Capítulo 39

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Volvió la luz :) 



Maze.


Narrador omnisciente.


Aferrarse a algo, ya sea una persona, un objeto, un recuerdo o una emoción; es el peor error que una persona puede cometer, pero ¿sabes que es lo más jodido? Que, en el momento en el que aferras a algo, no sabes que estás cometiendo un error, ya que piensas que esa es la mejor opción que tienes, cuando en realidad es la peor.

Lamentablemente, Yelena está cometiendo ese error, pero ¿quién podría juzgarla? En el último mes perdió y pasó por demasiado. Solo tiene 17 años, su mente está cansada y desgastada. Siente que se está hundiendo, aferrarse a cualquier cosa es su única salvación, según ella.

Desde pequeña, siempre la han cambiado por alguien más, ella nunca era la opción A, B, C o D, era la opción Ñ en un abecedario inglés.

Aprendió a superar todos su traumas sola, ya que, cada persona que llegaba a su vida y le mostraba afecto, terminaba abandonándola.

Desde pequeña, su vida ha sido una montaña rusa de emociones, pero no emociones como el amor o alegría, sino tristeza, melancolía y su enfermiza necesidad de ser aceptada y querida por su familia.

A medida que crecía, su mente iba fortaleciéndose, ella maduraba y su forma de pensar cambiaba.

Para ella, la familia es lo más importante, pero sabe que la familia viene solo de lazos de sangre.

Andrés y José son su familia. Aunque ellos no lo saben, muchas veces la salvaron cuando ella iba en picada, le sacaron sonrisas y le subieron el ánimo cuando sentía que ya no podía seguir.

Ellos no lo sabían, no tenían ni la menor idea de lo que pasaba por la cabeza de Yelena, pero podían ver y notar su tristeza. Conocían solo lo que Yelena les permitía conocer, pero lo poco que conocían de ella era suficiente como para saber que a Yelena no le gustan las preguntas cuando esta...mal. Solo la veían, hacían tonterías hasta sacarle una sonrisa.

Si a alguien no le ha quedado claro todavía el concepto de familia, o qué es la familia: solo basta con observar a Andrés, José, Kathalina y Yelena, quienes se ayudan y protegen sin importar qué. No necesitan explicaciones, solos siguen al otro sin importar las consecuencias. Son capaces de ir a ciegas hasta el fin del mundo con tal de ayudar y proteger al otro.

Florencia en su momento también era su familia, pero cometió un error bastante grande, error que le costó la vida a la persona más importante en la vida de Yelena y eso ella lo sabe, pero aun sabiéndolo no es capaz de pedir perdón por lo que hizo.

La familia no es perfecta y tampoco debe de serlo. Hay momentos felices, tristes y difíciles, no importan cuantos obstáculos haya, la familia siempre sabrá como superarlos.

La Familia no viene de lazos de sangre.

Tú la construyes.

Tú decides quien merece tu respeto.

Tú decides por quién vale la pena sacrificarse.

Nada es para siempre: ni los amigos, ni la familia, hasta la misma vida acaba en algún momento. Es por eso que se debe de vivir cada día como si fuera el último, disfrutar cuando se puede, y soltar cuando se debe.

Lamentablemente, Yelena ya perdió mucho, por lo tanto, no está dispuesta a dejar que le toquen a la poca familia que le queda.

– ¿dónde estás? – pregunta Yelena a través del teléfono.

YelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora