Capítulo XX

165 7 2
                                    


 Ha pasado exactamente un mes del ataque.

Troy reforzó la seguridad en la casa, en el trabajo, todo el tiempo estamos acompañados de Hunter, Hank y otros nuevos escoltas.

Hace cuestión de días retomé mis labores en Hayes Group aunque Troy no está de acuerdo. Le agradezco todo lo que ha hecho por nosotros hasta ahora, pero no quiero dejar de hacerlo, necesito mantener la mente ocupada y es algo a lo que él no puede negarse ya que ahora no es una cuestión de dinero.

También inicié sesiones de terapia que han sido de gran ayuda, con una especialista recomendada por el Doctor Chung.

— ¿Estás lista? —pregunta Troy al mismo tiempo que cierro la puerta del casillero del cuarto de limpieza. Cuelgo mi mochila en la espalda.

—Sí —respondo apenas.

Camino hasta la puerta y tomo su mano. Subimos al ascensor y todo el trayecto lo realizamos en silencio. Distingo nuestras siluetas borrosas en el reflejo de las puertas del elevador, él de gris yo de negro.

Al bajar vemos que Hunter está mostrando a Michael como funciona su sistema de comunicación, el auricular que usa en la oreja todo el tiempo mientras está en su turno.

Boo ¿Qué haces aquí?

—Tu terapeuta lo quiere conocer ¿Recuerdas?

—Oh, lo había olvidado —sonrío débilmente.

Estamos camino al consultorio particular, la terapeuta accedió a atenderme por las noches al finalizar mi turno en Hayes Group y cada vez que vengo me siento algo nerviosa, no es fácil hablar de lo sucedido con Theodore, de mi infancia, mi familia y de cómo cambió mi vida en tan poco tiempo a una desconocida.

Aprieto fuertemente la mano de Troy y de inmediato me tranquiliza con su abrazo.

Una hermosa mujer de color, cabellos negros y perfectamente ondulados hasta la cintura y un hermoso vestido color rosa claro que resalta el color de su piel abre la puerta para nosotros, es la misma Doctora Specter, Charlotte, como ella insiste que la llame.

—Bienvenidos —baja la mirada —Debes ser Michael.

—Sí, Señora.

—Adelante por favor —dice sonriendo.

— ¿Puedo ofrecerles algo de beber? ¿Café? ¿Una soda para el niño?

—Estamos bien, gracias.

La Doctora asiente y me hace pasar al consultorio. Cierra la puerta, toma asiento y deja su bloc de notas sobre su regazo. Me mira atentamente mientras prepara la pluma para escribir.

— ¿Cómo has estado?

—Bien.

— ¿Qué has hecho desde la última vez que nos vimos?—las sesiones son una vez por semana.

Tomo aire y exhalo —Volví a trabajar.

—Esa es una buena noticia.

Asiento.

—Troy no está de acuerdo, pero me ayuda a mantener la mente ocupada.

Frunce los labios.

—Bien, ¿Cómo están las cosas con, Troy?

—Creo que estamos más cerca que nunca —hago una mueca, un intento para sonreír —Él y Michael me muestran afecto cada día, creo que es la mejor medicina.

—Claro —sonríe —Finalmente conocí a Michael, creo que fue algo poco profesional de mi parte pedirte que lo traigas, pero la manera en la que hablas de él me ha dado mucha curiosidad.

Llámame CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora