Capítulo 30

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Errores que cuestan la vida. Pt1.


Pov. Karim.

Por primera vez en mi vida, camino en terreno enemigo, a ciegas y sin saber exactamente a que dirección voy.

Me siento...extraño, desconectado. El calor de la persona sobre mí, su aroma, la sensación que me causa teniéndola cerca... Yelena ha provocado cosas en mí que nunca pensé que alguien lograría.

De nada me sirvió querer mantenerla lejos. De nada me sirvió convencerme de que lo que sentía eran solo cosas pasajeras, ilusiones de mi cabeza.

Traté, enserio que traté de alejarme, de dejar de sentir lo que siento por ella, pero nada de lo que hice dieron resultado, lo único que ocasioné fue aumentar este sentimiento que, hasta el momento, no sé lo que es. Lo siento fuerte, vivo. Por primera vez puedo decir que me siento cómodo estando al lado de alguien que sé que puede hacerme daño en cualquier momento.

Mantengo los ojos cerrados, disfrutando de la paz que su cercanía y el silencio me transmiten. Siento que me quité un peso de encima al soltar lo que tanto me negaba aceptar.

Blake me lo decía, William lo mencionaba, y Cameron me lo advertía: sientes cosas por ella. Decían. Si no las sientes ahora, entonces las sentirás más adelante.

Estoy consciente del mundo en el que vengo. Sé lo que soy, como también sé que Yelena no es alguien normal. Creo que eso lo sabía desde el día en el que la conocí. Tan terca, molesta, odiosa... ni siquiera sé porque siento lo que siento.

¿Cómo es que la loca de patio logró engancharme? ¿Qué clase de amarre usó?

No sé como puede molestarme y gustarme al mismo tiempo.

Yelena no es alguien normal, pero creo que eso es precisamente lo que me gusta de ella.

– Yelena, ¿estás despierta? – la pregunta escapa de mi boca.

– ni si quiera me he dormido aún. – se acomoda en mi pecho.

Subo mi mano, empezando a acariciar su piel. El pensamiento de ella y yo, desnudos...

Ahora que lo pienso. No recuerdo haber usado preservativo las veces que ella y yo.... Mierda.

– Yelena.

– dime.

– estaba pensando... no usamos condón las veces que tuvimos sexo, dime que te estas cuidando, por favor. – siento como se me sube la presión.

– cierto... no me había dado cuenta de ese detalle.

– Yelena.

– tranquilo, tengo el aparato anticonceptivo. – toma mi mano, llevándola a su brazo en donde siento un pequeño bulto en su brazo. – ¿ves?

Suspiro aliviado.

– ¿Cuándo te lo pusiste?

– el año pasado.

– pero ¿el año pasado no eras virgen? ¿o tenías novio? ¿Por qué te lo pusiste?

– preguntas mucho. – suspira – mi madre me obligó a ponérmelo. Ella creía que tenía novio y que me estaba acostando con él, por eso quiso que me lo pusiera.

Asiento despacio.

<Esa señora no es de mi agrado>

Subo mi mano a su cabeza, empezando a peinar su cabello. Mis ojos detallan cada parte de su rostro, hasta que se desvían a su nuca, haciendome fruncir el ceño cuando veo una herida que no es normal. Llevo mis dedos allí, pasándolos por encima provocando que Yelena se queje.

YelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora