Capítulo XVI

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 — ¿Él apareció?

Asiento mientras me acomodo en el asiento del acompañante —Creo que debemos hablar de esto luego.

Giro hacia Michael para controlar que se haya puesto el cinturón de seguridad. Troy enciende el motor de su vehículo y nos adentramos hacia las vacías calles de Nueva York.

Detiene la marcha en la entrada del edificio Park Avenue. Al bajarse hace una seña a Hunter para que se acerque a nosotros. No logro distinguir que dice ya que me bajo del vehículo al mismo tiempo que Troy cierra la puerta. Abro la puerta de atrás, Michael se quedó dormido en el camino.

Ni bien termina de dar sus instrucciones, Troy se acerca para tomar a Michael en sus brazos y subirlo. Ver a mi hijo en sus brazos me da aquella sensación de tranquilidad que tanto busco en este momento.

Amo a Michael con todas mis fuerzas y también amo a Troy, casi tanto como amo a mi hijo. Cuando se abren las puertas del elevador, rápidamente lo lleva hasta la habitación de huéspedes y lo acomoda en la cama. Yo observo algo inquieta desde el umbral. Troy apaga las luces y al cerrar la puerta me pregunta la razón de mi llamada.

—Me dijo que recibió una citación de la Jefa Adjunta y él sabe que tú y yo estamos juntos, intente negarlo pero...

— ¿Qué? —Responde algo enojado — ¿Negaste que estamos juntos?

—Sólo quiero protegerte, él ha estado siguiéndonos y...

Niega con la cabeza —Espera aquí.

—Troy —me deja sola, hablando a una de las paredes del pasillo. Lo sigo pero él es más rápido que yo y se encierra en su oficina.

Vuelvo a la cocina para esperarlo sentada en una de las butacas. Al cabo de unos minutos lo veo caminar hacia mí.

—Lucinda debo irme, ella me necesita... —dice a la vez que se acerca a mí para dejar un beso en mi frente.

—Ya nadie podrá molestarnos.

— ¿Qué hiciste? —pregunto preocupada.

—Algo que debía hacer hace tiempo —aspira ruidosamente —Ahora, vamos a la cama, necesitas descansar.

Enlaza sus dedos con los míos y me lleva hasta su habitación, me siento en la cama a la vez que él entra a su armario.

No pude juntar las cosas de Michael o las mías, tendremos que dormir con lo que tenemos puesto. Espero volver lo más pronto posible para juntar al menos una parte de nuestras pertenencias.

—Esperé mucho por este momento —dice tímidamente —Digo, que aceptaran vivir conmigo, no de esta manera, pero...—hace una mueca— ¿Me entiendes?

Le doy una media sonrisa —Lo hago, no te preocupes —bajo la mirada hasta sus manos, está sosteniendo dos bolsas, una de color marrón y la otra de color negro. Deja la bolsa de color marrón a un costado —Estas son prendas para Michael... y esta —dice dejando la bolsa negra en mis manos: —Es para ti.

—No debías hacerlo.

—Es algo que creo que te será útil —suspira —Considéralo como un presente de bienvenida, debo ir a trabajar por un rato —me toma del mentón para mirarlo.

— ¿Estarás bien?

—Sí, no te preocupes —respondo y se inclina para besarme brevemente.

—Estaré en la biblioteca por si me necesites.

Asiento. Lo observo salir de la habitación. Al cerrar la puerta detrás de él, abro la bolsa y saco una caja color plata. Al abrirla deshago el arreglo de papel de seda de color blanco y me encuentro con la ropa de dormir más delicada que he visto, un baby doll color crema de finas tiras con una bata del mismo color.

Llámame CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora