XXXI

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El día era cálido, no lo suficientemente caluroso como para querer lanzarse en algún río, ni lo suficientemente frio para meterse entre las sábanas, era el clima perfecto, perfecto para dar un paseo, para jugar al criquet o simplemente permanecer dentro de casa.

Taehyung escogió la última, después de todo no tenía otra opción más que ayudar en el trabajo, como siempre, revisaba papeles, los firmaba, los leía y se enojaba si alguno de ellos estaban mal. Y a pesar de que Kim de tomaba en serio el trabajo, esa tarde sus impulsos le decían que tomara el tren más cercano para ir junto a Jungkook, que lo sacara de casa e hicieran un pequeño picnic, tal como aquella vez en que la lluvia les arruinó el día.

El de oscuros cabellos se distraía constantemente, a su mente llegaba la imagen del sonriente chico que permanecía con una insufrible tos, pensar en Jungkook, le resultaba en un sentimiento agridulce, le gustaba pensar en él, pues lo llenaba de ternura, pero a la misma vez, dejaba un rastro de melancolía en su ser.

¿Será acaso aquella noticia que merodeaba por su mente desde hace ya días lo que no le dejaba pensar en otra cosa más que en aquellas palabras del chico? "No debemos separarnos, nunca jamás" cinco palabras que le causaban alegría, tristeza y culpabilidad.

Sabía que no podría cumplir con aquello, eventualmente se separarían una vez su familia consiguiera los boletos hacia Argentina, no le vería durante un indefinido tiempo donde solo el destino sabe lo que pasará, Taehyung deseaba no separarse del castaño, no ahora que era él quien le quería juntos, ahora que no huiría por celos o cobardía, ahora que sabía lo que quería y era estar juntos, sin importarle el precio a pagar. Mas esta vez fueron causas externas lo que le impedían a Taehyung escapar junto a Jeon, si no iba hacia Argentina no podría conseguir la medicación necesaria para el menor, ambos correrían el riesgo de no tener nada para salvarse mutuamente, en cambio, si partía hacia el país ajeno podría mandar los medicamentos, con suerte conseguiría otro trabajo que le permitiría mandarle dinero a su amado, así se aseguraría de que no pasara hambre o frio cuando las cosas empeoraran, y si le era posible...le compraría un boleto junto a él cuando su enfermedad mejorara, pues el frio del mar durante la noche podría perjudicarlo, Taehyung pensaba en una y mil formas para que su separación durara lo menos posible, planeaba y se desesperaba. Kim se encontraba tan inmerso en sus pensamientos que apenas y notó la presencia del hombre en la oficina, no fue hasta el tercer llamado cuando reaccionó.

—¡Señor Kim!—llamó el hombre de chaleco negro que cargaba un maletín junto a sí.

Taehyung volteó a verle, sonriendo al notar al doctor Jung, limpió las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos y extendió su mano dándole a entender a Hoseok que se sentara.

—Discúlpeme si lo he interrumpido en algo—lamentó el mayor de los dos—He cumplido con mi palabra, traigo los medicamentos suficientes para al menos tres meses, me ha costado convencer al hombre, pero me lo dio una vez comprendió la situación.

—¿Le dijo que los buscaba para un hombre?

—Oh no, le he dicho que son para su esposa, me creyó y me dio los que aún quedaban.

—¡Vaya que es un ángel usted! Realmente puede hacer milagros, primero mi vista y ahora los medicamentos—expresó Kim con alegría.

—No soy un Ángel, soy un médico—dijo con cierta altanería, más ambos sabían que de trataba de un chiste, por lo que rieron.

Hoseok abrió el maletín, sacando uno, dos, tres y hasta seis frascos con los medicamentos.

—Me ha faltado uno, pero mientras tome esto podrá disminuir la enfermedad por los tres primeros meses, me temo que los seis meses restantes van por su cuenta ¿Cree usted poder conseguir los medicamentos necesarios en ese periodo de tiempo?

Burning Love [KTH+JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora