Capítulo XIX

133 8 0
                                    


Hunde su nariz en mi cabello, me abraza por la cintura mientras veo la lluvia caer por la ventana. La humedad y el sonido de las gotas de agua deshaciéndose me llevan directamente a ese día, a ese maldito día en el cual creo yo, que empezaron mis días como Crystal.

Llevo su mano a la misma altura de mis labios para besar sus nudillos.

No puedo agradecerle lo suficiente.

No soy digna de un hombre como Troy, no soy digna de ser amada.

Me recuesto en la cama y él reposa su cuerpo sobre su codo.

Con una mano acaricio su rostro y deja un beso en la palma de mi mano.

—No sé qué hice bien para que estés conmigo —susurro.

Trago saliva y siento las lágrimas agolparse en mis ojos —No mereces a una mujer rota como yo.

— ¿Qué?

Aspiro ruidosamente y me siento en la cama. Troy reposa su mentón en mi hombro —Entonces déjame recoger las piezas —susurra contra mi piel y deja un beso allí.

Y soy yo quien no lo merezco. Si vamos a estar juntos, él debe saber quién soy, ya es hora de que sepa qué soy en realidad.

—La primera vez que estuve aquí me mostraste lo que haces con los empleados de Hayes Group, la investigación...

Asiente.

—Faltan demasiadas cosas allí.

— ¿Quieres que me deshaga de ese papel?

Niego con la cabeza —No... —tomo aire — ¿Quieres saber qué pasó? —le pregunto y su gesto se enseria.

—Si no quieres hablar de ello no tienes por qué hacerlo —me besa en la frente. Suspiro y mi nariz comienza a picar. No sentía la necesidad de hablar de aquello con alguien más, hasta ahora.

—Tal vez me sienta mejor después de esto, no lo sé, tal vez sea peor.

—Tú decides, si no quieres decírmelo está perfectamente bien.

—No, no... —interrumpo —Creo que no sabes todo de mí, de que me llevó a hacer lo que alguna vez hice, mereces saber la verdad.

—Está bien, cuando estés lista —dice recostándose en la cabecera de la cama, me inclino hacia él, paso mi brazo sobre su abdomen y me recuesto sobre su pecho. Hablar de esto no será fácil pero sé que al menos en sus brazos estoy en un lugar seguro lejos de aquellos demonios que me atormentan.

Deja un suave beso en mi cabeza y con su mano libre entrelaza dedos con los míos. Parpadeo para liberar las lágrimas de mi vista.

—Una de las pocas cosas buenas que recuerdo es a mi papá, vivíamos en San Diego, él era el mejor hombre que pude conocer. Nos quería demasiado, a mí y a mi hermano.

— ¿Tienes un hermano?

Afirmo con la cabeza.

—Mi papá trabajaba mucho y eso no le gustaba a mi mamá. Ella empezó a beber, a ser violenta con nosotros, hasta que un día sacó las cosas de mi papá a la calle, tuvieron una pelea muy grande en el jardín de enfrente mientras mi hermano y yo mirábamos por la ventana. Cuando se dieron cuenta que los estábamos mirando entraron a la casa, papá dejó un beso en mi frente, tomó sus cosas y sin decirme nada se fue.

Recuerdo que caminé tras él y no era capaz de mirar atrás. Cuando lo llamé por última vez ya había cerrado la puerta en mis narices.

Troy aprieta la fuerza de su abrazo.

Llámame CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora