Sus manos suben a mi cintura, me acerca a su cuerpo.
Apoyo las mías en su pecho y cierro los ojos. Mis labios se mueven sobre los suyos, mientras sus dedos se deslizan por la piel desnuda de mis brazos, causándome escalofríos. Deseando que se aventuren a tocar más.
El corazón me late desbocado. La sensación en mi estómago incrementa, amenazando con consumirme.
No nos detenemos, y cada beso, cada caricia se torna más intima con el silencio de la sala.
Mis manos ansiosas se meten debajo de la camiseta, y acarician su piel con desesperación. La ropa va cayendo, y él se encarga de cubrir cada tramo de piel al descubierto. Se sienta en el sillón, y a mí me acomoda sobre su regazo.
Sus manos se apresuran a cubrir mis pechos, los ahueca y los acaricia. Su boca se apodera de la mía. Busco tocar todo lo que puedo, y él de mí. Pero la necesidad nos rebasa, me toma de la cintura y me hace bajar sobre él. Gimo al sentir que lo cubro por completo, y comienzo a moverme, buscando desesperadamente hayar satisfacción.
Escucho su pesada respiración, mientras sus dedos se aferran a mi piel, cierro los ojos. Me deja tener el control un poco más, pero después me toma del trasero y me recuesta sobre el sillón sin romper nuestra unión. Su boca vuelve a la mía, y comienza a moverse. Mis caderas se alzan buscando las suyas, sus labios acallan los sonidos de mi boca. Intenta ser suave, pero es sobrepasado por el hambre, porque va empujando cada vez más aprisa. Me aferro a su espalda, y vuelvo a taparme la boca, intentando no hacer tanto ruido.
Y es como si el mundo desapareciera de nuevo, y sólo estuviéramos él y yo. Intenta recuperar el aliento, y me besa, esta vez con suavidad.
Le acaricio la mejilla y le correspondo. Es suave, sin prisas, y cuando se separa por la natural necesidad de tomar aire, me mira, y me quita el cabello de la cara con cuidado.
—Somos malos padres —susurro, él me besa la palma de la mano y se ríe con voz ronca—. Willow está durmiendo, no deberíamos estar haciendo esto a esta hora.
—Hemos venido a la sala —se deja caer un poco sobre mí—. No somos tan malos.
Le acaricio la mejilla, y lo miro.
—Tienes que levantarte temprano para ir a la panadería —le recuerdo.
—No importa si puedo estar contigo otro momento.
Me mira, y en sus ojos puedo ver un futuro juntos. Un futuro que jamás habría imaginado; con él, formando una familia. Estando juntos a pesar de las críticas de la gente.
—Te amo —murmura.
—Y yo a ti.
Sus labios se curvan en una ligera sonrisa y se inclina para besarme.
Se separa, pero casi de inmediato le tomo la cara entre las manos. Vuelvo a juntar su boca con la mía.
Y cuando se separa, se acomoda sobre mí, y dejo que recueste la cabeza en mi pecho.
Paso los dedos por su cabello suave y rubio, mis piernas siguen aprisionando su cuerpo, y su respiración me roza la piel.
Siento que sus dedos bajan, y pasan suavemente por mi abdomen. La caricia es dulce, y consigue estremecerme.
—Eres maravillosa —susurra—. Que nuestra pequeña haya crecido aquí, dentro de ti, y que la hayas traído al mundo..., creo que jamás hallaré suficientes palabras para poder agradecerte —alza un poco la cara para mirarme—. Siempre supe que serías una madre excelente. Y es una dicha poder presenciarlo cada vez que te veo con ella.
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Siempre has sido tú
Fanfiction¿Alguna vez has sentido que algo tenía que pasar? Pero... ¿Jamás sucedió? Ellos jamás han hablado, pero se conocen. Él siempre quiso acercarse a ella, pero jamás sucedió. Y ella, nunca se atrevió a agradecerle por haberle salvado la vida hace ya ta...