Ya pensaré en algo [Terminado]

LIX

La chica, confundida ladeó la cabeza y puso una mano sobre la mejilla de Ciel.

al instante la quitó y tocó su propia cara.

-¿Más de 40º? -se preguntó la chica.-la temperatura normal del cuerpo es de 32º...-la chica se apresuró a salir de la habitación.

Al salir, lo primero que vio fue a aquel mayordomo vestido de negro.

la chica se detuvo en seco.

-Ahh...Sebastian...-susurró la chica.

El mayordomo parpadeó.

-¿Si?

La chica tragó saliva y apretó los puños.

-C-Ciel... está muy caliente.

-¿Disculpe?-preguntó el mayordomo inclinándose un poco hacia la chica.

-Claro...los hombres.-susurró la chica.- ahh él...tiene...

Sin saber como expresarlo, la chica tomo la mano del mayordomo, le quitó el guante y le puso en su frente.

-32º, la temperatura normal o adecuada para un cuerpo.- explicó la chica.-ahora, ven.-la chica haló del brazo del mayordomo hasta llevarlo con Ciel, luego le puso la mano en la frente de Ciel.-son por lo menos 40º, no puede permanecer mucho tiempo así, ¿Comprendes?

-Si.

-¿Puedes traer hielo o agua fría y una toalla?

-en seguida.- el mayordomo salió de la habitación después de hacer una pequeña reverencia.

-Maldita sea...-la chica, de la forma que pudo subió a Ciel en la camilla, le quitó el abrigo que tenía y lo arrojó al suelo, luego desabrocho los botones de su camisa.

El mayordomo llegó sosteniendo una cubeta con agua y una toalla.

-Gracias.-el mayordomo le dio la toalla.

La chica sumergió esta en la cubeta y luego la exprimió en la cara de Ciel.

Al instante Ciel se despertó.

-¿Qué?-observó a la chica sonreír y luego se percató de que su camisa estaba abierta.- ¿Qué está...?

-¡Despertó! -exclamó la chica.-¿te sientes bien? 

-Tengo mucho frió.- respondió el chico temblando un poco.

-No, no, no, no, no, esto no puede ser bueno...

-¡Lo siento! no sé que esperabas que respondiera si me acabas de lanzar agua fría.

-¡40º, Ciel 40º!-gritó la chica.

-¿Que?-Preguntó Ciel extrañado.

-esa es tú temperatura.

-No pienso quedarme aquí, Sebastian, llévanos a la mansión.

-Pero, boch-chan...-dijo Sebastian.

-Mi temperatura tiene que bajar, no es necesario que un medico certificado esté a mi cuidado. llévame.

-Como ordene.

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