Burning Love [KTH+JJK]

VIII

- ¿entonces no hay nada entre tu y la señorita?- cuestionó Jeon por tercera vez.

- absolutamente nada- respondió el ciego.

Finalmente aquellos decidieron aclarar aquel tema que les impedía estar cerca el uno del otro.

- ¿Cómo se conocieron?

- Es amiga de mi prima ¿recuerdas la noche que fui a una cena de celebración? Bueno, victoria no vino sola. Trajo con ella a Claire.

- Bien. ¿Qué te ha parecido la fiesta?

- mala, muy mala.

-Oh, no sé. ¿Estás exagerando, o fue realmente horrible?

-Un completo infierno, miseria e infierno- dijo en un tono de rechazo.

El puño de Jungkook se abrió para volver a cerrarse con un puñado de pelo de Taehyung

-Kim, no sabía que fueses tan idiota...

-Pero eso es lo que me ha parecido.

- Tus padres organizaron todo aquello solo para anunciar que encontraron un doctor. Lo hicieron por ti.

-Pudieron habérmelo dicho en privado... No, espera, me lastimas- expresó el ciego por el agarre del otro en su muñeca, Jeon se percató de que usaba mas fuerza de la debida y soltó a Kim, aquel cayó entre las rodillas de Jeon, Jungkook pensó que Taehyung haría un berrinche o lloriquearía, más fue cuestión de segundos cuando aterrizó en el piso, Kim le había tirado.

Era la primera vez que se atrevía a jugar con Jeon. La plática y la familia se desvanecieron, cuando le hizo rodar sobre la alfombra y le metió la cabeza en la papelera.

Al oír el ruido, Jennifer subió a prestar ayuda. Después de
aquello estuvieron constantemente peleándose en forma de broma,
comportándose Jeon tan neciamente como Kim. Cuando bajaban las escaleras para dirigirse al jardín y sus cuerpos se encontraban, se empujaban y se golpeaban, al final Kim se cansó, como era él más débil, fue él primero en parar antes de ocasionarse algún moretón.

Ahora paseaban cogidos del brazo, así siguieron hasta llegar donde la madre de Taehyung les esperaba, Jungkook ayudó a Taehyung a acomodarse en la silla y luego se fue, dejando a las tres mujeres y al único varón en la mesa para tomar el té.

Jungkook, caminó hasta llegar al lugar cuya vista disfrutaba, se sentó en la banca y miró rápidamente a la familia que se encontraba a varios metros de él, sacó de su bolsillo un pedazo de pan, lo hizo migajas y arrojó aquellas a los patos,  mismos que  comenzaron a acercarse al hombre.

. . .

Cuando Taehyung llegó a la mesa, se encargó de hablar tanto de Jungkook como para penetrar en la mente de aquellas el hecho de que se había reconciliado con su amigo, Jennifer quien era la única que estaba al tanto de la "pelea" de aquellos dos, explicó la tontera que se tenían aquellos.

Taehyung estaba emocionado porque su hermana había prestado atención, más no podía decir lo mismo de su madre, aún así su reacción no le importó, pues ya había actuado así antes, como aquella vez que le dijo que quería ir a la escuela, no le prestó importancia.

Fueron semanas después cuando la mujer se alteró al escuchar a su hijo hablar sobre el inicio de clases y que mochila que le sería mejor llevar, entonces ella sacó el tema de que en las escuelas no podrán a enseñarle a personas como él, y le explicó el porqué su condición no podía dejarle disfrutar de una educación normal y en cambio debía educarse en casa. La vida no es justa, no cuando para un niño su sueño de estudiar había sido destruido.

. . .

- ¿pasaste un buen rato?- preguntó Jeon al llegar a la silla donde Taehyung se encontraba, el castaño guardó en su bolsillo un pequeño libro antes de tomar el brazo del ciego.

- Les conté a todos que ya somos amigos otra vez- sonrió.

- Nunca dejamos de serlo- le recordó el otro.

Los jóvenes caminaron tomados del brazo, momentáneamente Jeon colocaba sus manos por encima de los hombros de Taehyung y luego hacía un chiste del cual ambos reían.

Luego entraron al salón y se sentaron, siempre que se sentaban lo hacían en la misma posición: Taehyung en una silla y Jungkook a sus pies, apoyado en él y recostando su cabeza entre las piernas ajenas. En el mundo de sus familiares esto no atrajo la atención de nadie. 

Taehyung solía acariciar el cabello de Jungkook. Y Jungkook se dejaba ser acariciado como un pequeño cachorro que amaba recibir afecto, y no mentía, pues amaba recibir afecto.

Si bien, alguno de los trabajadores de aquella casa pensaban que Jungkook dejaba pisotear su humanidad al permitirle al hombre hacer eso, ni para Kim ni para Jeon aquel acto era una muestra de poder, era tan solo cariño, afecto, una forma de demostrarse que se querían y un pretexto para poder acercarse en público.