XVII

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Pasaron cinco meses de espera y esperanza hasta el Joven Kim finalmente tuvo una fecha para su operación, se llevaría a cabo un 15 de marzo del año 1912. Ya solo era cuestión de días para que aquel muchacho entrase en la fría sala donde se arriesgaría a triunfar o fracasar.

Era cuestión de días para que comenzara su futuro de soledad.

. . .

El ciego y su cuidador yacían recostados sobre la blanda cama del ricachón, ambas cabezas se encontraban la una con la otra y en lo alto se alzaba entre los brazos del castaño un libro, mismo que leía calmamente, su lectura no era perfecta ni del todo fluida, más era lo suficientemente buena como para que el hombre de cabellos ondulados le entendiese.

—"Prefiero hacer y arrepentirme que no hacer y lament-"—la madera de la puerta fue tocada, interrumpiendo a Jeon.

—¿Señorito Taehyung?—interrumpió una de las empleadas al otro lado de la puerta, misma que segundos después Jungkook abrió—Lamento perturbarles, pero ha llegado el joven Seokjin y demanda ver a su primo.

—¿Ha venido solo?—cuestionó el pelinegro.

—Solamente él, ¿le hago pasar a su alcoba o le recibirá usted en el salón?

—Lo mejor será que le haga pasar, no tengo ánimos de caminar.

—Está bien señorito, me retiro.

Un segundo de silencio abarcó la habitación.

—Me parece que no terminaremos la lectura de hoy—dijo Kim.

—Oh no te preocupes, luego podremos seguir leyendo— dejó el libro sobre la cama— mientras charlas con tu primo, saldré a completar un asunto ¿te molestaría si me voy por unos minutos?

—¿un asunto?

—Sí, un asunto. Nada realmente importante.

—Claro que puedes ir. Solo no tardes mucho, o comenzarás a hacerme falta.

El castaño rió.

—cariño, prometo que no tardaré— se acercó al pelinegro y acurrucó las mejillas de aquel entre sus manos, posó sus labios sobre la frente del mismo por pocos segundos, y se separó lo suficientemente antes de que la puerta fuese abierta por el familiar del pelinegro—señorito, con su permiso me retiro—habló, y tras eso salió dejando solos a ambos familiares.

. . .

Los hombres de mismo apellido sorbían el vino que reposaba en las largas copas de vidrio, el menor fue el primero en separar la copa de sus labios, posó aquella sobre la mesa y se dignó a hablar.

—¿Qué te ha traído por estas tierras?

—He querido visitar a mi primo.

—sincérate conmigo, no vienes acá tan fácilmente ¿Cuál es la verdadera razón?

—Realmente eres tú, he venido a visitarte antes de que se lleve a cabo tu operación, ¡primo mío! Los nervios me están matando.

—¿y por qué has de estar nervioso? Hazlo pero no antes que yo— alzó la copa.

—Es que me parece imposible que finalmente esté ocurriendo, peor, me parece increíble que estés tan tranquilo, sabiendo lo mucho que siempre has añorado ser un ser vidente.

El de cabellos ondulados sonrió—¡Claro que estoy feliz! Pero creo que mi fuente de felicidad ahora ha cambiado primo mío—dijo entre suspiros, mismo que confundieron al hombre de labios almidonados.

—¿Otra fuente de felicidad? Imposible, o te has vuelto loco, o...—hizo una pausa para pensar— O te has enamorado.

—Querido primo... creo que me he vuelto ambas cosas— se atrevió a admitir, pues para él estaba bien decirle a su primo tal cosa como que efectivamente estaba enamorado, sí,  ¡estaba loco y enamorado!

—Bobadas ¿De quién te puedes enamorar tú si ni sales de esta casa?

—Pues ha ocurrido ¡me he enamorado!

—Si me dices la verdad... ¡Pues celebremos! ¡celebremos a la nueva fuente de tu felicidad!— se lanzó sobre el sonriente menor y sostuvo la copa entre sus dedos— jamás pensé que llegaría a oír aquellas palabras salir de tu boca, dime primo ¿conozco yo a la chica?— preguntó el entusiasta.

Por un momento, Taehyung tuvo la valentía para decirle a su primo de quien se trataba, más hesitó cuando recordó que el mayor pensaba que se trataba de una  señorita, y terminó por negar la pregunta del hombre— No conoces a esa persona— la sonrisa que sostenía comenzaba a borrarse— ¿Puedo pedirte algo?

—dime— llevó  el vino a su boca

—¿puedes no contarle de esto a nadie? Por favor, no les cuentes—dijo ahora con temor.

—¿te ha picado algo? ¿realmente no quieres?

—Realmente no quiero, por favor no le digas a nadie.

—Si es lo que deseas, entonces ten por seguro que no le diré a nadie tu confesión.

Aunque no lo dijo, la respuesta de Seokjin, tranquilizó el nerviosismo que le invadió por momentos, pues el pequeño rastro de inquietud, no se borró completamente.

. . .

Jungkook caminaba por las calles de la ciudad, en su mente contaba el tiempo que había tardado, pues los minutos que le prometió a su chico,  fueron horas, y no es que quisiera, sino que no encontraba el lugar de su destino.

No fue hasta caminar por los lugares más peligrosos e incluso casi arriesgarse a que le robaran cuando encontró el lugar, suspiró en alivio y metió su mano hasta sus bolsillos, asegurándose de aún traer consigo la cantidad de dinero que estaba por gastar.

Al entrar, una mujer le saludó amablemente y le hizo sentarse en una de las tantas sillas de maderas, entonces esperó diez minutos más, hasta que un anciano le llamó y lo llevó hasta un cuarto con tenue luz.

Una vez ahí, el anciano sacó una caja y la llevó hasta las manos del joven de grandes ojos.

—¿Cuánto he de pagarle?

—El precio es el mismo que le dije la primera vez, cincuenta libras son suficientes.

—Muchas gracias— dijo el castaño, entregó el dinero y salió del lugar con una sonrisa llena de felicidad.

Solo esperaba que el esfuerzo que hizo para conseguir el dinero que acababa de gastar, realmente fuera del agrado de aquel.

¿Qué piensan que está tramando Jungkook? Espero que hayan disfrutado el capítulo de hoy.

(En este párrafo acepto propuestas para promocionar mi fic pq ya me quedé sin ideas de qué subir  a tiktok)


Burning Love [KTH+JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora