Capítulo 4

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Gale y yo ya ni siquiera nos hablamos, y cada vez son más las veces que él no llega a casa a dormir. Parece que está tan molesto y resentido conmigo, que hasta lo hace a propósito, para vengarse.

Pero ya no me interesa, lo único que quiero es acabar con esto. El problema es que él es tan testarudo, que sé que no va a permitir que me vaya.

Abro los ojos, y me estiro. Después de dos semanas durmiendo en el sillón, ha dejado de ser incómodo. Y además, casi no duermo aquí, porque, como Gale ya casi no se aparece por las noches, aprovecho para dormir en la cama.

Me levanto, y me meto a la habitación para cambiarme, evitando hacer ruido.

Veo que Gale está en la cama, profundamente dormido. Aprovecho para vestirme, lo hago con cautela, y me trenzo el cabello como acostumbro.

Voy a la cocina, desayuno lo que encuentro, y después salgo rumbo al bosque.

Hoy es domingo, y nos toca ir a comer con nuestras familias. Por lo tanto, me toca atrapar lo que comeremos todos.

No sé qué sucederá. Pero debo seguir pretendiendo que todo va bien entre Gale y yo. Nuestras familias no tienen porqué cargar con nuestros problemas.

Cruzo la alambrada, e inhalo el refrescante aroma a bosque a pocas horas de haber amanecido. Reviso las trampas. No encuentro mucho, por lo que pesco algo para llevarlo a casa de los Hawthorne.

Dejo las cañas puestas en la orilla del lago, y me alejo para cazar. No consigo nada, por lo que me conformo con la docena de pescados que he conseguido.

Decido no ir al quemador, apenas y he logrado conseguir lo suficientemente para la comida de hoy, y no tengo nada para intercambiar, por lo que regreso a casa.

Mientras le quito las escamas a los pescados, veo que Gale entra a la cocina sólo con los pantalones puestos. Tiene el torso desnudo, y parece estar bastante somnoliento.

—¿Sigues sin vestirte? — pregunto sin mirarlo—, ya debemos irnos.

No me contesta, sólo toma algo de pan y un vaso de leche de cabra para desayunar. Después, se va a la habitación. Al poco rato regresa vestido.

Cuando todo está listo, salimos de casa. Caminamos en silencio, y lo miro confundida cuando siento que me toma de la mano, pero él me ignora.

No hago el intento de soltarme, porque sé tan bien como él, que necesitamos guardar las apariencias.

Llegamos a la casa de los Hawthorne en poco tiempo, y nos saluda Hazelle. Veo que mi madre y Prim ya se encuentran aquí, por lo que también las saludo. Casi de inmediato, la pequeña Posy, que ya no es tan pequeña, se acerca a abrazarme. Y le acaricio la cabeza.

Mi madre y Hazelle se encargan de preparar la comida, Prim y yo ayudamos a poner la mesa. Y Gale y sus hermanos se quedan en la sala hablando. Seguramente de las cosas que hacen falta en la casa.

De los pescados que traje, queda un buen guiso con verduras que, por fortuna, alcanza para todos.

Miro a todos, y parecen tan contentos, tan cómodos, que por un momento me siento culpable por haber intentado acabar con esto. Si Gale y yo nos separamos, o si nuestras madres se enteran de su infidelidad, ya no habrían comidas como estas, dejaríamos de convivir como lo hacemos ahora. Todo cambiaría inevitablemente entre ambas familias.

Nos hemos convertido prácticamente en una sola familia, no sólo por el matrimonio, sino por tantos años de convivencia. ¿Cómo acabar con eso?

Como en silencio, mientras las pláticas de Posy sobre el colegio tienen lugar en la mesa. La comida transcurre con tranquilidad, y no paso por desapercibido que Prim está sentada junto a Rory. Parece ser que hay algo entre ellos, aunque ella jamás me lo ha mencionado.

Siempre has sido tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora