VII

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— ¿Por qué no pareces estar emocionado? — cuestionó la hermana de Taehyung, quien le miraba con preocupación, pues su hermano quien siempre soñó con apreciar lo que se encontraba a su alrededor, no lucía tan feliz como imaginaba.

Jennifer desconocía la causa del bajo ánimo de su hermano, más intentaría animarle, se acercó a él notando la falta de la presencia del chico que cuidaba de él, se le hizo raro, pues ambos eran prácticamente inseparables.

— ¿Dónde está Jungkook?— la chica hizo otra pregunta.

— Se ha ido a algún lugar— dijo el ciego casi en un tono grosero— ¿Dónde está Yerim?

— Intentando tocar al maldito paganini ¿por qué  cambias el tema?

— No me pasa nada— dijo, nuevamente usando el tono de hace pocos segundos.

— Estás enojado ¿no? Déjame adivinar ¿Jungkook y tú se han peleado?

— No hemos hablado desde hace dos días.

—¿Por qué? Espera... ¿Quién te ha estado ayudando entonces? Si mamá y papá se enteran de que no hace su trabajo le despedirán. Yo puedo decirles que no está cumpliendo.

— ¡No, no, no!— Taehyung había prácticamente olvidado su enojo con Jeon al escuchar las palabras de su hermana— No hagas que le despidan por favor, solo nos hemos peleado por algo tonto, le reclamé porque no se emocionó cuando anunciaron lo de mi vista, él cumple con su trabajos, solo no me habla ¿entiendes?

— ¿Por qué no le hablas tú?

— ¡Ni loco! Que me hable él primero— renegó.

— Parecen niños, solo arreglen sus cosas— dijo la pelinegra para seguidamente salir de la alcoba de su hermano, dejando el rastro de su perfume como evidencia de que había estado ahí.

Taehyung suspiró, se revolcó en su cama con inquietud, el día anterior y este fueron tan aburridos y lentos sin el joven Jungkook, tal vez su enojo con él fue algo estúpido, después de todo era solo su cuidador, no tenía ningún compromiso en mostrar entusiasmo por él, sin embargo, pensó que el otro le quería, aunque sea un poco, tan poco como para alegrarse por su dicha. Taehyung realmente extrañaba tener cerca a Jungkook, oír sus repentinos cantos, sentir sus manos acariciar su piel, u oírle reír, hacer reír a Jungkook era algo fácil, sacarlo de su cabeza definitivamente no lo era.

Taehyung estaba mal, aquel chico le volvía loco, no en forma de desesperación, le volvía loco, pero de amor, sí, eso era, ¡amor!

— Señorito Kim— Dijo la voz masculina que ocasionaba que el corazón del ciego se acelerase— entraré— avisó Jungkook, seguidamente se oyeron los pasos de los zapatos de aquel, Taehyung suspiró, mordió la parte inferior de su labio para evitar que aquel notase su nerviosismo, oía a Jungkook andar por toda la habitación, en búsqueda de algo, sin saber que aquel que recorría la habitación no apartaba su vista de él, mientras fingía buscar algo.

— Jungkook— rompió el silencio Kim.

— Señorito...— habló el otro instantáneamente, cuyos ojos se iluminaron tras formarse una boba sonrisa al oír al ricachón ser el primero en hablar. ¿Al fin se reconciliarían?

— ¿Qué haces acá?

— Solo buscaba algo, ya lo he encontrado, he dejado mi pluma el otro día y no tengo otra.

— Si ya la has encontrado entonces vete— ordenó aquel cuyo orgullo ganaba ante el sentimiento de extrañar al hombre.

— Lo siento señorito— susurró aquel, conteniendo la tristeza que le había provocado oírle decir que se marchase, tras unos pocos segundos salió con las manos vacías de aquella habitación, se dirigió a su cuarto y dejó al ciego con las manos entre sus  cabellos, diciendo a sí mismo:

<<No puedes estar enamorado de él, no lo tienes permitido>>

El ciego se repetía aquello una y otra vez, pensando que así sus sentimientos por el castaño se disiparían y en lugar llegaría el temor que solía sentir siempre que pensaba en Jeon como algo más que un amigo, el temor de que su familia le descubriera amando a un hombre, más  esos pensamientos no funcionaban, porque quería amarle, quería sentir sus brazos en su cintura,
sus labios contra los suyos, su voz susurrarle dulcemente, le quería cerca.

Entonces Kim se reclamó al notar su estúpido actuar minutos atrás, había desaprovechado la oportunidad de arreglar las cosas con Jungkook, y todo porque su orgullo le había hecho hacer todo mal.

Así fue como se dedicó a esperar, esperó pacientemente hasta que el reloj marcó las tres de la tarde y la puerta nuevamente sonó, Jeon le hizo compañía una vez más, tomó el bastón que usaba aquel y le ayudó a levantarse, más el ciego le tomó del brazo sin la intención de dejar el sillón carmesí.

— ¿Podemos hablar?

El libro llegó a 10k de lecturas en serio muchas gracias por su apoyo, significa mucho para mi <3

Burning Love [KTH+JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora