XXXIV

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"querido, ansío volver a verte tanto como las estrellas desean encontrarse con el sol durante el amanecer"

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La soledad alguna vez llega para el ser humano, algunos experimentan aquel sentimiento desde una corta edad, otros desde la adolescencia o la adultez, para otros llega hasta que son lo suficientemente viejos como para caminar por si mismos teniendo que encorvarse, tarde o temprano, todo ser humano termina solo... O al menos eso pensaba Jungkook las últimas semanas.

Desde que Taehyung se fue el fatídico sentir de soledad se adueñó de él, no importaba el lugar o el momento, pues siempre permanecía presente en él aquel vacío que no le dejaba ser completamente feliz, habían pasado años desde que aquel sentimiento dejó de ser familiar para Jungkook, aquel sentir que para desgracia llegó demasiado pronto, tenía tan solo a los catorce años cuando perdió a su madre, pensó que el destino le había castigado por tener pensamientos no dignos de un hombre en aquel entonces, más su pensar cambió a los diecinueve cuando conoció a Taehyung, aquel ciego cuya soledad parecía no importarle en lo más mínimo, aquella con la que estaba familiarizada y aceptaba sin reproches, entonces el sentimiento se acabó para ambos, aquel ya no se refugiaba más en la biblioteca y Jeon ya no necesitaría pasar todo el día en las minas para dejar de sentirse como un completo miserable... más la felicidad duró algunos años hasta que ambos volvieron a sentirse de la misma forma.

El destino que alguna vez los unió y les regaló la compañía del otro, era el mismo que ahora les separaba sin piedad alguna.

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Hacía un mes desde que la familia Kim se mudó a Argentina, un lugar bastante agradable cuya gente era comprensible con ellos, lo suficiente como para hacerles sentir seguros, cómodos y no extrañar completamente su antiguo hogar. Bueno, al menos aquello funcionó para el resto de la familia, pues Taehyung se sentía como un completo perdedor, perdió ante el mundo, ante su amor por Jeon y ante el orgullo propio. Aunque sabía que la razón por la que verdaderamente aceptó mudarse fue a causa de Jeon, no podía evitar sentirse como un parásito, como un fantasma al que era imposible ver y de ser posible, al que no se le podía comprender.

Taehyung estaba consciente de que tenía a su familia y alguno que otro conocido junto a él, sin embargo no podía evitar que el sentimiento de soledad se adueñara de su alma, aquella que permanecía agonizante desde hace ya bastante.

Sí, tenía familia, amigos, dinero y una esposa, pero nada de eso era lo que realmente deseaba, deseaba ser libre, recorrer las calles por las noches y cantar tan alto como pudiese, tomar de la mano a Jungkook y vivir junto a él por lo que durara su vida, quería estar con él tanto como el viento y el océano permanecían juntos, quería ser libre, libre junto a Jungkook y gritar su amor a cualquiera, incluso al mismísimo Dios.

¿Cuando llegaría el día en que sería capaz de tomar alguna decisión que realmente quisiera? Sí, quiso ser operado y así fue pero ¿Realmente lo quería? Se hubiese conformado de ser un ciego durante toda su vida con tal de que el castaño le cuidase para siempre, así nunca se habrían separado en primer lugar. Tomó la decisión de ir hacia Argentina, más de ser por él mismo se habría quedado en gran Bretaña y nunca se habría casado, porque así él y Jane serían verdaderamente felices.

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Los días resultaban tormentosamente largos y el trabajo parecía acumularse incluso si el día anterior hubiese roto su espalda como un loco.

Burning Love [KTH+JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora