XV

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El hombre de avanzada edad observaba la neblina del paisaje desde su ventana, hacía más de tres horas que llovía torrencialmente, aquel evento  no le permitió sentarse en la banca frente al lago. Tras dar un suspiro, el de hebras blancas llevó su mano hasta la suave piel de su cuello donde rozó con sus dedos la cadena que colgaba desde su nuca hasta su pecho, misma que no se quitaba desde hace muchos años.

Con el mayor de sus pesares, tuvo que ingeniárselas para para pasar el rato en la pequeña y simple habitación que le rodeaba, colocó su asiento cerca de la ventana, tomó el antiguo libro que yacía sobre el escritorio de caoba y cuando todo estuvo en su respectivo lugar, se dirigió hasta la página donde una foto de dos personas sonrientes funcionaba como separador.

. . .

—¡vamos! Tienes al pobre hombre esperando a que saltes—dijo Park—se cansará de tener los brazos extendidos, Taehyung.

—¿No vendrás?—gritó Jungkook a lo lejos, se había sumergido en el río y ya llevaba un buen rato animando a Taehyung a hacerle compañía.

El de rizos, dió un paso hacia adelante, dudando si entrar o quedarse con su amigo mientras esperaba a que las galletas que cocinaba Min estuvieran listas, le fue difícil decidir pues por un lado tenía al castaño insistiendo y por el otro, tenía al rubio insistiéndole en obedecer al castaño, si se era honesto no deseaba empapar su ropa. Llevó su mano hasta su barbilla, acarició la misma y arqueando una de sus cejas pensó en su decisión, lo mejor para él era hacerle compañía a Min, robaría una que otra galleta y no arruinaría su traje color caqui, pero tardó más en decidirse que Jimin  en empujarlo hacia el agua, por suerte, Jungkook le esperaba con los brazos abiertos y con una encantadora sonrisa que dejaba a la vista sus adorables dientes incisivos y sus brillosos ojos cerrarse, o bien, eso fue lo que observó Park, pues Kim aún no era hábil de apreciar tan encantadora imagen de su amado.

—¡Han arruinado mi ropa!—reclamó el pelinegro con una pequeña molestia, aunque si se era sincero, le emocionaba sentir los brazos de Jeon encajar perfectamente en su cintura, y como la finas telas se volvían casi inexistentes debido al agua.

Minutos más tarde, llegó Min con la noticia de que su intento de practicar repostería había fracasado, más aquellos que peleaban en el agua, ni siquiera lo atendieron.

El rubio dirigió su vista hasta el de piel pálida, le tuvo que mirar dos veces para notar algo inusual—¿Estás usando maquillaje?— cuestionó Park— no recuerdo que tengas las mejillas tan rosáceas y mucho menos los labios— expresó—¿le has vuelto a robar a tu madre sus cosas?

— Tus preguntas son bastante probables—respondió el pálido.

—Me hubieras dicho que querías un labial, podría pedírselo a mi hermana.

—¡No, no! Es suficiente con la carga de justificarte cuando vienes conmigo, no quiero incomodarla.

—Conozco a mi hermana Yoongi, Rosalind no se incomodará, es más hasta escogería un color que te quede espléndido... no me tomes a mal, pero el que llevas ahora te hace lucir mucho más pálido.

Min rió, llevó su mano hasta su boca tratando de remover el labial, sin embargo Park le interrumpió, pues lo tomó de las mejillas para besarlo.

—Oh, se están besando—mencionó Jungkook, luego de que su vista se topara con los tortolos, aquella imagen, hizo a su corazón alegrarse, pues más que un simple beso, la forma en que sus caricias vagaban por las mejillas del otro, lo hacía parecer como un juramento de amor.

—¿deberíamos hacer lo mismo?—interrumpió Kim neciamente.

—¡no!

—¿por qué no?

—Me da pena—admitió el castaño.

—parece que alguien es un miedoso—dijo Taehyung en forma de mofa, a lo que Jungkook no tardó en tirarle el agua en la cara— ¡Oye! ¿Qué crees que haces?— se quejó para luego seguirle la inocente pelea, misma que tardó hasta que sus brazos dolieron y sus dedos comenzaron a arrugarse.

. . .

Cuando dieron las cuatro, Jungkook y Taehyung se despidieron de sus amigos, (sí, ahora Jungkook también era amigo de ellos) al llegar casa, la señora Kim les esperaba impacientemente, pues lo primero que hizo la mujer fue regañarles por haberse desaparecido, tal parecía que ni siquiera notó el cabello y la ropa húmeda de ambos.

—¿Cómo se atreven a salir sin mi permiso? tenemos una visita que espera a mi hijo desde hace media hora— la mujer se dirigía al de ojos de ciervo.

—Lo siento señora Kim, le pedí al señorito que me acompañara a comprar unas cosas.

—¿Qué cosas? Tienes más que suficiente con lo que te damos en esta casa, a demás, los hombres no hacen compras—hubo un corto silencio— pero bien, si insistes en comprar entonces dile a una de las sirvientas, ellas se encargan de las compras, no vuelvas a sacar a mi hijo sin mi permiso ¿entendiste?

—Sí, señora Kim.

—Bien, ahora ve a tu cuarto o algo, te llamaré cuando sea necesario.

—Sí, señora Kim—respondió por segunda vez, casi de la misma forma en la que asentiría un niño recién regañado. Cuando estaba cerca de los señores, Jungkook se sentía pequeño, especialmente con la señora, quien por alguna razón le comenzó a tratar diferente desde hace algunas semanas.

El castaño entró en su habitación y se tiró en su cama apenas cerró la puerta. Sentía curiosidad por lo que le estarían diciendo a su querido Taehyung en estos momentos, incluso pensó en todas las posibles situaciones en que se encontraba, pensó tanto que terminó por quedarse dormido mientras abrazaba su almohada.

.  .  .

Pasaron dos horas hasta que se fue el visitante, a Taehyung se le notaba feliz, y era más que obvio que lo estaría, acababan de darle una de las mejores noticias.

Lo primero que hizo en cuanto el hombre se marchó fue buscar a Jeon, giró la manecilla del cuarto de Jeon y se tiró hacia la cama donde un recién despierto Jungkook estaba sentado, él ciego cayó encima de Jeon, depositó un efímero beso sobre los labios del recién despierto y luego se separó.

—Tengo buenas noticias—expresó el alegre Taehyung.

—¿Qué es lo que te han dicho?— dijo el otro.

—No lo creerías, esto es mucho mejor que el día en que nos besamos, es asombroso, cómo si el mundo me esté recompensando por algo.

—¡Dios, tan solo habla!, me pones los pelos de punta

— Está bien, te diré—hizo una pausa— Jungkook...— hubo una segunda pausa, esta un poco más larga— Jungkook, yo podré saber como luces, cómo luzco, cómo es un atardecer, de qué color es exactamente el cielo y si realmente el otoño se tiñe de naranja.

—No estoy entendiendo bien.

—Oh Jungkook ¡Me van a operar, finalmente podré ver!

Holaa, perdón por no actualizar, la tarea no me dejaba, terminaba tan cansada que apenas y podía entrar a escribir.

Espero que aún les guste la historia, muchas gracias por el apoyo que me dan, esperen los próximos capítulos, actualizaré lo más pronto (si la escuela me lo permite)

Burning Love [KTH+JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora