Burning Love [KTH+JJK]

XVIII

Los días habían pasado con rapidéz, y cuando menos lo pensaron, faltaba un día para que Taehyung entrase en la sala de operaciones.

El pelinegro se recostaba sobre el banco frente al lago, tarareaba una desconocida melodia que parecía conocerla únicamente él, abrió el libro que llevaba con sí y colocó sus dedos sobre el papel, terminaba de leer "Anna karenina" cuando el castaño llegó a su lado y le dió un pequeño golpe en el hombro con el papel del periódico.

—Traicionero, te la has leído sin mi—se quejó dramáticamente.

Taehyung sonrió, cerró el libro y se acomodó en la silla para darle lugar a Jungkook, pero aquel no se sentó, pues se fue a jugar con los patos, mismos que terminaron siguiendolo cuando se quedó sin pan, Taehyung no hizo más que reir ante los gritos de Jungkook los cuales se escuchaban de derecha a izquierda y viceversa, cuando los gritos del chico se hicieron más fuertes, el ciego tomó un pedazo del pan que cargaba con sí desde la mañana y lo arrojó esperando a que los lindos animales lo viesen, su acción fue exitosa y en poco tiempo tenía al castaño sentado a su lado tratando de regular su respiración.

—Te he salvado, así que ahora me deberás un favor—bromeó Kim.

—Si no incluye volver a ponerme en riesgo entonces lo haré—contestó.

—Y bien ¿qué venías a hacer en un principio? Pensé que mi papá te había pedido ayuda para completar su juego de criquet.

—Lo ha hecho, pero soy tan malo que no dudó en desecharme de su equipo—ambos rieron.

—Me gustaría poder verte jugar al criquet, te apoyaría.

—Pero a la vez te burlarías—tocó la punta de la nariz del ciego al decir aquello— De igual forma, ya pronto podrás verme jugar.

—Es cierto... muy cierto—dijo el otro con una emoción para nada notable, jungkook frunció el ceño.

—¿No estás feliz por tu operación?

—¡Claro que lo estoy! Es solo que... me atemoriza un poco—admitió el pelinegro— me da miedo fallar, las probabilidades de éxito no son altas que digamos.

—¿Y qué con eso? Al menos lo intentaste, además, si fallan me seguirás teniendo—ambos sonrieron.

—Es cierto, no puedo lamentarme por algo que no ha ocurrido.

—Exactamente—Jeon se calló por varios segundos— ¿puedo pedirte algo? — cuestionó inseguramente— Hoy, cuando vayas a dormir, por favor no te duermas.

—¿Qué tonterías estás diciendo?— en aquel se formó una sonrisa.

—Solo no te duermas y espera a que todos estén descansando, tengo algo que decirte y solo podrá ser a esa hora.

—ya que insistes, entonces esperaré y haré mi mayor esfuerzo para no caer rendido.

. . .

Al llegar la noche y el momento acordado, el joven Kim cumplió con sus palabras, a pesar de que sus ojos se cerraban constantemente y sentía sus párpados pesar, contuvo el sueño por una hora hasta que Jungkook llamó a la puerta.

—Pensé que nunca vendrías— se quejó él pelinegro.

—Dije que vendría cuando todos estuviesen dormidos, pensé que sería más fácil pero había alguien en la cocina, era desesperante oírle por ahí.

—Cierto, tu cuarto está cerca de la cocina.

—El de todos los trabajadores lo está— el muchacho se recostó sobre la almidonada cama.