Capitulo 4

3.6K 238 89
                                    

familia parte 2

El sol golpea mi cara, siento una leve brisa en mis piernas ocasionando que inconscientemente mi cuerpo comience a buscar la manta para poder cubrirme. Aún con los ojos cerrados, capto el sonido de un teléfono vibrando. Con pereza, abro como puedo los ojos, pero los cierro de inmediato cuando la luz que entra por la ventana me lastima los ojos.

<quien fue el hijo de puta que abrió la ventana>

Y empezamos con el mal humor mañanero. Que pereza contigo deberás.

<tu cállate que eres igual a mí>

Intento levantarme, pero tal acto queda a medias cuando siento un peso en mi abdomen. Intento quitar a Elisabeth de encima, pero cuando lo logro ocasiono que esta se despierte.

Despertó la cotorra

- ¿Que Pasó? - pregunta adormilada.

- nada, sigue durmiendo. Te despertaré cuando nos vallamos - se acomoda en la cama quedándose dormida al instante.

Me levanto del todo de la cama y camino hasta el baño con mi teléfono en mano. Me sorprendo cuando veo varias llamadas perdidas de mis hermanas <que fastidio>. Me acabo de despertar y sencillamente no estoy de ánimos como para tener que soportar las posibles quejas y reclamos de mis hermanas.

Puede que sea algo importante

<y? no llamaré para comprobarlo>

Enjuago mi rostro y hago mis necesidades. Salgo del baño mientras reviso un par de correos que me llegaron ayer y no pude revisar. Frunzo el ceño al notar que uno de los correos es del Rose College. Aún faltan dos semanas para ingresar a clases, es extraño que me envíen un correo.

De: especialista en psicología del Rose College

Para: Yelena Wein Simonelli

Asunto: confidencial

20001103

¿Qué?

20001103?

¿Qué rayos significa eso?

¿Es un código? ¿Algún número de ingreso?

Apago el teléfono con frustración <no estoy para babosadas>

Tu nunca estás para babosadas

<Shh>

Guardo mis cosas en la mochila apresurándome ya que son casi las una de la tarde, a esta hora ya debería tener los resultados de intoxicación que hice al conejo de la vecina hace dos días. Tengo muchas cosas en la cabeza y es que siempre, cada que despierto por las mañanas, mi cerebro me recuerda cada cosa que tengo que hacer y que tengo pendiente haciéndome frustrar demasiado cuando no me da el tiempo.

Mis amigas siguen dormidas, nos dormimos casi a las seis de la mañana. Afortunadamente logré dormir a Elisabeth muchísimo más antes, ni siquiera sé cómo es que sigue durmiendo.

Despierto a Eli y mientras reacciona le voy poniendo los zapatos. Dejo una nota encima del escritorio para que alguna de mis amigas la lea cuando despierte.

Llego al auto con un poco de dificultad ya que el renacuajo estuvo quejándose de que aún tenía sueño y quería seguir en la cama. Subo a Elisabeth, le abrocho el cinturón, cierro la puerta y me subo al asiento del conductor.

Arranco el auto y este se sumerge en un silencio bastante acogedor. Sé lo que probablemente me espere en casa y este silencio es bastante gratificante.

YelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora