Acto 24

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Dame alas para vivir...

—El juicio de la humanidad ha comenzado, este mundo jamás nos necesito y ahora suplican por seguir existiendo...

—El cielo, ese color.

—Es el color del orígen, todos seremos uno solo y nos volveremos la viva imagen de Dios.

—Dios, que buen chiste.

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—¿Qué le sucedió al cielo? —murmuró Tohka quien dejó de atacar a Ellen por unos instantes.

Su cabeza había dolido hace unos momentos y una emoción semejante al amor invadió su corrompido corazón provocando que Ellen pudiera saltar varios metros fuera de su alcance antes de pasar a su siguiente fase del plan.

—¿Por qué...?

—¿Eh? ¿Estás bien, Natsumi?

—¿Por qué estoy llorando, Ellen-san?

La rubia decidió ver a la pequeña brujita para comprobar que no estuviera herida. Por un segundo creyó que Tohka le había hecho algo. Al acercarse fue de inmediato atrapada en un abrazo por parte de la menor quien se encontraba temblando. Parecía como si Natsumi hubiera visto un fantasma o algo semejante.

—¿Qué sucede? ¿Te duele algo? —preguntó Ellen totalmente alarmada mientras imspeccionaba de reojo a Natsumi. En ningún momento dejaría de ver a Tohka, era peligroso hacerlo y más en este momento en que no entendía lo que estaba pasando.

—Esa cosa allá arriba nos llamó a todas, nos pidió que la ayudemos—respondió Natsumi con algo de esfuerzo. El dolor no se había disipado y podía jurar que su cabeza estallaría en cualquier momento—. Ellen-san... ¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Por qué está pasando esto?

Por un instante Ellen quería estar a lado de Shidou para buscar una respuesta, sin embargo, las cosas habían tomado un giro distinto.

—No lo sé, pero de algo estoy segura—la mirada de Ellen se centró en Tohka quien había salido de su trance—. Si no luchamos seguro moriremos.

—¿Estás segura de eso, Reine-san?

—Los datos no mienten, esa "cosa" no es más que una especie de compuerta a un mundo vacío y carente de materia necesaria para formar algún cristal Sephira.

—No obstante parece ser que ahí pararon todos los espíritus que nacieron de mi intervención o la de ustedes.

Todo el personal del puente se quedó en silencio. Hace tiempo habían lidiado con Mayuri, Rinne y Ren. Sus finales no fueron alegres, incluso Marina la creación de DEM vivió de forma similar antes de perecer y darle un futuro a su contraparte María. Nada tenía sentido, pero de alguna forma ese Shidou era capaz de darle una estructura a este loco plan que tenía.

—Bien, iremos allá abajo—dijo Shidou en un tono calmado mientras tomaba la mano de Kurumi para entrelazarla con la suya—. Sé que las chicas están haciendo un muy buen trabajo, pero ellas no pueden con todo.

—Las coordenadas están listas—comentó Reine antes de proceder a usar su vestido astral—. Hace tiempo que no lo uso, no creo que deba hacerlo, pero allá abajo está Tohka y sé que podré revertir su estado.

—Sé que lo harás, después de todo me has salvado la vida en más de una ocasión.

Un ligero sonrojo apareció en las mejillas del espíritu. No importaba cuánto entrenara, simplemente ya no podía ignorar los comentarios de la reencarnación de Takamiya Shinji.

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora