Yelena

Capítulo 41 1/2

El inicio de un mal final.

Pov. Karim.

Todos, en algún momento de nuestra vida, perdemos a alguien. Sabemos que pasará, nada es para siempre. Estamos conscientes de que nos dolerá, pero lo que no sabemos es lo mucho que eso va a doler.

Sabía que en algún momento lo que tengo con Yelena acabaría. Creía que no me dolería...que equivocado estaba.

A pesar de que tengo su cuerpo a mi lado, no puedo evitar sentirla cada vez más lejos. Mis ojos están fijos en ella, sin prestar atención a cualquiera a mi alrededor.

Aplico la maniobra de reanimación una y otra vez sin dar cabida a que mi cabeza acepte lo que ven mis ojos.

Mi pecho arde. La respiración se me atasca. Siento que sudo frío. Intento hacer presión en sus heridas con mis manos, pero la sangre no se detiene.

– Karim. – siento la mano de Blake posarse en mi hombro.

– no. – lo aparto.

Me quito la camisa, haciéndola trizas con mis dientes para luego tomarla y hacer presión en la herida que tiene en las costillas.

– espera...

Pongo mi mano en su pecho tratando de detener el sangrado.

– detente. – escucho la voz de Florencia.

– Karim.

– ¡la estás matando idiota! – siento su mano en mi hombro, para luego escuchar como cae al suelo abatida por Uriel.

– cierra tu sucia boca. – medio giro la cabeza detallando a Uriel apuntándole con el arma a Florencia.

Las lágrimas caen en abundancia por sus mejillas, pero eso no le impide empuñar con firmeza el arma.

– ¿Qué es lo que ves? – me concentro en Elliet quien examina la herida de bala en el pecho de Yelena.

– logro ver la bala. – habla con voz temblorosa. – pero no podemos sacarla. Hasta donde alcanzo a ver la bala pudo haber rasgado la vena subclavia derecha.

– ¿y en español significa...? – se altera José.

– podríamos matarla si le quitamos la bala. – suelta. – hay que sacarla de aquí ahora.

– sostiene esto. – le ordeno a Elliet quien enseguida obedece haciendo presión en las heridas de Yelena.

Me levanto del suelo, evitando ver el cuerpo de la basura de Ivania. Estoy seguro de que, si la veo, voy a descargar todo el cargador de mi arma en ella.

Camino apresurado por cada rincón de la habitacion, paseando la vista por todas partes tratando de encontrar alguna anomalía en las paredes, alguna salida.

El enojo y la desesperación empiezan a tomarme al no encontrar nada, ni una puta salida.

Me muevo con rapidez al cuerpo agonizante de Ivania, sacudiéndola con fuerza buscando algún interruptor o cualquier cosa que nos saque de aquí. Sus quejas son una linda melodía para mis oídos. Los cuatro tiros que le di no fueron para matarla, bueno sí, pero fueron más para hacerle sufrir. Una muerte lenta y agonizante.

– ¿Cómo salimos de aquí? – gruño tomándola con fuerza de su túnica que ahora está empapada de su sangre.

Medio sonríe intentando abrir los ojos, pero estos no son capaces de mantenerse abiertos.