Capítulo XIV

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Troy me pidió que lleve a Michael conmigo el lunes.

Estamos en el elevador a punto de entrar a las oficinas de Hayes Group, nuevamente Dolores nos recibe, pero esta vez lleva a Michael hasta la cocina de la oficina, mientras voy a buscar lo necesario para poder realizar mis labores.

No encuentro a Troy en su oficina, lo que me decepciona un poco.

Continúo con la limpieza hasta que escucho unas risas que se hacen cada vez más audibles, Troy y Michael entran tomados de la mano, nuevamente Troy sostiene una gran bolsa y ya comienzo a formular mis sospechas, otro maldito regalo.

— ¡Aquí está! —dice Michael al verme.

—La encontramos —responde Troy y chocan palmas.

—Troy ¿Es eso otro regalo? Creo que fue suficiente —digo algo enojada, odiaría que Michael se acostumbre a algo que jamás le podré dar.

— ¿Qué tiene de malo? —responde algo sorprendido. Me acerco a ellos y tomo a Troy de la mano con la que sujeta la bolsa —Cariño ¿Puedes esperarnos en el sofá? Mami tiene que hablar con Troy un momento.

—Está bien —responde y me obedece.

Levanto la mirada hacia Hayes y lo arrastro hasta el umbral de la puerta de su oficina.

—Troy, sé que estás interesado en ayudarnos, lo entiendo, pero ¿No crees que estás exagerando, tal vez? —trato de suavizar la voz para no ofenderlo. Levanto mis hombros y muerdo mi labio inferior esperando su repuesta y él comienza a reír a carcajadas.

— ¿Exagerando, dices? —asiento

Suspira, se acomoda en su lugar y aspira ruidosamente —Diré esto, sólo una vez ¿Está bien? lo único exagerado aquí es la cantidad grosera de dinero en mi cuenta bancaria, no tengo idea qué hacer con eso, ayudo a cientos de beneficencias en todo el mundo, colaboro con todas las causas que conozco, pero el dinero no deja de ingresar y no puedo detenerlo, podría vivir sin trabajar el resto de mi vida pero ¡Dios! Odio no sentirme útil, lo único que te pido es que no me digas como gastarlo, yo sé que hago con él y si quiero gastarlo en ustedes, lo haré. Punto.

—Y lo único que te estoy pidiendo es que no me hagas sentir a mí como una inútil, desde que empecé a trabajar para ti todo lo que Michael tiene se lo has dado tú, se supone que yo debo mantenerlo, esa no es tu responsabilidad.

—En teoría, seguirá siendo mi dinero.

—En teoría soy yo quien debe trabajar por ese dinero.

Troy me mira con sorpresa —Mira, te agradezco de todo corazón lo que hiciste por nosotros, pero...

—Escucha, Valerie —lleva sus manos hasta mis mejillas. Su calor me relaja por completo —Piensa en esto, Michael no tiene un padre... y yo... —suspira y muerde sus labios —Tú misma lo dijiste, desde que empezaste a trabajar para mí —responde haciendo énfasis en su último par de palabras, continúa —Considéralo como parte del pago por tus servicios para Hayes Group.

—Troy eso no era lo que... —me calla poniendo su dedo pulgar sobre mis labios —Por favor no volvamos a discutir eso —se inclina para besarme —Por. Favor —me pide entre besos. Al separarnos afirmo rápidamente con la cabeza, aturdida por aquellos besos. Nuevamente se acerca hasta Michael y toma asiento a su lado, le hace entrega de la bolsa y Michael la abre sin dudar, es una mochila de color azul. Troy le dice que abra aquella mochila y mi hijo le obedece, hay lápices de grafito, lápices de colores, un bloc de hojas blancas, reglas y todo lo necesario para dibujar.

Llámame CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora