Londres, 1910.Las gotas de lluvia chocaban bruscamente contra el suelo, dos hombres se encontraban en un profundo e incómodo silencio, el más joven observaba a través de la ventana del auto, no sabía con certeza que tan largo sería el viaje y le aterraba tener que hablarle al aristócrata que conoció hace tan solo treinta minutos.
El viaje consistió en él temiendo arruinar el cuero de aquel auto, pues en comparación a su acompañante, sus vestimentas indicaban la diferencias en sus clases sociales, mientras uno vestía de seda y portaba las mejores telas y cuero, el otro tenía parches para arreglar los agujeros que llenaban sus ropas.
Pasaron veinte minutos con exactitud cuando el auto se detuvo, el castaño logró observar aquella mansión que le dejó boquiabierto, pues él tan solo contaba con un cuarto de seis metros de largo y ancho que estaba en malas condiciones y ahora viviría en un lugar donde podría caber una ciudad entera. Siguió al ricachón una vez bajaron, caminaba algo encorvado, contrario al hombre que se pavoneaba en el camino.
-¿Donde está el?- preguntó el de traje asedado a la mujer que le recibió, su esposa, supuso el joven.
Estaba tan nervioso que hizo una reverencia, maldiciéndose por dentro al notar que se había puesto en ridículo.
- ¡Acá estás!- Exclamó el de bigote, en este caso el mayor de los tres que se encontraban ahora- Deja de leer un momento, he traído una sorpresa.
Un joven de cabellos rizados y negros como la noche dejó aquel libro sobre la mesa, tomó un bastón y procedió a caminar.
<<¿un bastón?>> pensó el otro joven.
- ¿cúal es la sorpresa padre?
- He contratado a alguien, cuidará de ti desde hoy.
El de rizos tan solo suspiró pues no se podría negar, extendió su mano y esperó a que el nuevo la tomara en respuesta.
Se vieron como dos simples extraños. Al menos eso pareció para Jeon, puesto a que los cabellos del pelinegro cubrían la mayor parte de sus ojos.
- Su nombre es Jeon Jungkook, por favor Taehyung, no seas pesado con él- rogó el mayor antes de salir de la biblioteca, dejando solos a ambos jóvenes.
Estuvieron un corto período de tiempo en silencio hasta que el Joven Kim habló.
- ¿no te sentarás?
- Lo siento- tomó asiento justo frente a él. Kim tomó el libro de antes, era más que obvio que lo leería, más la forma en que lo hacía consternó a Jungkook. Se guiaba con las manos, formulaba letra por letra hasta obtener la palabra.
- ¿por qué lees de esa forma?
- Es la única forma de hacerlo, soy ciego ¿no es muy obvio? Por eso te han contratado.
Jeon negó sin hacer ruido alguno, dijo "no" al recordar que no había contestado.
- ¿Cómo puedes leer?
- Se llama braille, son como tus letras, pero escritas diferente.
Por eso aquel chico necesitaba ayuda, era ciego... Sin embargo, parecía manejar todo bien por sí mismo.
. . .
- que mal por el hijo del rico- lamentó Amélie sacando al anciano de su enfoque en la historia.
- Ciego...
Aquel anciano sintió una extraña sensación en su pecho, no por el hecho del joven ciego, si no por el apellido del otro. "Jeon"
Curioso, lindo.
. . .
- ¿Porqué lo has traído?—Reprochaba el no vidente en la oficina del padre.
- No puedes cuidarte por ti mismo Taehyung.
- No estoy solo, tengo a Jennifer y a Yerim
- Tus hermanas no serán capaces de cuidarte por siempre, traer a un hombre fue lo mejor que se me ocurrió, es pobre, no muy agraciado físicamente y necesita dinero, si traía a una jovencita sería una amenaza para la familia, pues podría ocurrir algo entre ustedes; lo traje a él para que hables con un hombre de tu edad o de otra forma pensarán que eres uno de esos afeminados que tan de moda se han puesto, y todo por pasar tanto tiempo junto a las mujeres.
-Bien, le daré una oportunidad, pero si me incomoda lo despedirás.
Aquella pequeña charla dejó bastante molesto a Kim ¿Quién se creía para tomar decisiones por él? Tenía diecinueve, podía tomar sus propias decisiones.
Tras una aburrida cena dedicada a la charla de negocios fue a su alcoba, para su sorpresa ahí estaba Jeon, lo supo al oir pasos para nada familiares.
- ¿Por qué estás acá?- cuestionó secamente.
- He preparado su baño, joven Kim.
Taehyung nunca pidió un baño, pero se sentía agradecido, pues rogarle a Yerim para que prepara la bañera no estaba en sus planes ese día. Habían discutido por la mañana y seguían sin hablarse.
- Gracias- agradeció con una pequeña sonrisa, que aunque no pudo observar, dejó a Jeon un tanto nervioso.
Tomó su baño, se colocó la pijama y caminó hasta la cama, hizo todo por sí mismo pues el nuevo había caído rendido en el sofá carmesí cerca de la chimenea.
Descansó plácidamente, al pasar tres horas todo era oscuridad, Jeon despertó de casualidad, encontrándose con una de las más lindas vistas que alguna vez tuvo. No era la luna, era el chico. Cuando llegó por la tarde no había notado las delicadas facciones del joven, cabello sedoso que dejaba caer rizos en sus puntas, una nariz bien proporcionada y labios tan rojos como una cereza. No iba a negarlo, el hijo del aristócrata era lindo.
Salió de aquella alcoba procurando hacer el ruido más mínimo, bajó las escaleras alumbrándose por una candela y se dirigió a la habitación que le otorgaron al llegar, no era grande, pero era cómoda y sobre todo, no había un problema de humedad.
Se sentó en la cama, la suavidad de aquella le formó lágrimas en los ojos, tenía años durmiendo en un duro colchón. Se dejó caer en la cama como si fuese un niño, estaba alegre, era cómodo, cálido. Aceptar trabajar en esa casa fue lo mejor que pudo hacer, tendría comida, un techo, ropa y aunque sonara mal, le pagarían por cuidar de alguien, no era difícil. ¿Fue acaso su decisión el fin de su miseria...? ¿o sería el comienzo?
¿Qué les ha parecido el capítulo? El prólogo ya tiene mas de 100 lecturas muchas gracias por leer, trabajaré duro para que este libro sea de su agrado no pensé que el video llegaría a tantas vistas <\3
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Burning Love [KTH+JJK]
FanfictionUn hogar de retiro, un paciente de alzheimer y un libro. En la inglaterra victoriana, Kim Taehyung, un joven de buena familia, dotado de todas las perfecciones posibles, pero ciego, se enamora de Jungkook, un joven pobre y menospreciado por el mundo...