Acto 4

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—¡Pásame el alcohol!

—¡Hermana resiste!

—¡Mana, necesito que cortes alrededor del hueso!

—S-Sí

Ahora entendía la razón de la lluvia o al menos eso creía.

Itsuka Shidou no sabía si era afortunado o no. No lo creía después de perder el amor de los espíritus a los que había jurado cuidar. Su mundo era gris, carente de la misma chispa de alegría que solía tener desde que conoció a Tohka aquel día de primavera.

Hace unas horas había salido de compras para darle una cena que levantara el humor de Karen. Por semanas no había recibido noticias de su hermana. Lamentablemente, las noticias que recibió justo después de que cruzó la puerta del departamento no fueron las mejores.

Ellen estaba viva, pero en cualquier momento podía fallecer.

Artemisa los había encontrado, estaba llena de laceraciones y golpes que un humano normal no podría soportar. No era débil, estaba al mismo par que su hermana y Ellen, pero incluso así alguien había hecho de ellas un saco de boxeo para mutilar. Verla llorar, rogando por la vida de la mayor de los Mathers le dolía y lo único que podía hacer era consolarla mientras Reine trataba por detener cualquier hemorragia que tuviera.

—¿Qué sucedió? —preguntó él sin una pizca de tacto a una traumada Artemisa—. ¡Responde!

Su gritó provocó que las otras tres mujeres que atendían a Ellen voltearan a ver que sucedía. Sintieron algo de pena por la joven inglesa, ella no tenía porque ser tratada de esa forma.

—W-Wescot... Él...

—Artemisa, créeme que no he tenido un buen día... Así que habla ahora.

—¡Itsuka Shidou, ya basta!

Karen tuvo que dejar de lado a su hermana para evitar que él siguiera con su plan de interrogar a Artemisa. ¿Acaso no veía que ella también fue golpeada a más no poder?

—Ella está igual de mal que mi hermana, tal vez no fue mutilada, pero por su expresión te das cuenta de que fue torturada de otra manera—le recriminó la rubia mientras tomaba una sábana para envolver a antigua miembro de SSS—. Ya pasó todo, está a salvo.

La suave voz provocó que la joven inglesa rompiera en llanto, abrazándola en busca de refugio.

Shidou se daba cuenta lo basura que llegaba a ser producto de todas esa frustración acumulada en su interior. Se maldecía internamente al no ser el apoyo de una chica que nada tenía que ver con lo que le sucedió. Debió pensar mejor las cosas, pero su mal ya estaba hecho y de momento no conocería lo que sucedió entre ellas y DEM.

—Hemos parado la hemorragia... Ella está fuera de peligro—informó Reine mientras salía de la habitación que pertenecía a Shidou y dónde se encontraba Ellen.

Esto era un alivio tanto para Karen como para Shidou, sin embargo aún no acababa la tragedia. Detrás de Reine estaba Mana sosteniendo una bolsa con el símbolo de riesgo biológico estampado en ella. Reconocía para qué era, pero no sabía cómo...

—¡Shidou! —gritó Karen al ver cómo él chico pasaba de largo a su hermana para meterse en su habitación.

El olor a sangre estaba impregnado en toda la habitación. Charcos de sangre manchan el piso donde estaba parado. Sus ojos se centraron en la persona que estaba recostada en su cama.

—Ellen...

Shidou se hallaba en completo shock al ver el cuerpo mutilado de Ellen. Sus manos ya no se encontraban con ella, ahora sus brazos acababan en dos muñones los cuales se encontró vendados de manera cuidadosa. Una máscara suministraba oxígeno desde un pequeño tanque y un aparato media su ritmo cardíaco como actividad cerebral.

Esto era una muestra de lo que Isaac Wescot podía llegar a realizar. No importaba si eras su aliado o si has estado una vida a su servicio, simplemente sus metas eran más importantes que tú.

Se acercó con cuidado a quien en su momento fue su enemiga. Sus ojos se llenaron con lágrimas al ver lo frágil que estaba. La suave respiración que tenía lo aliviaba. Con sumo cuidado apartó algunos mechones de cabello de su magullado rostro antes de depositarle un beso en la frente demostrando así lo preocupado que estaba por su estado de salud.

—Ellen...

No quería que esto le sucediera a ella. No importaba si hace tiempo ella trato de matarlo, no se merecía esto.

Ella daba su vida por Wescott y él optó por pagarle de la peor forma posible. Traicionó esa confianza y ese amor tan puro de ella con el fin de deshacerse de un peón más que ya no le servía en su vida.

Ya había sufrido mucho y ahora no iba permitir que nuevamente alguien se atreviera a tocarla mientras él siguiera vivo. Nunca más dejaría que tocaran a Ellen.

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora