmutarse, la joven siguió hasta llegar al cuarto de lavado, donde no había mas que una nota.
Un tanto aliviada, se retiro los suéteres, la bufanda y la mascara de gas para darle lectura;
"Es una pena que todo haya salido asi. Si bien es cierto que actue bajo mis propios fines, no pretendi nunca empeorar sus vidas. El mayordomo no es ni la sombra de lo que era esta tarde. El joven de la mirada cruel reducido a mendigar un abrazo. Y tu, espantada de todo. Lo siento profundamente"
Al leer aquellas palabras la pequeña abondono toda esperanza y se recostó. Con el alba Sebastian recobro conciencia y se dispuso a dejar la casa en orden.
Comenzo por sacar por la ventana a la persona junto a el, quien aprovecho la caída para denunciar su amor por el mayordomo. Posteriormente llevo a su amo y a la niña a sus respectivas habitaciones. Guardo las ropas que ___ había dejado tiradas por ahí. Limpio la casa y dio aviso a Tanaka-san y a los demás de que era seguro volver. Al momento de su llegada, Sebastian tenia preparado un festín para celebrar.
Se dirigió entonces a despertar a la joven:
-Damita, es tiempo de alimentarnos, ya la amenaza se ha ido.
-Sebastian; nunca había estado tan feliz de verte. Que bueno que ya esta todo bien, creí... creí que no podría ser de ayuda.
- No se preocupe por eso ahora, -dijo mientras le extendía la mano para ayudarse a ponerse de pie- aun tenemos cosas que terminar.
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Ya pensaré en algo [Terminado]
Hayran Kurgu____ es una chica desordenada, malcriada y descortés, por ello su padre decide enviarla con uno de sus socios, Ciel Phantomhive, que la convertirla en una "dama" a su manera.